Noticias de Cantabria
23-04-2009 10:00

Política de acoso...

Algunos amigos se sorprenderán por el título, pero, si siguen en la lectura, pronto lo entenderán. Todo empezó allá por el año 2007, en un mes de mayo en el que se produjo la victoria electoral del actual alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, victoria que los ciudadanos consideraron otorgarle por mayoría absoluta.

A partir de ese momento, imagino que en la sede del estado mayor sito en la calle Bonifaz se juró venganza por parte de las aguerridas huestes de la perdedora -la generala María Dolores Gorostiaga, que alcanzó la pírrica cifra de 7 concejales de 27- por tamaña afrenta electoral democrática y se comenzó a urdir un ataque sin piedad, sin cuartel, tramposo, tahuresco, más allá del Río Cubas contra el osado alcalde. La  estrategia, planificación y dirección de la batalla de desacreditación correría a cargo de quien ha perdido todas las aguerridas campañas electorales, su director Pepe Guerrero.

Así las cosas, las primeras escaramuzas se produjeron –siendo yo testigo directo- en la UIMP, por medio de risitas de la de Vioño y su clan cuando saludaba el alcalde a los ponentes de un seminario cumpliendo con su obligación de anfitrión con su recién estrenado bastón de mando de alcalde... ¿Falta de urbanidad? ¿De saber estar? Mis amigos de la boina lo decidirán. Después, habló María Dolores, se hizo el silencio, dijo lo mismo de las mil maneras que sabe decir nada…

A partir de 2007, han ido creciendo los ataques. Desde mar con el nombramiento de un presidente del Puerto a la carta especializado en hacer ruedas de prensa, al dictado, contra el alcalde, en lugar de preocuparse del funcionamiento de nuestro Puerto y desde tierra por los cuatro flancos que representan sus consejerías, negando financiación y colaboración en las cosas comunes en perjuicio del bienestar de los ciudadanos.

Al final, el alcalde se queda solo ante el peligro y los ciudadanos anonadados por lo que está ocurriendo. Y digo los ciudadanos, tanto los que le votaron como los que no le votaron, porque todos comprenden, entienden y defienden la aspiración de nuestra ciudad, su  progreso. Y es que, el trato que está dispensando la generala no es ni democrático ni cívico, ni mucho menos se corresponde con el noble ejercicio de la acción política. Se trata de descortesía política, de malas artes, de ruedas de prensa con insinuaciones capciosas, de cambiar la realidad de las palabras. Los hechos de Gorostiaga para Cantabria se suman por fracasos en lugar de por éxitos, por la opacidad de sus consejerías y por sospechas… Patético… Es hora de que la guerra cese, y si no, llegará el día en el que el pueblo, que es sabio, termine por mandarles a su casa y tengan que ponerse a trabajar como el resto de los mortales y se queden sin moqueta, sin coche oficial y sin chofer. Snif.

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Comentarios(6):

Conmigo o contra mi - 24-04-2009

Carolina de acuerdo contigo Pues claro, por un lado van los socialistas de siempre y por otro Dolores y sus consejeros con su prole de amigos. Hay que diferenciar bien el partido socialista de Cantabria,eso lo sabemos los que estamos dentro pero desde fuera nos miden a todos por el mismo rasero.

Santander - 24-04-2009

Solo los mediocres no aceptan las ideas de otros que puedan ser buenas para todos.

no por el no - 23-04-2009

Hay algunas que solo se dedican a poner impedimentos a lo que plantean otros, simplemente por el hecho de decir no a lo del otro.

ANIBAL - 23-04-2009

Cuando no se tienen ideas fastidia que que las planteen otros.

Ruindad - 23-04-2009

Las consejerias socialistas no solo no aportan cosas para Cantabria sino que ademas impiden ,en lo que pueden,dar pasos al ayuntamiento.

carolina - 23-04-2009

Hace bien el articulista cuando siempre en este periodico diferencia entre el PSOE partido politico que es de todos y digno y honrado el secuestro que tienen de las siglas la compañera Dolores con sus consejerias y que solo se representa a ella y una parte del partido Nos gusta que haga esa diferenciacion.Por desgracia estamos desunidos pero como consecuencia de ambiciones personales