
Iglesias, Montero y el caballo de Troya por Carlos Magdalena
Ni la mente más calenturienta pensó nunca que esos chicos, el de la coleta y algunos de sus amigos que acampaban en la Plaza del Sol y se pusieron al frente de la reivindicación social que muchos entendieron y asumieron como justas, iban a gobernar en este país.