El DIOS GRIEGO EDWIN EN THAILANDIA. BELÉN ALONSO RINCÓN LETRADA DEL ICA

El morbo y la escasez de mejores noticias con las que abrir los periódicos , aderezado de una mezcla de homofobia, racismo y ningún rigor periodístico hace que nos encontremos en este punto, Daniel SANCHO acapara portadas de todo tipo de lecturas, periódicos de toda Índole , no solo prensa amarilla o del corazón.

Vamos viendo paso a paso, hora a hora, como evoluciona el caso, nos metemos sin querer en el, ávidos de conocer mas detalles escabrosos de la historia, en la que , poco se habla de Edwin.

Esto nos recuerda a un Osiris moderno, donde los medios de comunicación y la cultura del pueblo, nos inducen en la manera de percibir los acontecimientos.

Se nos está mostrando a un Sancho como un dios griego moderno, al que hay que consolar , quien ha estado supuestamente sometido ,presa de celos , quien no ha tenido más remedio, quien se ha visto obligado a hacer, quien tiene una familia desconsolada y famosa que no se lo merece , quien está en una celda horrenda comiendo cucarachas, y quien en definitiva se enfrenta a la pena de muerte en un País extranjero.

¿Pero que pasa con Edwin? ¿que pasa con la familia de Edwin? Quien les consuela a ellos y quien les va a hacer justicia , pese a que haya una condena penal severa? ¿Por qué no se habla de él como el cirujano importante que era en su País , buen profesional, que ha perdido la vida de la noche a la mañana, en un País extraño y en circunstancias tan aterradoras? Por el contrario hasta ahora solo hay desprestigio para el, y culpas que justifican su asesinato, ¿pero acaso tiene justificación?

Nos encontramos en un escenario en el que se nos quiere vender que la victima es el verdugo, y viceversa.

Pero lo cierto es que Daniel Sancho es un presunto asesino que , también presuntamente, con premeditación no solo ha acabado con la vida de Edwin Arrieta, sino que supuestamente lo ha hecho con ensañamiento máximo, buscando el lugar, buscando los medios y procediendo a descuartizar su cuerpo. Ésta es la cruda realidad, por más que se nos quiera vender otra cosa, y la realidad ,que por desgracia se repite, véase el caso de Arthur Segarra, protagonista de otro homicidio en Bangkok en el 2016 , con el consultor David Bernat como víctima, no puede ser distinta a entonces, porque el señor Segarra no era famoso, ni hijo o nieto de famosos, no nos dejemos engañar, en aquel entonces ,el asesino confeso fue condenado a la pena capital pero la esquivo porque el rey Vajiralongkorn concedió un indulto a más de 150.000 presos con motivo de su 68 cumpleaños.,

Sancho también se enfrenta , no sin motivos , a la pena capital, así lo ha dicho en rueda de prensa El subdirector de la Policía de Tailandia, Surachate Hakparm, ha anunciado el fin de la investigación, el descarte de que la muerte sea accidental, y que la línea de acusación va por el asesinato premeditado, lo que en muy poco tiempo se enjuiciara y en tal caso conlleva la pena de muerte.

Queda un juicio por delante en el que poder demostrar la posibilidad de que la muerte de Edwin fuera finalmente accidental, o que , en todo caso, se pueda rebajar la condena máxima a otra mas liviana por la aplicación de posibles atenuantes , obcecación, enajenación mental transitoria pero el escenario no es favorable.

En todo caso nunca le caerían a Sancho menos de 15 años de prisión por homicidio, en el mejor de los escenarios, de los cuales, debe al menos cumplir allí 8, con la posibilidad de volver en ese momento a España para cumplir el resto, ya según las leyes españolas en ese caso.

España y Tailandia no cuentan con un convenio de extradición. Sin embargo, sí que existe un tratado internacional de 1983 que permite reclamar que un reo termine de cumplir su pena de prisión en su país de origen pero con condiciones, la primera es cumplir un determinado tiempo mínimo en una cárcel del país en el que se cometió el delito, el cual equivale a ocho años. La segunda condición es que cuando se solicite el traslado le quede, como mínimo, un año de condena a cumplir, Sancho se enfrenta al artículo 288 del Código Penal tailandés, el cual establece dos categorías para este tipo de delito: homicidio y asesinato. Para el primer caso, establece una pena mínima de 15 años de prisión y una máxima de 20. clasificación, en la que no existen medias tintas posibles , para calificarlo como homicidio no cabe la premeditación. En Tailandia, un crimen calificado como asesinato solo puede castigarse con cadena perpetua o pena de muerte.

Así las cosas, si como parece la acusación va por asesinato con premeditación, Sancho esta abocado a la pena de muerte de la que tal vez se libre si hay de nuevo un indulto como el caso Segarra , pero que va a dificultar mucho su regreso a España.

En última instancia, incluso si es condenado a cadena perpetua, el Gobierno de España podría seguir solicitando el traslado de Sancho a una prisión del país una vez transcurridos los ocho años. Nuestro Código Penal no cuenta con esa pena privativa de libertad , sino con la prisión permanente revisable, por lo que Sancho tendría la posibilidad de, eventualmente, abandonar la cárcel, ya que nuestro país es soberano para poder revisar esa sentencia, nuestros jueces de Vigilancia penitenciaria son los que deciden llegados a este punto.

El mito de Osiris de la antigua mitología egipcia, Trata sobre el asesinato del dios egipcio Osiris, fue asesinado y partido en trozos por su hermano Seth , quien usurpo su trono, después su esposa Isis, recupero y restauro el cuerpo de su esposo , teniendo un hijo póstumo con el , Horus, quien se convirtió en el rival de Seth en la lucha por el trono, y que triunfo restaurando el reinado para la familia de Osiris, completando de esta manera el proceso de su resurrección.

Por desgracia, en este caso, Edwin no es Osiris, no tiene a nadie que pueda reconstruir su cuerpo, ni nadie que luche por el , tampoco es un dios al uso, ya que , por el contrario, lo que se nos vende es que el dios es Sancho, quien se nos presenta como esa figura viva , llena de gracia y rigidez, cual efebo con rizos empapados y bello saliendo del mar en la Isla del Lido, como el personaje Takzio en ¨ Muerte en VENECIA¨_´de Thomas Mann y Visconti, en una oda a la belleza perfecta y plena de Platón, que dista mucho de la apariencia de Edwin, personaje mas cercano a la realidad mundana que a la de los dioses griegos.

Solo nos queda entonces recitar un réquiem por la verdadera víctima olvidada de todo este asunto, Edwin, y utilizando también esa novela-película citada, dedicar el Adagietto de la Quinta Sinfonía del compositor Gustav Mahler, música presente de manera dramática en la misma, para recordarle y darle su valor como persona . Descanse en Paz.

Si Sancho Gracia levantara la cabeza!