Europa notifica 37.766 casos de hepatitis B en 2023, un 31% más que el año anterior
Los países miembro de la Unión Europea y/o el Espacio Económico Europeo (UE/EEE) notificaron 37.766 casos de hepatitis B en 2023, lo que supone un aumento del 31 por ciento respecto a las infecciones por este virus registradas el año anterior, según el último Informe Epidemiológico Anual de hepatitis B publicado por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).

El total de casos apuntados supone una tasa de 8,1 infecciones por cada 100.000 personas. De estos casos, 2.392 (6,3%) fueron agudos; 15.295 (40,5%), crónicos; 17.390 (46,1%) se calificaron como "desconocidos"; y los 2.689 restantes (7,1%) no pudieron ser clasificados por la falta de precisión en los datos recabados.
En cuanto a las infecciones notificadas como agudas, la tasa media de casos fue de 0,6 por 100.000 personas, con un rango que va desde los cero casos en Croacia hasta una tasa de 3,2 casos en Finlandia. Según recoge el informe, la evolución de la tasa de hepatitis B aguda se mantuvo estable entre 2014 y 2018, año en que comenzó a descender, hasta 2021, cuando tomó una tendencia ascendente, hasta la actualidad.
A su vez, la tasa media de casos crónicos en 2023 fue de 5,1 casos por 100.000 personas, desde las cero infecciones en Luxemburgo y Polonia hasta la tasa de 23,2 en Islandia. De forma similar a lo sucedido con la tasa de infecciones agudas, la crónica disminuyó entre 2017 y 2021, mientras que a partir de este año ha experimentado un notable aumento.
Por países, en 2023, Alemania fue quien más infecciones por hepatitis B notificó (23.490), seguida de Polonia (3.142) y Bélgica (2.073). En contraposición, Estonia, con 33 casos; Hungría, con 17; y Liechtenstein, con dos, fueron los que menos casos registraron. Por su parte, España indicó 364 nuevos pacientes.
MÁS CASOS EN HOMBRES
Según se desprende del informe, la mayoría de casos (21.883) fueron identificados en hombres, mientras que 15.733 casos fueron notificados en mujeres.
La distribución por edad de casos agudos y crónicos fue similar, con un 7,8 por ciento de infecciones agudas y un 4,6 por ciento de infecciones crónicas informadas en personas menores de 25 años. En esta línea, las tasas de infecciones agudas y crónicas más altas se observaron en adultos de entre 25 y 54 años, un grupo que concentró el 63,1 por ciento de casos.
Los datos sobre la forma de transmisión de la infección estaban disponibles para el 24 por ciento de los casos agudos y el nueve por ciento de los crónicos. De los 567 casos agudos con información completa, la transmisión por contacto heterosexual fue la más frecuente (18%), seguida de la transmisión hospitalaria (16%), la transmisión por consumo de drogas inyectables (15%) y la transmisión entre hombres que tienen sexo con hombres (14,7%).
De los 1.421 casos crónicos con información completa, la transmisión materno infantil fue la vía de infección más común (39,4%). Entre los casos crónicos atribuidos a esta vía, el 67,9 por ciento fueron notificados por los Países Bajos, el 23,2 por ciento por Suecia y el 8,9 por ciento por Dinamarca. De los casos crónicos atribuidos a la transmisión de madre a hijo, el 91,3 por ciento se clasificaron como importados.
Ante estos datos, el ECDC ha recordado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 2017 el objetivo de erradicar la hepatitis vírica para 2030. Para ello, señaló que la incidencia de infecciones crónicas debía reducirse en un 90 por ciento, y la mortalidad asociada en un 65 por ciento, en comparación con los datos de 2015.
Para llegar a alcanzar este compromiso, el organismo europeo ha insistido en la importancia de ampliar y trabajar en los programas de vacunación infantil, iniciativas de cribado en poblaciones clave, prevención de la transmisión materno infantil, usuarios de drogas inyectables y, en líneas generales, en la prevención y control de infecciones.
Asimismo, ha destacado la necesidad de que los gobiernos de los países mejoren sus sistemas de vigilancia y recogida de datos, a fin de contar con una monitorización adecuada de la situación epidemiológica.
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