Pedro Sánchez es un soñador. © Mariano Cabrero es escritor
Pedro Sánchez es un soñador para un pueblo-el español-, que soñando y más soñado?Dios se lo llevará a la?: ¡Qué así sea! Para su bien y, desde luego, para el bien del pueblo español?Porque lo importante en esta vida consiste en ser buena persona. Todo lo demás viene y se consigue por añadidura.

Pedro Sánchez es un soñador para un pueblo-el español-, que soñando y más soñado ¡Dios se lo llevará a la¡...: ¡Qué así sea! Para su bien y, desde luego, para el bien del pueblo español?Porque lo importante en esta vida consiste en ser buena persona. Todo lo demás viene y se consigue por añadidura.
Por qué cuando la política española es objeto de una crisis, siempre han de reaparecer voces que nos indican unas elecciones anticipadas, un voto de censura o una solución rápida que nos saque del pozo negro en que estamos metidos.
"Suele pensarse que el político ideal sería un hombre [o mujer] que, además de ser un gran estadista, fuese una buena persona. Pero ¿es esto posible?", se preguntaba Ortega.
Llevamos un tiempo en que pensamos que algo iba mal en el PSOE. Y estos supuestos escándalos-con mayúscula-de Santos Cerdán, Ábalos y Koldo nos llevarían, en condiciones normales, a la celebración de nuevas elecciones generales. Sánchez lleva tiempo gobernando y dirigiendo un barco sin rumbo-la democracia española de 2025- , y, a poco que se descuide, tendrá que volver a bailar con la más fea: perder las futuras elecciones generales españolas.
Uno entiende que no se puede responder con una crisis institucional a cada caso de corrupción individual. No cuando el propio partido reacciona con rapidez, expulsa a los implicados, colabora con la justicia y refuerza los controles internos. ¿Qué sentido tendría disolver un gobierno legítimo y eficaz porque un exasesor y dos exdirigentes hayan cometido presuntamente delitos a espaldas del Ejecutivo?
Nuestro presidente se transforma cuando sale a la luz, cuando abandona el ministerio, seguro de que la intendencia no le va a fallar y convencido de su carisma. Cada vez que sale a escena se convierte en una especie de Quijote cuya soltura y valentía -eso sí, verbal- nunca cansa a los infinitos Sanchos que existen a lo largo de la geografía española.
Todos sabemos que el mercado de los votos debiera ser un mercado de razones, que es lo que, en último término, lo justifica desde un punto de vista moral, pero es también un mercado de ilusiones que, si bien no prestan a la democracia una justificación tan sólida como las razones, le dan en cambio un colorido y una fuerza sin las cuales la democracia tampoco sería lo que es.
Se me viene a la cabeza el siguiente párrafo: ?¡Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.? Este párrafo es de Pedro(don) Calderón de la Barca.
La ilusión es nuestra esperanza para tratar de conseguir todos nuestros objetivos, valiéndonos siempre de nuestra fuerza de voluntad que no tiene límites?
Y termino diciendo: ?el señor Sánchez tiene sin aprobar los Presupuestos Generales del Estado, permite la progresiva marginación del poder legislativo, no cumple con los compromisos electorales, El Estado de Derecho se va deteriorando a pasos agigantados y permite que las negociaciones opacas sobre ?una ley de amnistía? se esté llevando a cabo para el bueno de Puigdemont, pero le queda responder por ?su juicio por la malversación de fondos para poder financias el procés??
En la cumbre de la OTAN en la Haya, se pudo ver en el margen derecho de la foto, a Pedro Sánchez-el presidente del gobierno español- protagonista de la cumbre por ser el único en negarse a comprometer un porcentaje tan elevado, parecía haber quedado, de alguna forma, separado del grupo, o quizás olvidado por La Comunidad Europea.
Sí puedo afirmar, y puedo equivocarme, que si los partidos políticos tuvieran que autofinanciarse, sin duda, tendríamos menos hombres/ mujeres dedicadas al ?arte de la política? y, por tanto, menos gastos y más ingresos: es una idea... Estamos faltos de políticos inteligentes y hábiles, que no saben o no quieren negociar por el bien de España, que sus cabezas no permanecen frías, que sus corazones no están templados, que emplean la política como un arte de engaño... , cuando todas sabemos que ésta es un arte que sólo la ejercen los verdaderos hombres de Estado. Esta es mi última reflexión.
La Coruña, 29 de junio de 2025
© Mariano Cabrero es escritor
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