La sinergia de la sospecha

... También dije, al final de dicho periodo, que su labor estaba agotada y que como llegaba otro flujo económico crítico, de crisis, procedía un cambio de las personas para que no se produjese el enquistamiento de las ideas y de otras “cosas”.

Mis augurios en negativo se cumplieron en aquella famosa comparecencia en que el consejero se despachó con un miembro de la oposición que, en el ejercicio legitimo y democrático de su labor parlamentaria, le pidió documentos para examinarlos y le dio el no por el no, afirmando que eso ocurriría cuando la tortilla diera la vuelta (la frase es mía, el consejero espetó algo como “cuando ganasen las elecciones tendréis los datos”).

Otra perla fue la de adjudicar a un despacho de Madrid -con domicilio ahora en Cantabria- un contrato de redacción de un reglamento de régimen interior o similar por 47.000 euros (ocho millones de pesetas) cuando todo el mundo sabe que ese tipo de trabajo no precisa ni tan siquiera de la opinión docta en derecho en profundidad, y más cuando la consejería dispone de técnicos más que cualificados.
Ante estas pequeñeces, al consejero se le nota bastante nervioso e irascible en sus comparecencias parlamentarias y ruedas de prensa, incluso disputa con alguna periodista-profesional cuando le formulan preguntas que no son de su agrado. Mal.  Si no tiene nada que ocultar, no hay que molestarse ni poner malas caras, porque todos somos de aquí, no paracaidistas de fuera, ni del carné, y tratamos, con el mejor espíritu que podemos, de defender lo nuestro.

La última sentencia del Ecoparque del Besaya ha vuelto a levantar la cazuela y el hedor es tal que el propio tribunal pide que la fiscalía investigue. ¿Se apelará y pasará el tiempo? Seguramente sí, sólo que se ha empezado a desvelar un entramado de casualidades y se ven personas que, sospechosamente, están en todas las partes. Un inciso, la Fiscalía debe retomar el tema de la Lonja y las declaraciones y denuncias de los trabajadores que llevaron a del Olmo al TSJC. Debería de investigarse, porque, a tenor de los informes que corren por todas las redacciones (de relaciones interpersonales, y societarias), la situación es muy delicada. Agudo ha aunado demasiada gente en su contra desde empresarios hasta personas independientes. Los sindicatos piden su dimisión y la CEOE de Mirones calla. No sé, no sé.