Qué educación queremos …?

Cada uno puede estar de acuerdo o no con la LOMCE; incluso puede que le gusten algunos aspectos de la misma y otros no tanto, como me sucede a mí. Pero hay algo innegable de la misma y es que introduce el esfuerzo y la dedicación para el estudio; exige ciertos controles, llamémosles “reválidas” o como se quiera, para controlar el aprendizaje, testar el mismo y poder introducir las mejoras que sean precisas; permite que los estudiantes que no tengan excesiva vocación discente, puedan seguir otro tipo de itinerarios que les permita una formación profesional acorde a sus deseos… ¡Todas estas cosas y otras muchas se las he oído decir a mis colegas docentes durante años! (¿Por qué vamos a aguantar a un alumno que no quiera estudiar ni deja hacerlo a sus compañeros y, en cambio, si podría seguir un programa de formación profesional, por ejemplo?).

…Pues esta izquierda montaraz y todos los acólitos (algunos subvencionados) que le hacen la ola, están que trinan y quieren que todo siga como está, como lo diseñó la LOGSE, esa Ley que ha querido ser muy igualitaria y para ello ha tenido que bajar los niveles de conocimiento y comprensión hasta límites insospechables, sin controles ni reválidas…. ¡Aquí aprueba todo el mundo!, como ha sucedido con los últimos resultados de la “Selectividad” en Cantabria dónde han aprobado el 95 %, aunque después sucedan cosas como las de aquellas opositores a maestro en Madrid, que dejaron bien a las claras cuál es el nivel a dónde nos ha conducido la LOGSE.

Y no basta que tengamos unos niveles de “fracaso” (¿recuerdan?, el “necesita mejorar”) que son de los más altos de Europa y la OCDE; no basta que todos los informes internacionales nos dejen en los lugares de cola. ¡Qué más da!.

Parece de todo punto necesario que tratemos de evitar esta lamentable situación de nuestra educación y ello no se puede hacer con el “inmovilismo” que cierta izquierda pretende mantener y no enmendar. ¡Que paradoja, eh!. La educación es la base del progreso y es muy probable que esta situación también tenga algo que ver con nuestra calamitosa situación social y económica.

Por otra parte, muchos de los estudiantes más brillantes, que han conseguido destacar en medio de esta mediocridad, tienen que buscarse un sitio allende nuestras fronteras. ¿Queremos seguir así?. Pues para algunos parece que sí.

Lo que realmente me extraña es que muchos de los docentes, incluidos los de la Universidad, prefieran seguir así, antes que exigir esfuerzo, dedicación, constancia, eficiencia,.. a los alumnos, para conseguir mejores resultados. Probablemente, y espero no equivocarme, estos son una minoría a quienes se les oye alto y fuerte y la gran mayoría calla resignadamente (Que un centenar de la Plataforma de la Enseñanza Pública hayan ido a “visitar” al ministro a la UIMP en la inauguración del curso y le hayan dedicado los epítetos y gritos de “fuera” y “sin-wert-güenza” así como una pancarta que decía “Werte a la mierda” deja claras algunas cosas…).

Con el “progresa adecuadamente” queremos transitar de buenos por el sistema educativo, queremos que nadie se sienta frustrado ni excluido y por eso casi todas las reclamaciones que se elevan a la superioridad (sean a las respectivas jefaturas de estudios o a los servicios de inspección educativa) prosperan, independientemente de que el alumno sepa o no. ¡Después, la vida real ya se encargará de darle las bofetadas reales!.

Otra cuestión espinosa es el tema de las becas; en la enseñanza obligatoria habrá que ayudar y compensar a quienes lo necesiten; pero en la enseñanza no obligatoria, como son los estudios universitarios, los dineros de todos sólo deberán ir a aquellos estudiantes que realmente tengan un nivel de esfuerzo, dedicación y resultados adecuados y necesiten una ayuda económica para poder formarse en aquello para lo que estén dotados. ¿Becar a los mediocres?. Obsérvese que son los dineros de todos los ciudadanos, quienes no se han manifestado en este tema, salvo en las urnas y en las mismas fueron muy claros.