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Cultura 27-10-2025 14:45

El Thyssen pone a dialogar a Picasso y a Klee, que compartieron surrealismo, "amistad" y "conexión" con Heinz Berggruen

El Museo Nacional Thysen-Bornemisza inaugura una exposición en la dialogan las obras de los artistas Pablo Picasso y el alemán Paul Klee. Ambos compartieron su afinidad por el surrealismo, aunque nacieron antes de su estallido, una amistad y "conexión" que también mantienen con el mechante y coleccionista de arte Heinz Berggruen, cuyo museo participa en la muestra.

Desde este martes y hasta el próximo 1 de febrero de 2026, la exposición muestra el doble encuentro entre ambos artistas, que para Berggruen fueron los dos grandes creadores de la primera mitad del siglo XX, según ha explicado el director artístico del museo, Guillermo Solana, durante la presentación.

"Gracias a la selección de obras y gracias también a la disposición, se ha conseguido traer mucho a Picasso al terreno de Klee (...) Fueron dibujantes apasionados, vocacionales del dibujo lineal los dos. Klee compartió el cubismo que había inventado Picasso, recibió la herencia del cubismo y los dos compartieron una afinidad por el surrealismo. Los dos habían crecido antes del surrealismo pero los dos fueron los artistas favoritos de los surrealistas parisinos", ha relatado Solana.

Pero este diálogo no solo se produce entre ambos artistas, sino entre los dos coleccionistas fundadores del Thyssen y del Museum Breggruen: Heinz Berggruen y el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza. De hecho, la muestra se compone por 60 obras de Klee y Picasso y las pocas que pertenecen al museo madrileño en algún momento formaron parte de la colección personal del marchante alemán.

En este sentido, Klaus Biesenbach, el director de la Neue Nationalgalerie y del Museo Berggruen --ambas instituciones han prestado los óleos para el proyecto--, ha destacado la "amistad" como elemento fundamental en la historia del arte, particularmente en el caso de esta exposición.

Para Berggruen, cuya vida fue una historia de "exilio", tal y como ha explicado su hijo Oliver Berggruen, Picasso y Klee eran una "gran sinfonía y música de cámara", respectivamente. El marchante tuvo una conexión especial con ambos y aunque no coleccionaba artistas variados, sí lo hacía en profundidad de algunos pocos. El caso del malagueño y el alemán es uno de esos. "Desempeñó un papel importante en el mundo cultural alemán, conectando con intelectuales alemanes que después interactuaron en la creación del museo", ha apuntado su hijo.

Ambas pinacotecas --que nacieron como iniciativas privadas pero ahora representan órganos públicos después de que los respectivos gobiernos adquiriesen las colecciones-- extienden su relación y "fuerte vínculo" varias generaciones después de que los coleccionistas se conociesen en Nueva York.

Los comisarios de la muestra, Paloma Alarcó y Gabriel Montua, han explicado que `Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen` se ha dividido en varios capítulos por las similitudes en las obras de ambos artistas: el primero es el retrato y la máscara --las piezas centrales son dos retratos a Dora Maar--, después los lugares --el paisaje fue un tema fundamental en los comienzos de ambos--, las "cosas" --naturalezas muertas con significados simbólicos--, y, finalmente, los arlequines y desnudos.

Picasso sintió una fuerte fascinación por el cuerpo y pintó hombres y mujeres de diferentes formas y maneras, obras que se exponen en la última sala de la muestra. Klee, por su parte, se inspiró mucho en el circo y lo pintó en diversas ocasiones, aunque él concebiría el cuerpo de forma diferente a Picasso. En el caso del alemán, lo usaba como una extensión de la arquitectura en la que lo ubicaba.

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