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Cantabria 18-06-2025 15:30

El expedáneo de Fontibre encargaba redactar las actas de las juntas a "amigas" y "nunca" firmó por otros

El fiscal mantiene su petición de cinco años de cárcel: "Se confeccionaron actas `ad hoc` de juntas que no se celebraron"

El presidente del Concejo Abierto de Fontibre entre 2003 y 2015 ha manifestado que durante su mandato se convocaban las juntas como "siempre", en el tablón de anuncios, y que tras las reuniones se redactaban las actas correspondientes, algo de lo que se encargaban algunas "amigas" suyas porque él "no sabía hacerlo".

Además, ha asegurado que "nunca" firmó por otras personas. "No soy culpable", ha expresado el expedáneo de la entidad local este miércoles en el juicio contra él, por un presunto delito continuado de falsedad en documento oficial, por hacer constar en el libro de actas juntas que no tuvieron lugar, acuerdos que no llegaron a aprobarse y la asistencia de vecinos que no estuvieron presentes.

El acusado, ganadero con estudios básicos, se enfrenta a cinco y seis años de cárcel que, respectivamente, piden para él la Fiscalía y el Concejo Abierto, que ejerce la acusación particular tras denunciar los hechos y querellarse cuando se produjo el relevo electoral.

Ha sido enjuiciado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, en una vista en la que han testificado algunos de los veinte vecinos del pueblo, perteneciente al municipio de la Hermandad de Campoo de Suso, que han coincidido en que no recuerdan que durante ese periodo se convocasen o celebrasen asambleas, mientras que ahora se hacen "varias al año".

Entre los testigos destaca el entonces secretario de la pedanía, que ha indicado que en el periodo cuestionado no se convocaban reuniones y, por tanto, ha negado que asistiera a las juntas objeto de este pleito y, por tanto, que firmara las actas pese a que en algunas aparece su rúbrica. "A mí no me pasaban nada. No he firmado nada como secretario", ha sentenciado, después de admitir que le comentaban cosas "de palabra".

Al hilo, ha manifestado que no recuerda la reunión en la que le nombraron secretario ni a los asistentes a la misma, ni tampoco con su homóloga del Ayuntamiento para la explicación y delegación de competencias. "Yo no he firmado nada, de nada, de nada", ha insistido.

En concreto, se juzga lo acontecido en torno a tres actas de sendas juntas que presuntamente tuvieron lugar en noviembre de 2013 (sobre las cuentas de la entidad) y en enero y febrero de 2014. Según el fiscal, el entonces y durante doce años presidente de Fontibre hizo constar su celebración en el libro de reuniones, pese a que "nunca" se llevaron a cabo, y actuó del mismo modo con acuerdos que no se aprobaron y la asistencia de un vecino que no estuvo presente.

En relación con esto último, ha declarado el supuesto asistente, que no solo ha negado que él firmara alguna de esas tres actas, sino que ha indicado que el nombre que figura junto a las rúbricas que le han mostrado es el de su padre, que falleció "hace 20 años".

Este hombre, que ahora no tiene relación con el implicado aunque sí trataba con él en su etapa de alcalde, ha aseverado que en los años en los que estuvo al frente del Concejo de Fontibre "no se celebraron" juntas, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad. Y aunque conoce al entonces secretario, ha puntualizado que no sabía que lo fuera o que actuara como tal.

Otro residente en la localidad, y que ha sido secretario y pedáneo con posterioridad a los hechos juzgados, ha rechazado que se celebrase "ningún" encuentro durante las legislaturas en las que el acusado presidió la entidad. Y es que, en caso contrario, se "hubiera enterado", ya que "siempre" participaba en las reuniones.

CONVOCABA JUNTAS, SE REDACTABAN ACTAS Y NO SE FALSIFICABAN FIRMAS

Frente a estos testigos, el procesado --que también se enfrenta al pago de una multa, de 5.400 euros que pide el fiscal y 7.200 que reclama el Concejo-- ha afirmado que convocaba las juntas, a la que "iba gente", aunque "cada vez menos".

Según ha especificado, se anunciaba el día, fecha y hora de celebración en un tablero colocado en la pared de una casa de la localidad, porque "siempre ha sido así".

En cuanto a las actas de la reunión, ha comentado que se encargaba una "amiga" que acudía a las mismas y a la que pedía que las escribiera ella porque él "no sabía hacerlo", punto sobre el que después ha matizado que se lo pedía a "varias" conocidas para justificar así que no recordase su nombre.

En todo caso, ha dicho que "nunca" ha redactado un acta de un encuentro sin que acudiera gente. Y tras negar que la secretaria municipal se entrevistara con él para explicarle las normas y funcionamiento del Concejo, ha apuntado que el secretario de la pedanía estaba presente en las reuniones y, si alguna vez no podía acudir, entonces le pasaba él después la documentación para que la firmara.

Sobre las rúbricas presuntamente falsificadas, ha dicho no acordarse, toda vez que "ha pasado mucho tiempo". Y aunque le han exhibido algunas en el plenario, no se ha pronunciado sobre las mismas al alegar que no llevaba gafas y no ve sin ellas.

El procesado, que ha respondido a las preguntas del fiscal y de su abogado, pero no a las formuladas por el letrado del Concejo, ha señalado para finalizar que no tenía relación con su sucesor en el cargo y querellante, ya fallecido, y al que ha achacado una "persecución" hacia él "constante", durante "toda la vida", debido a problemas de "familia" propios de "los pueblos".

En la prueba pericial, los agentes de la Guardia Civil han ratificado los dos informes que hicieron en 2018 sobre las firmas. Con ambos concluyeron que el entonces secretario era autor de las rúbricas en cuestión y que la que figuraba de un vecino -que supuestamente asistió a las juntas y que ha testificado que no acudió porque no se convocaban ni celebraban- no es suya.

Sin embargo, los peritos no han podido determinar si las del pedáneo acusado las estampó o no él, ya que técnicamente no ha sido posible determinar la autoría.

SE CONFECCIONARON ACTAS 'AD HOC'

Practicada toda la prueba, el fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones, al entender que "se confeccionaron actas 'ad hoc' de juntas que nunca llegaron celebrarse" e incluso en una se indicó que había acudido una persona que "nunca" estuvo, pues había fallecido y, por tanto, es "imposible".

Considera "difícil creer" la versión del encausado de que el secretario no acudía a las reuniones y firmaba después las actas. En este punto, la acusación pública ha achacado la declaración de este testigo -que niega que firmara nada, aunque según la Benemérita sí lo hizo- a que tiene "miedo" a reconocerlo porque se da cuenta de que sería delito y "se puede meter en un berenjenal".

El letrado del Concejo de Fontibre ha llegado a "la conclusión irrefutable de que hay actas falsas" de los últimos cuatro años de mandato -de los ocho anteriores no constan-, y ha destacado que presentan "armonía" y guardan "parecido" entre sí.

Cree que al no resultar reelegido en las elecciones de 2015, el encausado optó por entregar documentación oficial de la entidad local a su sustituto "deprisa y corriendo", hasta el punto de "inventarse" juntas que no se celebraron, en las que "el único que firma" es él.

Su abogado achaca las imputaciones a una cuestión de "enemistad" entre vecinos del pueblo, algo que "apesta desde el primer momento" del pleito. Este letrado ha cuestionado la "generosidad" del fiscal con el secretario y que su cliente sea el único procesado, aceptando que sean "todos tontos", pero no "unos más listos que otros".

De todos modos, cree que las actas en cuestión -ha solicitado la impugnación de algunas- no constituyen documento público y que en caso de condena y "como mínimo" habría que aplicar la atenuante de dilaciones indebidas muy cualificada, al ser "de libro" en una causa -de más de mil folios- que ha estado parada de 2016 a 2024, sin descartar la prescripción.

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