Zapatero Banana

Pues nada, oiga. Esta buena señora ministra -de la que en los mentideros madrileños dicen que tiene más marketing que cabeza- ha montado la de San Quintín con el nuevo “amigo” de ZP, Obama, y rápidamente han ido los apagafuegos monclovitas  para decirles que a esta chica no le hagan mucho caso, que ya saben -por sus espias- cómo es. Así que han hablado con los americanos y les han dicho que cuando ellos digan España se va de esa nación que ni siquiera reconoce y de paso nos dicen cuántos soldados de los disfrazados de ONG quieren que se manden a Afganistán porque aquí, de ejercito, poca cosa, que está casi desguazado, que si patatin que si patatan y en eso estamos en el país de Zapatero Banana.

Cuando no se da más de sí,  esto es lo que llueve: un desgobierno. Está claro que lo pasamos muy bien con las Woman ministras, un ramillete de incompetentes que parlotean y se desdicen las unas  a las otras.

Lo mejor que hicieron fue aquel famoso posado para inaugurar legislatura. Conste que no peco de machista, sólo me limito a recordar sus actos. El problema es que no está el país ni para risas ni para chistes, que ya hay cuatro millones de parados contabilizados y tanto aquí en el Palacio Macho con su consejero Agudo al frente, como en Madrid con ese buen hombre que comenta la economía mundial, podemos acabar además de en la recesión en la que nos encontramos, en deflación y no se sabe que más con esta manta de incompetentes que no saben gestionar ni lo más simple.

Intra muros se discute sobre si ha llegado el momento de alcanzar un gran pacto nacional. Yo, desde esta tribuna opino que sí, que no hay otra solución, lo que ocurre es que tanto Zapatero como Rajoy por distintas razones no quieren reconocerlo.

Zapatero Banana porque sería como reconocer la simpleza del desgobierno actual y su propia incompetencia para sacar este barco semihundido a flote. En la otra orilla, se encuentra el registrador de la propiedad, Rajoy, y sus sacapuntas Gallardón y Esperanza, que tampoco quiere dar un paso adelante porque ve que, sin hacer casi nada, puede encontrarse sentado en el sillón de la Moncloa. No temo equivocarme  porque frente a la nada que representa Zapatero Banana, si Rajoy representa un poco, sería como muchísimo, porque resulta casi imposible hacerlo peor de cómo lo están haciendo estos chicos y chicas.