14-11-2011 11:05
La ley de signos
Hace pocos días tuve la oportunidad de impartir un Taller formativo sobre movimiento asociativo en la ciudad de Palencia.

Organizado por la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Castilla-León, acudieron a esta acción formativa más de 45 delegados de asociaciones de toda la Comunidad de Castilla-León, en asuntos como la comunicación, la gestión y el desarrollo organizativo.
Fue un curso intenso y muy interactivo con todos los participantes, en el que tuve la oportunidad de recibir mucha informacion a través de las preguntas de los asistentes de las principales inquietudes que tienen los ciudadanos a través de sus movimientos sociales. En este caso de Personas Sordas. Cerca de un millón de personas en todo el Estado tienen algún deficit auditivo. Y con carencias aún por resolver desde los organismos oficiales.
Hay aún muchos terrenos por los que avanzar, como el uso de la Lengua de Signos, que pese a ser oficial desde el año 2.007, resta mucho para su implantación real, la mejora de la formación y el empleo para las Personas Sordas, y que las nuevas tecnologías que cada día avanzan lo hagan también para ellos en accesibilidad, la telefonía móvil, las redes sociales...A todas ellas intentan atender las entidades de Personas Sordas agrupadas dentro de CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas), y a veces con desigual resultado en la recepción de la clase política. Me puse muy al día, pues si la crisis económica golpea en todas partes, al colectivo de Personas Sordas las golpea en mayor medida si cabe.
A cualquier político que se precie de escuchar como está la gente de la calle le recomendaría este ejercicio, pasar todo un día dispuesto a interactuar con colectivos como por ejemplo el de Personas Sordas con los cinco sentidos puestos en escuchar y descubrir la realidad. Mas que vivir en el continuo acto social con canapés, donde de verdad se sirve y se aprende es, en el contacto con las asociaciones, con sus movimientos sociales a pie de calle, es como mejor se percibe hacia donde se mueve el termómetro social.
Aunque el Taller Formativo le impartí yo, a mi regreso a Cantabria, tenía la sensación de que quien recibió formación de primera fuí yo, y que, en muchas ocasiones, quienes tenemos alguna responsabilidad pública por pequeña que sea, como es mi caso, tenemos desconocimiento de las realidades sociales que cada día se nos presentan.
Por eso, recordaré este Taller en Castilla-León, por tratarse de una jornada con 45 profesores y un alumno, que era yo. Y a todos ellos, les mando un fuerte y vibrante abrazo.
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