Ha bastado que el irritante Mario Draghi haya abierto la boca para decir que el BCE va a hacer todo lo posible para poner a salvo el euro, seriamente amenazado por el acoso a las deudas soberanas de Italia y España, para que los mercados, esos entes con vida propia, insaciables y, en muchas ocasiones, irracionales como bien dijo el ministro de Economía, nos han dado un respiro.
Nos estamos quedando sin fuerzas y sin dinero. La virtud de la esperanza es cada día más difícil de mantener y, lo que es peor de todo, nos estamos quedando sin tiempo.
La mirada una pizca hueca del Presidente Rajoy; el tono solemne y no impostado de la vicepresidenta anunciando las duras medidas adoptadas por el Gobierno; la postura huidiza de Alfredo Perez Rubalcaba el pasado miércoles en el Congreso son una breve metáfora de la situación política de España.
Los responsables europeos son locuaces y rápidos a la hora de decir a todos lo que se debe hacer. Son jueces implacables de los actos ajenos pero ¿y ellos?. Ellos están ensimismados consigo mismos.
Consuelo Ordoñez, hermana de Gregorio Ordoñez, concejal del PP asesinado brutalmente en presencia de María San Gil, ha estado con quien ordenó semejante atrocidad. Lo ha hecho de manera voluntaria y después de un largo período de reflexión personal.
El "tupper" gana terreno a los menús del día o a los comedores escolares. Es ya una realidad-aunque no haya cifras oficiales-que son muchos los trabajadores de pequeñas y medianas empresas que han optado por llevarse la comida de casa y así ahorrarse los 8 o 10 euros del tradicional menú del día.
Por primera vez desde que el PP llegó al Gobierno, la sobremesa del viernes resultó tranquila. La Vicepresidenta del Ejecutivo no anunció nuevas medidas de recorte y si se recreó en el "pacto de Estado" que había supuesto, el jueves, el encuentro del ministro Montoro con las Comunidades Autónomas.
El expresidente Felipe González, junto con Emilio Casinello y Miguel Olivencia, ambos comisarios de la Expo 92, va a ser nombrado hijo predilecto de Sevilla. La idea es del alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, hombre templado, simpático, que ejerce la alcaldía sin el menor rastro de ira o beligerancias estériles. Y la idea es buena, muy buena...
Al término del debate sobre las enmiendas a la totalidad al proyecto de ley de Presupuestos, el presidente del Gobierno dijo que estaba muy contento, que el Gobierno tenía la fortaleza suficiente para tomar medidas y ahí quedó todo
El Gobierno ha acudido a esa rendija prevista en la propia ley de 2006 para enviar un mensaje claro al PSOE: o hay acuerdo o decidimos nosotros que para eso tenemos mayoría suficiente. No ha dado, al menos en puridad, "un golpe institucional". No ha derogado nada.
No es difícil suponer el estado de ánimo general de la Familia del Rey y del propio Rey. Están siendo semanas y meses dolorosos y difíciles para todos sus miembros a lo que hay que añadir la perplejidad de los propios españoles. El Rey, de nuevo en el quirófano y la Reina en Grecia. Ambos en viajes privados. ¿Debe entrar en el concepto de lo privado que el Rey viaje, nada menos, que a África?
Tanto a Felipe González como a José María Aznar las huelgas que a ambos les convocaron no les salieron gratis. En gran medida, tuvieron que volver sobre sus pasos, pero ahora es distinto.
El próximo domingo, con los resultados de las elecciones andaluzas y asturianas en la mano, se iniciará el día después para la estrategia a seguir en los próximos meses.
Asturias y sobre todo Andalucía centran la atención electoral. De acuerdo con los dato conocidos en ninguna de las dos autonomías se puede dar nada por seguro. A día de hoy cualquier fórmula de Gobierno parece posible ya que en ninguno de los dos casos se apunta con nitidez una mayoría absoluta.
En buena hora se le ocurrió decir de sí mismo que era previsible. Apenas siete semanas, solo siete, en Moncloa y Mariano Rajoy ha logrado en varias ocasiones que se nos corte la respiración.
Vivimos tiempos oscuros en los que están ocurriendo acontecimientos que nunca imaginamos. Rubalcaba dice que el discurso de Rajoy pregonando nuestras ingentes dificultades económicas es una estrategia de comunicación puesta en marcha con el único objetivo de que el presidente del Gobierno, ocurra lo que ocurra, siempre quede bien.
En cincuenta días de Gobierno, el Ejecutivo se ha puesto el acelerador y ha presentado las tres primeras grandes medidas para afrontar una situación que ya ni merece la pena calificar.
Esta idea se ve reforzada, muy reforzada con la llegada activa de Felipe González que afirma querer mucho a su niña Carmen Chacón, pero, en política, una cosa es el querer y otra la estrategia o los objetivos.
Llegar al poder y hacerse con las riendas de la situación no es tarea fácil. Se conocen datos y detalles que no se tienen en la Oposición, hay que crear equipos y dinámicas de trabajo, fijarse objetivos y diseñar estrategias.
Da la impresión de que nuestro ministro de Hacienda desayuna ginseg que, al parecer, da energía y en algunos casos puede llegar a producir hiperactividad. No para. Lo mismo se va a Andalucía para apoyar a Javier Arenas, que sube los impuestos, o trata de embridar los gastos, muchas veces desmesurados, de las comunidades autónomas.
en esta ocasión la dama en cuestión no ha dejado títere con cabeza y Austria, país envidiable por sus prestaciones sociales, su calidad de vida y su sosiego político pierde la nota máxima. En el cesto han cabido también países como Italia, Chipre y la Francia de Sarkozy; es decir, el euro ha perdido solvencia.
Después de unas Navidades bien atípicas, volvemos a la normalidad; o mejor dicho a una nueva normalidad en la que hay una convicción compartida: somos más pobres y lo somos desde hace tiempo pero es ahora, cuando la amplia y siempre sacrificada clase media, siente en sus carnes la necesidad de coger lápiz y libreta y hacer cuentas, cuando realmente hemos asumido que somos más pobres.
Lo dijo la supervicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría: con tanto trabajo se nos ha olvidado que estamos en Navidad. Tiene toda la razón. No creo que en lo que llevamos de democracia hayamos vivido una Navidad que parezca tan poco una Navidad. La investidura, el nuevo Gobierno, los primeros nombramientos y las brechas del PSOE apenas han dejado aliento para otra cosa que no sea el seguir de cerca la actualidad.
Últimamente, en el País Vasco se están produciendo algunos lamentos bien llamativos. Lamentar el paro, la injusticia, y avergonzarnos de que cada día del año 300 millones de niños logren coger el sueño con la compañía del hambre, entra dentro de lo razonable. Pero los lamentos que llaman la atención son otros.
A una semana escasa de la celebración de las elecciones, el PSOE dio ayer el primer paso para ponerse delante del espejo. Zapatero y Rubalcaba han achacado a la crisis los males que les asolan porque aún cuando el que fuera candidato recordara que el PP no ha superado los once millones de votos -"no lo hará nunca", sentenció-, los socialistas, en el fondo, se enfrentan a algo más o a algo distinto a una mera derrota electoral.
A pregunta del periodista para un espacio en la red, el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba afirmó que en la noche del 20N, él no se iba. La pregunta era pertinente en la medida que en los corrillos políticos y periodísticos se especula con la reacción que el candidato socialista podría tener en la noche del próximo domingo si, finalmente, las urnas confirman las encuestas.
Las demoledoras cifras de paro, la imparable necesidad de los bancos de dotarse de mayores recursos y la asunción de que esta crisis va a durar muchos años, que nada se va a resolver a medio plazo y que nada será posible sin inmensos sacrificios conlleva que el futuro deseado se aleje en las conciencias de los ciudadanos y en el ánimo general de España.
¿Cómo no alegrarse al saber que no te va a estallar una papelera a pie de tu portal?. ¿Cómo no respirar distinto si quien te mira solo te mira y no te espía?. ¿Cómo evitar no pensar que el sueño de la libertad a lo mejor ha llegado?.
Los equipos electorales de los candidatos, ambos dirigidos por mujeres, trabajan a destajo. Entre los asuntos pendientes de dilucidar está el obligado cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba.
José Bono, presidente del Congreso y posible candidato- si se dan la circunstancias- a la secretaría general del PSOE propuso ayer algo deseado por todos los españoles.
Es lógico que los socialistas estén perplejos y que su candidato, en una inteligente decisión comparezca como "responsable" del partido socialista para afirmar que el tener deuda no es de izquierdas. Como el malestar es obvio, mañana lunes hay cónclaves socialistas.
Con su discriminación sobre víctimas ya tenemos elementos -si alguno faltaba- para tener claro cuál es el pensamiento de Bildu porque de las palabras de Garitano podemos y debemos concluir que todas las demás víctimas por no ser no fueron ni siquiera un error. ¡Que vergüenza¡
Quedan muchas semanas para las elecciones y por ello creo que aún estamos a tiempo de enderezar el rumbo y nunca más volver a hablar de ETA y menos si para que los dos grandes partidos se enfrenten. Los españoles no nos lo merecemos.
Inglaterra no es Noruega. Saben bien lo que es el terrorismo, las huelgas y saben muy bien que son vulnerables como lo evidencian las extraordinarias medidas de seguridad a las que hay que someterse cuando se quiere visitar alguno de sus extraordinarios edificios.
Era obvio que las pesquisas del juez Ruz acabarían con el obligado auto y era obvio que, en Valencia, el juez Flors acabaría pronunciándose sobre el asunto de los trajes. Las apuestas en relación a la suerte de Camps se dirigían mayoritariamente a que éste acabaría en el banquillo.
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