Bergareche: "Lo difícil no es escribir, sino tener una historia que contar"
"Soy blanco, heterosexual, de una familia privilegiada, con lo cual no puedo agitar la bandera de ningún orgullo", dice el escritor

El periodista Jacobo Bergareche "siempre" ha querido escribir y ha tenido "claro" que tenía que ser escritor, por lo que desde joven practica a diario, aunque a su juicio "lo difícil" no es escribir en sí, algo que se puede enseñar y aprender también, sino tener una historia que contar.
"Si aprendes a escribir porque te enseñan", entonces "lo difícil no es escribir, sino tener una historia que contar. Realmente, es lo más difícil", ha apuntado esta tarde en Santander, donde ha protagonizado el ciclo `Martes Literarios` de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
En este foro, el también guionista y productor, que desde los 16 años iba a la `Escuela de Letras`, ha señalado que la escritura no es "un don", sino que es algo que se puede enseñar y por tanto aprender, como a tocar el piano o a dibujar, ha comparado.
Así, hay autores que saben escribir, hasta el punto de que publican un libro cada año, pero "se olvidan" de contar historias, algo para lo que a juicio de Bergareche (Londres, 1976) hay que tener oído, te tienen que pasar cosas o se debe estar atento a lo que sucede a los demás.
"Lo que hace al escritor es escribir buenas historias y ser honesto con lo que escribes", ha considerado el autor del ensayo autobiográfico `Estaciones de regreso` y las novelas `Los días perfectos` y `Las despedidas`, y para quien un buen escritor puede dedicarse a cualquier género, desde el periodismo, que se caracteriza por la inmediatez, hasta la novela, "que no tiene tiempo" y es "el género burgués por excelencia".
Tal y como ha comparado Bergareche durante su intervención en el encuentro, desarrollado en el Paraninfo del Palacio de la Magdalena, se ha "pasado más tiempo queriendo ser escritor que escribiendo".
"El problema era querer ser escritor", pero "ahora me interesa mucho más escribir cosas que ser escritor", ha diferenciado el periodista, que en la actualidad compagina la escritura con su trabajo como productor y guionista de series de ficción.
Según ha reconocido, ha escrito desde pequeño: diarios que todavía conserva, cartas "compulsivamente", y cuentos e historias que "empezaba todos los días" pero que no "terminaba", hasta el punto de llegar a "tomárselo en serio" o de manera profesional.
Momento en el que ha vinculado el hecho de publicar una novela con escribir una carta, meterla en una botella y lanzarla al mar, en el sentido de que en ambos casos "no sabes quién te va a leer". Aunque una obra es "para el universo", en tanto que una misiva se destina solo a "una persona", ha precisado.
NO TIENE AGENDA POLÍTICA NI IDEAS DE LAS QUE CONVENCER A NADIE
Pero, en cualquier caso, Bergareche ha dejado claro que él no tiene "ninguna agenda política ni ninguna idea de la que quiera convencer a nadie: Soy blanco, heterosexual, de una familia privilegiada, con lo cual no puedo agitar la bandera de ningún orgullo".
En consecuencia, solo escribe de "los grandes temas" y las cosas que le interesan, como la muerte, el amor, el sentido de pertenencia o ser padre, que son a su vez "los grandes problemas", porque "no tienen solución".
"Gracias a Dios estoy liberado de cualquier activismo y puedo escribir de las cosas que no termino de comprender del todo porque me afectan a mí y supongo que a todo el mundo", ha enfatizado el también autor del poemario `Playas`, la obra de teatro `Coma` o la colección de libros infantiles `Aventuras en Bodytown`.
Precisamente, una de sus obras, `Estaciones de regreso` la escribió a raíz del fallecimiento de su hermano y tardó "casi cuatro años", mientras que las demás le han llevado "meses", debido a que "no sabía muy bien a dónde iba". Lo ha comparado con iniciar un viaje y desconocer el destino.
Se trata de un escrito de carácter autobiográfico, con el que "te descorchas", ha expresado su autor, que ha evidenciado que cuando pasa "una cosa terrible", la vida "se hace añicos", se rompe "la continuidad del yo" y se pierde "la conexión con el pasado". Entonces, esa escritura fue como un "pegamento" para juntar las piezas, reconstruir las cosas y continuar.
Al hilo de lo anterior, Bergareche ha reflexionado que aunque no se sabe de dónde nace la literatura, "muchas veces" proviene de una pérdida, por lo que es "una forma de consuelo" a la vez que permite intentar entender la muerte, algo que forma parte del aprendizaje de la vida.
En este punto, ha desvelado que durante mucho, coincidiendo con el aniversario de la pérdida de su hermano, escribía un poema, pues era también una manera de "enfrentarse" a ello, y le ha permitido hacer una "radiografía" anual de sí mismo.
LOS NACIONALISMOS TE HACEN CRECER HACIA DENTRO
Pero además de la muerte, hay otras formas de pérdida, como el hecho de tener que abandonar un lugar donde se ha sido feliz. Es lo que sucedió a Jacobo y su familia cuando vivían en País Vasco, pero no solo por la amenaza que entonces suponía la banda terrorista ETA.
Lekeitio, el pueblo pesquero de Vizcaya donde residían, "se hizo pequeño" también porque ellos crecían "hacia afuera", mientras que los nacionalismos "te hacen crecer hacia dentro".
NOSTALGIA Y ALEGRÍA
Preguntado por aspectos como la fragilidad, la melancolía y la nostalgia, o la alegría y la felicidad, el periodista, guionista y productor ha confesado que no le gusta la nostalgia y prefiere pensar que él no es nostálgico.
"Es una forma de mirar al pasado que ensombrece el futuro. Pero se puede mirar al pasado iluminando el futuro", ha puntualizado, antes de diferenciar la alegría, algo que "se irradia y se contagia", de la felicidad, que es una cuestión "muy líquida", pues puede dar paso a la tristeza. La alegría, en cambio, es "una disposición, una forma de ser, un ofrecimiento a los demás".
Finalmente, cuestionado acerca de cómo escribe, Jacobo Bergareche ha indicado que procura hacerlo por la mañana, que siempre tiene que "tirar mucho a la basura" y que la crítica para él son sus familiares y amigos. Pero lo fundamental es "tener clara la historia que quiero contar", ha concluido.
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