Valdecilla...

La primera, Maria Jesús Cedrun, representante de UGT, decía, sin ningún rubor, que el Hospital de Valdecilla llevaba camino de convertirse en un hospital comarcal. Afirmaba que no se le puede dejar morir, máxime cuando ha sido referente en este país y modelo a seguir, que había que fidelizar a nuestros investigadores para que no se fueran a otros hospitales. Además, proponía como salvadores al futuro Parque Tecnológico y, cómo no, al Banco Santander. Añadió que el actual sistema beneficia más a los ciudadanos de comunidades autónomas "grandes, económicamente fuertes y más potentes" y podría dejar "un poco al margen" a las más pequeñas y con menos capacidad de generar riqueza -léase Cantabria-.

Cedrún ha señalado que "entiende" que la gestión de la salud debe partir de la comunidad autónoma, aunque sin que deje de existir ese elemento "compensador" que tiene que tener el Estado.

Por su parte, Dolores  Gorostiaga, que acumula los cargos de secretaria general de los socialistas y Vicepresidenta del gobierno de coalición, afirmó “que el reto es gestionar todos los recursos disponibles, entre infraestructuras, medios técnicos y personal sanitario, para que el ciudadano sienta que se le atiende mejor". Sic. Además, añadió que  la financiación autonómica es otro de los problemas que hay que abordar teniendo en cuenta el "coste real" de los servicios, algo que depende de diferentes factores como el envejecimiento de la población o la tasa de dispersión.

Después de leer estas afirmaciones tan rotundas y tan llenas de sentido común que no entendemos -a ver si hay alguien que nos las traduzca-, los lectores dirán ¿y a nosotros qué? En mi opinión se han negociado mal las trasferencias de sanidad bajo coletillas como: que el estado de las autonomías funciona así, que no podemos vivir de lo que fuimos, que nuestra autofinanciación es insuficiente para gestionar ese Hospital, que si por nosotros fuera se lo devolvíamos al Estado, que no tenemos dinero suficiente, que se despilfarra mucho, que lo de I+D+I es para salir en la prensa, etc.

Y para finalizar,sólo me queda decir que “los de la boina” estamos cansados y hartos de las palabras huecas y de las medias verdades, que son mentiras, que algunas políticas de profesión nos ofrecen. Verdaderos ríos de tinta hemos vertido todos los que hemos dedicado un pensamiento de un Hospital que no volverá. Sin ir más lejos, yo me ha animado a escribir estas líneas, no deseaba hacerlo para no tener que decir lo que verdaderamente siento que es que se ha gestionado, mal, muy mal, y se ha llegado a una situación irreversible como pude comprobar en mi última aparición por allí para visitar a un amigo en el llamado Valdecilla Sur al que ya llaman: "La Terminal”, por eso de los aviones.

Los ciudadanos no queremos una jaula de oro, queremos un hospital que dé medicina, aséptico, apolítico, profesional. No queremos un sitio para pernoctar, sino un hospital en que se prime la investigación de los científicos y que se les pague. Que hay que hacer una reestructuración de personal y de pensamiento, que se haga. De momento sigo viendo un hospital político, de la facción que sale en las urnas. Primero fue el PP y ahora el PSOE. ¿Cuándo profesionalizaremos una gestión hospitalaria que pertenece a todos los cántabros y no a las siglas que en cada elección salga? Una asignatura pendiente que se tendrá que resolver.