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Cultura 27-06-2017 12:15

"Aguilar” celta, cántabra, judía, árabe, romana, ...

“Aguilar de Campóo”, principio y fin de la palabra

El certamen literario de Aguilar de Campóo cumple 51 años

En Aguilar de Campóo se celebra todos los años los Juegos Florales, en esta 51 edición hemos recogido para ustedes el galardonado con el segundo premio de la poeta Consuelo Alonso Toribio

Aguilar” tu palabra me buscó con insistente apremio,

con presteza, una frase, una oración, un poema, un pensamiento,

con delicadeza, ritmo y mucha, mucha cadencia, “Aguilar”.

Duende que se cuela en los sueños de palabras,

extrañas, escondidas, amenas, difíciles y tiernas.

 

A mí, pobre poeta, vate buscador de vida, de sueños,

horizontes, utopías, sentimientos y palabras.

¡Qué fácil debería saber y hacer música que suene a poesía!

“Aguilar” con palabras tan tuyas, tan bonitas, como:

Portazgo, Tenerías, Praeles, Barbacana, San Roque y Cascajera.

 

Escucha, atiende y mira, en cada lugar de “Aguilar

pasaron cosas, siente como la vida pasa por sus venas,

ardiente palabra desnuda y elocuente, espejo que se mira,

en el pasado, futuro y presente: “Aguilar” enamora a quien la mira,

Santa Mª La Real, Santa  Cecilia, San Andrés, San Martín y Santa Clara.

 

Aguilar” palabra poderosa, aljama judía, puerta de Reinosa

y Tobalina, al abrigo cálido del nido donde incuban una a una

las palabras, polluelos desvalidos buscando el sol

de madrugadas, entre nubes grises sosegadas,

destellos de arco iris transparentes, refugio de todos los colores.

 

Poderoso aire del norte, frío inhóspito, viento huracanado

Aguilar” sol caliente y fanfarrón en aquél claro,

caballo libre, feliz y desbocado, trotando por llanuras,

Valles ignotos, montes solitarios. “Aguilar” Monte Royal,

Peña la parte, Peña Aguilón, Las tuerces y El Cañón de la horadada.

 

Palabras de olor a galio, agrimonia, árnica, amapola,

blancura de lirios, jaras, azucenas y lantanas,

lágrimas y risas, zorzales, abetos, golondrinas y retamas.

Aguilar” sedosa noche de nubes ondulantes, palabra

música callada, melancolía amarilla extenuada.

 

“Aguilar” dale a mis ojos la mirada impresionista,

la intimidad de la vida eterna en un instante,

y yo te daré el caual de mi corazón y mi palabra

mágico armario entre el azul de un suspiro,

cuando me llora el corazón me ríe el alma.

 

Cuando pongo la razón a cubierto o descubierto,

y se unen por igual, carácter, sentimiento y donosura,

tiene que nacer y crecer por fuerza pura, un poema de “Aguilar”,

que me nace con fe de las entrañas, inmenso caudal,

fuente de vida, movimiento tenaz, al fin reposo, alondra vivaz y zalamera.

 

Con razón “Aguilar” es quién provoca la palabra, burgo medieval,

Monte Cildá, castro romano, heráldica triunfal con águila

explayada y coronada. “Aguilar” celta, cántabra, judía, árabe,

romana, alma corazón que late al unísono,

abrigo caliente que nace de la tierra.

 

Niebla, sol y lluvia lamiendo las copas resecas

de los árboles, añejas hojas, doradas, verdes, amarillas,

ocres, cenicientas, “Aguilar” alborótame el alma,

quítame el velo que cubre mis ojos, palabra siempre

en contradicción contigo misma, “Aguilar” dime si soy poeta,

y si no, quién soy yo, con todo el dolor y el amor que me destierra.

 

Aguilar” soy quién te mira, quién te escucha, quién te anhela,

quién te goza. Me siento enfrente de tu “yo”, escribo, vuelo,

sueño, desnudo de la belleza. “Aguilar” arco y aroma,

linajes, gentes y paisajes, románico, gótico, vetusto,

piedra armera, torre fuerte, palacio de doña Aldónza,

la llana, el castillo, lazareto…

 

Aguilar” luna ascendente, iglesia, Colegiata, torre de San Miguel

altiva, visionaria, donde lloras y gozas de la vida, y la muerte

tañendo te acompaña. Donde anidan palomas y escudos de marqueses

edades de los hombres, estrella de David y Pantocrátor.

 

Aguilar” luna descendente redonda amarilla, solsticio que te ocultas

por la loma, bruñida tarde, equinoccio dorado,

aroma de hombres, mujeres y galletas.

 

Voy bajando por el río, vereda izquierda del Pisuerga,

entre vuelos y trinos de gaviotas, ésas que nos visitan

en los últimos días de febrero, retorno del invierno en el estrecho

al mar Cantábrico. Se quedan a beber en la presa

del Molino Turruntero, en la tarde febril adormecida,

cuérnago, cincel y roca, agua bendita.

 

Con aromas de trigo, galletas de vainilla, tomillo, espliego, árnica y lavanda.

Dios te salve Señora, luz y guía, patrona de “Aguilar”,

de Llano Reina Madre Mía, para rezar con fe de romería.

agua, pantano, ermita entre el verde calor que dan las retamas,

los robles y los pinos.

 

Hoy te canto la Salve, Madre Mía,

Cuando pasa la lluvia allá por primavera,

Por siempre tú serás de la mañana de mayo, aurora,

Rosario de la tarde, Reina y Madre, de septiembre, la Señora.

Te presto mi corazón y mi regazo, lecho blanquiazul,

De orquídeas, narcisos, rosas y humildes margaritas,

Bajo tu manto de estrellas, Madre, luz que me invade por completo,

Deja que brillen por sí solas mis palabras.

 

Con razón, “Aguilar” es quién provoca 

El principio y el fin de la palabra.

 

 

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