Noticias de Cantabria
21-02-2011 07:42

Propaganda partidista frente a promesas de austeridad

He de confesar que aún sigo algo confundido con el contenido de uno de esos anuncios que promete austeridad porque, ¿es necesario gastar miles y miles de euros en hacer propaganda partidista pura y dura, para prometer precisamente austeridad? ¿No es un ejemplo del peor de los despilfarros?

Habrán visto que en las últimas semanas el Partido Popular ha inundado la región de vallas publicitarias. En esos enormes carteles se pueden leer algunas frases que condensan lo que parece serán las principales propuestas programáticas de los conservadores y, de paso, nos muestran a un Ignacio Diego 'tuneado' que nos habla como candidato a la presidencia de Cantabria aunque a día de hoy no haya sido designado para ello.
He de confesar que aún sigo algo confundido con el contenido de uno de esos anuncios que promete austeridad porque, ¿es necesario gastar miles y miles de euros en hacer propaganda partidista pura y dura, para prometer precisamente austeridad? ¿No es un ejemplo del peor de los despilfarros?
Y entonces, es lógico preguntarse ¿por qué hacen esto? Porque en términos de pura racionalidad, es imposible creer que el PP en Cantabria fuera a hacer y ser lo que no hace ni es en el mismo Santander (ayuntamiento más endeudado de Cantabria), o en la ciudad de Madrid (ayuntamiento más endeudado de España) o en la Comunidad Valenciana que tiene la ratio deuda/PIB más alta de todo el país.
Esa es la cuestión: son incapaces de gestionar con austeridad las cuentas públicas allí donde gobiernan y se gastan un montón de dinero en prometer austeridad en nuestra región que es la segunda menos endeudada de España según los datos oficiales del Banco de España. Datos oficiales que lo son y lo seguirán siendo a pesar del empeño del PP en cuestionarlos.
¿Puede álguien en el PP explicar en qué contribuye a la recuperación de la confianza cuestionar los datos oficiales sobre el endeudamiento de Cantabria? Creo que muchos votantes conservadores no pueden entender la clamorosa falta de responsabilidad y de lealtad con Cantabria del principal partido de la oposición cuando este trata de confundir a los ciudadanos sobre la solvencia financiera de la región. Me parece a mí que en modo alguno está reñido el ejercicio de la crítica con el sentido de la responsabilidad.
Que nos exijan rebajar el nivel de endeudamiento es propio del juego político. Que pese a ello el PP proponga unas recetas que consisten en reducir los ingresos (mediante bajadas de impuestos) y aumentar los gastos (no hay prestación que el PP no haya exigido que se incremente) es un ejercicio de filibusterismo político: no se puede pedir algo para a continuación plantear medidas en la dirección contraria de lo que se plantea. Esto no cabe en el juego político y, menos aún, en las actuales circunstancias que requieren de todos nosotros, los responsables públicos, el máximo compromiso y la máxima responsabilidad.
¿Y qué les parece ese anuncio del PP de convertir a Cantabria en una suerte de paraíso fiscal para las empresas? ¿Cómo es que el Sr. Diego aún no sabe que las Comunidades Autónomas no tienen competencia alguna en materia de impuesto de sociedades? ¿Cómo es posible afirmar esto y al mismo tiempo exigir para España más unidad de mercado? ¿Quién, en su sano juicio, garantizaría la unidad de mercado si cada Comunidad Autónoma pudiéramos decidir a nuestro antojo la fiscalidad que recae sobre las empresas?
Ya se que todo esto puede parecer increíble. Que es inconcebible que quien desde la derecha aspira a dirigir nuestra región ignore estas elementales cuestiones, pero es probable que este atrevimiento provenga de esa concepción que tiene la derecha de que en esta crisis quien estorba es el Estado y lo público y que la solución vendrá de la mano de lo privado y de los mercados.
En este contexto se pueden entender las reacciones de algunos líderes del PP al Acuerdo Social y Económico alcanzado por el Gobierno, los sindicatos y la CEOE para avanzar en la recuperación económica y del empleo y para garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema público de pensiones y por extensión de nuestro siempre mejorable Estado de Bienestar. En particular, la reacción del responsable económico del PP, Cristóbal Montoro, que preguntado por si su partido se sumaría al acuerdo se despachó con un «Si no queda más remedio...», que recoge fielmente la aversión que muestran a todo aquello que suponga una salida a la crisis desde la política y a través de la concertación social. Sólo desde la profunda desconfianza hacia lo público pueden entenderse las palabras del expresidente Aznar sobre el modelo autonómico. Reflexiones que, por cierto, venían a sugerir la supresión de algunas comunidades autónomas de pequeña dimensión ¿Estaría el presidente de honor del PP pensando en Cantabria? Haría bien el Sr. Diego en decirnos a los cántabros si su deseo es ser Presidente de Cantabria o Gobernador civil (hoy subdelegado del Gobierno) de una provincia inserta en otra región.
Los socialistas, ajenos a estas crisis de identidad, estamos trabajando duro para forjar un nuevo modelo de región más pegado al conocimiento y a la innovación. Una región volcada en la sostenibilidad económica, medioambiental y social. Una región con la máxima cohesión territorial y social. Una región que lidere desde lo público las políticas que sirvan a la mejora de la calidad de vida de las personas. Y una región orgullosa de su autogobierno que no recela del proyecto común que es España. Allá el PP con su inconsistencia.

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