La corbata roja no lo tiene claro

Nervios, muchos nervios es lo que ha producido esta semana que está a punto de finalizar, y que han tenido como protagonista al Ejecutivo que preside el señor Zapatero. Me preguntarán ¿por qué? Muy sencillo. Si nos trasladamos a, no hace tanto tiempo, recordarán que el presidente del Gobierno pidió una invitación para visitar la entidad financiera del BS y acudió con todos los medios, lo que provocó un gran despliegue informativo para que se notasen las buenas relaciones que mantenía, y que mantiene actualmente, con el poder económico representado por el banquero de Puente San Miguel.

Esa entrada en el BS, en el ‘santa santorum’ de las finanzas, que es la ciudad financiera de Don Emilio, se podía interpretar como la que hace un buen marino a ponerse a cubierto cuando arrecia la tempestad, que no es el caso, porque el presidente del Gobierno es, más bien, de tierra adentro. Lo cierto es que cuando más arreciaba la tempestad, siempre en ámbitos financieros (recuérdese el caso de Endesa), más se entregaba a los brazos del verdadero poder económico.

Transcurrido un tiempo, más que prudencial y, encontrándonos en periodo electoral, habiendo finalizado el año 2007 e iniciado el 2008 con altas en todo tipo de bienes de primera necesidad, se han alzado voces que anuncian que “la economía va mal”. Ante este aserto, que para muchos es una evidencia, Zapatero formó el correspondiente Forum el pasado martes y acudieron empresarios, no lo más granado del mundo empresarial, ni mucho menos estaban todos los que son, a quienes se les veía con caras largas.

El presidente sorprendió a propios y extraños apelando al patriotismo y llamando antipatriotas a aquellos que difundían los rumores de que la economía no iba del todo bien. Posteriormente a la cita, se han producido dos hechos importantes: un crecimiento del 3,5% y una intervención del ministro Solbes en el Congreso, volviendo a inyectar tranquilidad, optimismo y dejando claro que no existían problemas estructurales ni de fondo en nuestra economía, sino que se trataba de cuestiones de mercados internacionales, financieros y, en definitiva, de problemas exógenos.

Visto lo anterior y establecido el contexto, pudiera parecer que para las próximas elecciones, al ejecutivo de ZP, le pintan bastos, pero no estamos de acuerdo, porque siempre estarán a punto de echarle una manita la pareja feliz formada por Acebes y Zaplana. Cuando termina la semana, ha ocurrido un hecho que no puede pasar desapercibido para cualquier analista político y económico que se precie.

El BS, el último banquero, ficha al ex del FMI, al ex ministro todo poderoso de la economía de Aznar, al actual director de la entidad financiera Lazard, Rodrigo Rato. Y a bombo y platillo anuncia el fichaje del que ha sido hasta hace poco objeto de deseo de una opinión pública centrada, y al que ahora nombran miembro del Consejo Asesor Internacional del BS. A modo de corolario tenemos que decir que a los Botines, olfato les sobra. En la democracia han sabido estar siempre con el ganador.

Pues bien, con este fichaje se puede decir que el banquero de Puente San Miguel mata dos pájaros de un tiro. De una parte con la sabiduría económica, que no es poca, de Rato pudiera estar preparando un perfecto desembarco económico-financiero de compra de una entidad financiera norteamericana, que lo elevaría a lo más alto, si es que ya no lo está. Y de otra se blinda ante la posibilidad, nunca imposible, de un hipotético gobierno del PP. Este pequeño análisis, a bote pronto, y con el fichaje de Rato como telón de fondo, se puede decir que el gran banquero cántabro no las tiene todas con él. Puede que esté poniendo una pica en Flandes, ya lo veremos.