“El partido de los cabreados” pide cambios

La segunda parte es si están gestionando bien la crisis económica que conocían o barruntaban, aunque nunca pensaron que iba a tener la virulencia con la que se ha presentado y persiste. Es desde esa atalaya desde donde me atrevo a decir que la acción política que realizan no complace al “partido del cabreo”, al de los ciudadanos, porque estamos sufriendo en nuestras carnes lo peor: el paro. Además de una situación económica agobiante en la que las medidas  adoptadas son insuficientes.
Las medidas son paliativas, sin imaginación, se limitan a hacer seguidismo europeo, pero a medias y con rectificaciones a peor, esperando un milagro del dios Obama. Para hacer eso más vale que se vayan porque carecen de capacidad para decidir. ¿Que se vayan? Y ¿a quién ponemos? ¿A una oposición confundida, acomplejada y sin líder?

En el “partido del cabreo” hay  muchos convencidos de que cualquiera es capaz de hacerlo mejor. En Cantabria se critica al consejero Agudo porque éste es el responsable de las perras, nada más. ¡No vea moros Ángel! El por qué existe una corriente de opinión del cabreo que pide su cese es, además de lo de GFB, Valdecilla, campañas, despilfarro consentido, viajes, falta de claridad, etc. porque esta sociedad necesita una persona que inspire confianza económica.

ZP está más ocupado con la estulticia de la tríada de la oposición (Rajoy, Gallardón y Esperancita) que con la gestión económica. Aunque terminarán por cambiar a Solbes, algo que se pide a gritos. En Cantabria, la responsabilidad ahora es de la cuota socialista que dirige María Dolores Gorostiaga, en donde recaen los errores y el mal gobierno, no en el PP que no gobierna. El partido del cabreo pide un cambio y que accedan al cargo persona/s técnica/s con frescura, que acierten a darnos credibilidad y confianza en el futuro que no tenemos.

La corriente de opinión la componen los ciudadanos, ésa es la verdadera fuerza que integra la conciencia de la necesidad del cambio. En ese cambio de consejerías, (sabemos cuáles son), es donde el Presidente Revilla tiene mucho que opinar aunque la última palabra la tenga Gorostiaga que debería de ocupase de todos los ciudadanos y olvidarse de los compromisos personales y de partido.