Los sindicalistas de profesión tampoco quieren a Agudo

Los sindicalistas de profesión de Cantabria están pidiendo la dimisión de Agudo y yo me encuentro desolado. Imagino que se preguntarán por qué. Si antes de las elecciones este consejero era adalid de la creación de empleo, ferviente negador de la crisis como su principal, Solbes; si su imagen se vendía en las ruedas de prensa como dechado de la modernización de la administración publica cántabra, creador de un emporio de sociedades, trabajador hasta los tuétanos, alabado por su trabajo... ¿Cómo me atrevo a decir que estoy desolado? Fácil, queridos amigos, estoy desolado porque los sindicalistas de profesión piden su dimisión, ni más ni menos, porque ha faltado a su palabra y permitió a las grandes superficies abrir en domingo. Pero ¿acaso alguien tiene palabra en política? Y, lo más importante, ¿ése es el grave delito que imputan a nuestro consejero de campanillas? ¿Qué quería yo? Pues que pidieran su dimisión, si procediere, por cosas serias, con rigor, y no por una cuestión puntual, cuestionable y opinable.

Desde esta columna pido la dimisión de los sindicalistas de profesión por la osadía y atrevimiento que han tenido. Fundamentaría esa petición de dimisión por permitir a estos consentidores que la situación económica de Cantabria se haya deteriorado mientras ellos andaban sentados en las mesas de la concertación y de las otras, por permitir que se mienta y engañe a los ciudadanos, por ser coparticipes de la baja productividad de nuestras industrias, por permitir que no se hable claro, por permitir la prepotencia y los desplantes del consejero en sus ruedas de prensa frente a las criticas, por consentir que el consejero no responda a las preguntas que hace la oposición, por permitir que el consejero diga que la consejería es él y que no da cuentas a nadie hasta que cambie la tostada, etc.

Aprovecho la ocasión para pedir la dimisión del portavoz de la oposición, Rodríguez, por faltar a la palabra cuando dijo que pediría las cuentas de las sociedades públicas cuando lo único que hace es buscar hueco en la renovación de la Caja de Ahorros para poder seguir los mismos.

Pero teniendo en cuenta que se levanta el velo en casi todo, cómo no se iba a hacer con los dirigentes liberados de los sindicatos. Los sindicalistas de profesión piden la dimisión de Agudo con la boca pequeña, porque con la grande es con la que comen, piden y viajan. Hay que tener en cuenta que el Consejero de Economía es el mismo antes y después de cometer ese error, luego si se pide su dimisión se debería fundamentar y no pedirla por pedir. Perdonen la ironía.