V Centenario de la llegada de Carlos V a España, en su recorrido por Asturias, Cantabria y Castilla y León
El emperador Carlos V parecía tener una especial predilección por Cantabria. En su primer viaje desde Flandes, con apenas 17 años, cuando iba a tomar posesión de la corona de Castilla, tenía previsto atracar en Santander. Solo el mal tiempo lo impidió, y en septiembre de 1517 la armada tuvo que tomar tierra en Tazones, Asturias, un minúsculo pueblo que vivía de la pesca de ballenas, casi en la frontera con Cantabria.

V Centenario de su llegada a España (1517-2017)
El emperador Carlos V parecía tener una especial predilección por Cantabria. En su primer viaje desde Flandes, con apenas 17 años, cuando iba a tomar posesión de la corona de Castilla, tenía previsto atracar en Santander. Solo el mal tiempo lo impidió, y en septiembre de 1517 la armada tuvo que tomar tierra en Tazones, Asturias, un minúsculo pueblo que vivía de la pesca de ballenas, casi en la frontera con Cantabria. Unos días después reemprendió viaje, pero enseguida se sintió enfermo y hubo de detenerse en San Vicente de la Barquera, ya en Cantabria, en el convento franciscano de San Luis, del siglo XV. Cuando se encontró mejor, los habitantes de esta villa marinera organizaron en la ría, con la marea baja, lo que para Carlos fue un raro espectáculo que no comprendió del todo. Al terminar, le explicaron que había asistido por primera vez a una corrida de toros.
En el año 2017 se conmemora el quinientos aniversario del desembarco de su alteza Real D. Carlos de Hamsburgo en la localidad de Tazones (Villaviciosa, Principado de Asturias), en lo que fue su primer viaje a España (también su primera instancia en nuestro país), al objeto de tomar posesión de los reinos hispanos recibidos por línea materna. Fue éste un viaje iniciático para el joven príncipe, flamenco de nacimiento y educación, pero de convicciones europeístas , como pronto quedaría patente.
Las Españas no le fueron, de entrada, propicias. El clima del Cantábrico, húmedo y fresco, le recibió con tormentas haciendo enfermar y postrándolo en cama unos días; las precarias condiciones de vida de los aldeanos, de los frondosos y duros valles cantábricas le causaron infinidad de incomodidades, y las ásperas y ocres tierras del otoño de la meseta norte le debieron de parecer inabarcables – e inacabables-, más para un joven flamenco criado en otros ambientes y en otras comodidades.
Pero esa España de 1517 que acogió, primero esperanzada, y poco después recelosa, al hijo del “Hermoso” y Doña Juna (“La Loca” le decían), debió de servir al joven monarca para forjar su espíritu, austero, recio, noble y resuelto, una forma de ser y de pensar que le llevaría a la Corona imperial y al dominio de Europa, y de buena parte del mundo.
Entre el 19 de septiembre de 1517, en que pisó tierra hispana, y el 9 de febrero de 1518, en que fuera jurado como Rey de Castilla, Carlos I de España tuvo su primer contacto con el solar de sus antepasados, con el pueblo que primero se le enfrentaría y poco después, le acompañaría, de la manera más fiel y leal, por un reinado grandioso, europeísta y global, lleno de brillantes victorias, y de muy amargos momentos, pero que a la postre convertiría a los reinos medievales hispanos en la mayor potencia de la Tierra.
Quinientos años después, las principales localidades que jalonaron aquel primer viaje por tierras ibéricas del futuro emperador Carlos V (Tazones, Villaviciosa, Colunga, Ribadesella, LLanes, Colombres, San Vicente de la Barquera, Terceño, Cabuérniga, Los Tojos, Reinosa, Aguilar de Campóo, Herrera de Pisuerga, Abia de las Torres, Revenga de Campos, Becerril de Campos, Ampudia, Villanubla, Tordesillas, Mojados, Monasterio del Abrojo y Valladolid), se reúnen para conmemorar lo que supuso aquel itinerario, y para recordar al más grande monarca de España y de Europa.
Los municipios de Villaviciosa (Asturias), San Vicente de la Barquera (Cantabria), Aguilar de Campóo, Becerrril de Campos, Tordesillas, Mojados y Valladolid (Castilla y León), recuperan la memoria de aquel camino, de sus peripecias en 1517, y lo transforman en una ruta cultural y turístico pensada para el conocimiento y el disfrute de todos aquellos viajeros que, como el joven Habsburgo quieran adentrarse en el corazón de Castilla, en el alma de España, descubriendo sus villas centenarias, sus extraordinarios paisajes naturales, su patrimonio cultural, su gastronomía, y muy especialmente, a sus gentes: pescadores de Tazones y San Vicente de la Barquera, vaqueros de Campóo, campesinos de la tierra de Campos, o artesanos de las grandes villas vallisoletanas.
Todos juntos, desde el puerto de Tazones, a la gran plaza mayor de Valladolid, ofrecen un amplio programa cultural con propuestas musicales, académicas y escénicas de primer nivel, en las que han de destacar las recreaciones históricas en los mismos escenarios del celebrado acontecimiento. Y como colofón, la casa de su majestad el Rey, D. Felipe VI, ha tenido a bien y a bueno sumarse a esta efemérides, aceptando la presidencia de honor del Vº Centenario de la llegada de Carlos V a España.
Los vecinos de las villas que se asoman a la que es ahora “Primera Ruta Europea Emperador Carlos V”, seguramente no pueden estar más dichosos y orgullosos.
Quinientos años después los valores europeístas y de unión de los pueblos que defendió el Rey D. Carlos siguen vigentes. En esta ruta histórica, en sus pueblos y entre sus gentes podrás comprobarlo.
De su educación se encargaron Margarita de Austria, su tía, y el cardenal Adriano de Utrech, quien en un futuro sería el Papa Adriano VI.
Así, Carlos fue rey de España de 1516 a 1556 y emperador de Alemania de 1519 a 1556.
Influido por el erasmismo en la primera etapa de su reinado, trató de hacer realidad el inicio de un imperio universal cristiano, pero para ello necesitaba el Milanesado como medio de unión de sus reinos. Lo consiguió en 1526, a través del Tratado de Madrid, y también el ducado de Borgoña al vencer en 1522 a Francisco I en Bicoca y en 1525 en Pavía. Pero el rey francés se alió con Clemente VII y los príncipes italianos independientes en la Liga de Cognac, declarando la guerra al emperador. La paz de Cambrai en 1529 resolvió la recuperación del ducado de Borgoña por Francisco I. Ante el problema religioso alemán mostró una actitud conciliadora, manifestada en la Dieta de Habsburgo, que fracasó por el radicalismo de los príncipes protestantes alemanes. Esta política imperial no fue bien entendida por los españoles y motivó el levantamiento de las Comunidades en Castilla, protagonizado por la pequeña aristocracia y burguesía de las ciudades.
Con Carlos, España conoció durante su reinado una etapa de máxima prosperidad económica; la colonización y conquista de América abrieron muchos mercados y la llegada de metales preciosos sirvió de impulso a todas las actividades económicas facilitando también las campañas bélicas del emperador, pero el alza constante de precios y la política imperialista, antieconómica, terminaron por arruinar las actividades económicas de Castilla y germinar una decadencia que se dejaría sentir a fines del siglo XVI.
Desde hace quince años la villa marinera de Laredo rememora el desembarco en 1556 de Carlos V camino de su retiro en el monasterio de Yuste, donde moriría dos años después. Es la conmemoración estrella de la ruta que recuerda el último viaje del emperador.
Las continuas amenazas y la mala situación financiera hicieron que el emperador abdicara en Bruselas el 25 de octubre de 1555, dejando el imperio alemán y las propiedades de los Austrias en Alemania a su hermano Fernando. Al año siguiente cedería a su hijo Felipe II, España y sus colonias, Italia y los Países Bajos. Después se retiró al monasterio de Yuste en Extremadura, donde murió el 21 de septiembre de 1558.
Imágenes de la Villa de Aguilar de Campóo simulando aquel año 1517 a su paso del Rey Carlos V
Imágenes cedidas por Consuelo Alonso Toribio
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Comentarios(1):
¡Muy interesante!.... Parece que también pasó por Cantabria, pero no nos hemos enterado, pues poco se ha hecho para conmemorar este recuerdo histórico (Un detalle: Tazones no está cerca de la frontera cántabra, sino cerca de Villaviciosa)