Ramón estudia IA a sus 91 años: "El problema de aprender una tecnología no es la edad, es la curiosidad"
Ramón, un ingeniero que vive en Mallorca, se ha convertido a sus 91 años de edad en el alumno más longevo de la escuela online Founderz, la edtech en colaboración con Microsoft, donde está aprendiendo Inteligencia Artificial.

"El problema de aprender una tecnología no es la edad, es la curiosidad", dice Ramón, quien ha vivido guerras, dictaduras y revoluciones pero sigue "con hambre de futuro".
La historia de este ingeniero, exdirector de teatro y apasionado del conocimiento, cierra 'IA en Marcha', la serie documental que Founderz y Microsoft han producido para mostrar cómo la IA puede transformar vidas reales, sin importar el perfil o la edad.
Pau Garcia-Milà, cofundador de Founderz y divulgador tecnológico, viajó hasta su casa para conocerle en persona. Lo que empezó como una tutoría más, se convirtió en una lección inolvidable.
"La IA será como la mecanografía: todo el mundo acabará usándola, aunque hoy parezca cosa de unos pocos", explica Ramón, que aprendió Fortran hace décadas y que considera que esta nueva ola tecnológica puede ser tan transformadora como la llegada de Internet o del teléfono móvil.
Para el ingeniero, la Inteligencia Artificial "puede parecer un reto complejo, pero también una puerta a nuevas formas de pensar". "Y si yo, con 91 años, puedo estudiarla, cualquiera puede hacerlo", afirma.
Ramón no solo estudia IA, también participa activamente en la comunidad educativa de Founderz, donde comparte sus avances, reflexiones y dudas con otros alumnos, muchos de ellos mucho más jóvenes.
Lo hace con humildad, pero también con firmeza: "He hecho algunos ejercicios con éxito y otros sin. Solo cuento lo que me ha pasado, nada más".
El episodio, ya disponible en 'www.IAenMarcha.com', no solo muestra a Ramón programando una app para identificar capitales, sino también reflexionando sobre el sentido de aprender a cualquier edad, el impacto de la tecnología en la sociedad y la importancia de las 'soft skills'.
"No son tan soft. Saber decir la verdad o liderar con ética es mucho más difícil que aprender a usar un programa", defiende Ramón.
Pau Garcia-Milà lo resume así al final del episodio: "Después de hablar con Ramón, entendimos que lo único urgente era seguir aprendiendo. Así que no pasa nada si perdemos el avión".
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