Los niños, víctimas indefensas

Ha comenzado la exposición, facilitando unos datos acerca del acoso escolar que hacen reflexionar, ya que según el observatorio de la Junta de Andalucía sólo hay  0.03% de casos, sin embargo a priori,  sólo con el número de niños con los que trabaja este profesional, hace dudar de la veracidad de este dato.

Ciertamente me pregunto por qué este tema tan importante que se cobra vidas, no está cubierto por los periodistas, ni por los medios de comunicación de la misma forma en la que cubren, por ejemplo los casos de violencia de género, evidenciando una falta de interés inexplicable por unas víctimas indefensas, los niños, las víctimas más frágiles de nuestra sociedad.

Desde el inicio de la exposición plantea por qué ocurre el acoso escolar, por qué le pasa a los niños, qué se puede hacer desde casa y cómo educar a los niños para que no les ocurra.

Cabe señalar que la ponencia tiene formato taller, en la que las personas presentes intervienen durante la misma, haciéndola más dinámica  y permitiendo aportar cada experiencia de las personas que acuden.

En la sala se encuentran una directora de un instituto, varios docentes, numerosas madres, algunos padres y tres niños.

Es curioso ver la forma grupal de definir términos como acoso escolar o asertividad, y encontrarse de frente con el procedimiento que se contempla por parte de la Junta de Andalucía para los supuestos de acoso escolar. Parece que queda mucho que trabajar en este campo.

Los ejemplos de cómo conseguir que tu hijo o hija crezca conservando un comportamiento asertivo se suceden, haciendo ver la importancia para los padres de predicar desde el ejemplo, con determinación y constancia.

También nos ofrece Rafael, su forma de clasificar la actitud de las personas en tres tipos; tortuga, persona y dragón. Siendo dragón la actitud tipo de los acosadores y tortuga la de los acosados. Nos manifiesta que los acosadores buscan una determinada actitud en sus víctimas, y nos ayuda a identificarnos con nuestro tipo.

Rafael, nos propone un cambio de actitud en determinados escenarios, a lo que denomina ponerse una “careta” evitando de ese modo una actitud que pueda atraer a los acosadores, método que le ha resultado altamente efectivo entre los niños con los que ha trabajado.

Esta ponencia, no es de las que te deja indiferente, ni de las que te ayudan a dormir por la noche, sino más bien todo lo contrario, y sin embargo, es de las que te carga las pilas y ayuda a concienciar acerca de algo que realmente importa; nuestros hijos.