Noticias de Cantabria
21-05-2014 11:46

Mi voto enfilado hacia la papelera por castigar a Cantabria sin "el AVE".

Paulino Laguillo García-Bárcena.- Cumpliendo a rajatabla lo publicado hace un mes en la prensa regional y durante muchos días después en una página web muy visitada, bajo los titulares “Si no aseguran que Cantabria contará con el AVE para 2020 no votaré en las elecciones europeas”

Cumpliendo a rajatabla lo publicado hace un mes en la prensa regional y durante muchos días después en una página web muy visitada, bajo los titulares “Si no aseguran que Cantabria contará con el AVE para 2020 no votaré en las elecciones europeas”, tengo la tarjeta censal y mi voto cogidos con una pinza al borde de la papelera, para que en el instante de finalizar la actual campaña electoral sin haberse asegurado tal premisa, proceder a soltarla y con ello por vez primera practicar mi abstención con motivo de las  “Elecciones al Parlamento Europeo 2014”

Es una actitud que me duele muchísimo poner en práctica, de lo más consciente que tal camino no es el adecuado para todo ciudadano. Pero me encuentro muy obligado a ello en una defensa a ultranza de la justicia por la que clama Cantabria desde hace muchísimo tiempo. Y en el actual contexto de votaciones, me temo que puede sucederme aún algo peor, como es el que la abstención en este momento me sirva de entrenamiento para hacer lo propio en las Elecciones Generales de 2015.

 

 

¿Qué diputado europeo va a prestarnos el menor interés a los cántabros después de que una “lumbrera” de ministro de Fomento excluyera no hace tantos años a nuestra tierra del “Arco Atlántico”, quedando así totalmente ignorada en Bruselas de tan importante ordenación del transporte ferroviario?

 

Indefectiblemente tengo que reiterarme en lo que denunciaba en mi anterior artículo acerca de que “la dura realidad para Cantabria se ha acentuado tan notable como vergonzosamente hasta el punto de haber quedado aislada en la Cornisa Cantábrica, negándosele este medio moderno de transporte por decisiones políticas tomadas en Madrid bajo la más supina ignorancia de que Cantabria existe, o lo que sería mucho peor y de lo más denigrante, que nuestra tierra pinta muy poco o nada en el conjunto del territorio español”.

El secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento justifica casi cien millones de euros en la línea Santander –Palencia con las actuales obras de renovación de las vías y también de su adecuada electrificación, lo que redundará, asegura, en que “los tiempos de viaje entre Madrid y Santander se reducirán aproximadamente en una hora hasta situarlos en 3 horas y 30 minutos en el horizonte de 2015”. Refiriéndonos al irrenunciable AVE esto no deja de ser el chocolate del loro, máxime teniendo en cuenta que tal mejora debería de haberse efectuado en el siglo y milenio pasados.

Pero es que, además, dicho departamento ministerial añade en su informe que con la inversión de 500 millones en la nueva línea de alta velocidad Valladolid-Palencia, resultan “actuaciones que se completarán con la futura construcción del nuevo acceso en alta velocidad a Santander, cuyas obras se acometerán en fases posteriores”.

Esta última aseveración tiene el inequívoco sentido de palabras huecas que los cántabros hemos venido oyendo repetidas veces desde hace cuatro lustros (legislaturas de Aznar, Zapatero y actualmente de Rajoy), sonándonos en consecuencia a música celestial. A los hechos nos remitimos: absoluta carencia del necesario proyecto.

Es consabido que para poder analizar cualquier estudio técnico de esta índole es imposible hacerlo si el mismo no existe. De ahí nuestra consiguiente repulsa a la titular de Fomento, Ana Pastor, que en vez de tener realizado el imprescindible para el AVE a Cantabria, lo que hace es ir a Arabia Saudí para comprobar allí el que tienen elaborado para construir el AVE hacia La Meca a través del desierto.  

Mal, rematadamente mal lo tenemos los cántabros con los políticos que nos gobiernan y que nos tienen desde hace mucho tiempo padeciendo una apabullante marginación. La indignación por este tratamiento tan vejatorio es aún mayor como en el caso del reciente debate televisivo entre los cabezas de lista de los dos primeros partidos políticos, incidiendo Arias Cañete en que lo absolutamente prioritario para España es la mejora de la economía y la disminución del paro.

Por tanto, si a Cantabria no le proporciona el Gobierno de España las mismas condiciones para tratar de conseguirlo que a otras comunidades autónomas, ¿Tendremos que hacer milagros por nuestra cuenta?     

 

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