El Ciclo de Puente Viesgo revisa mañana los restos arqueológicos paleolíticos de la provincia de Málaga
El Ciclo de Conferencias sobre Prehistoria de Puente Viesgo, que este año cumple su 34 edición, analizará este miércoles, 17 de julio los últimos descubrimientos arqueológicos del paleolítico en la provincia de Málaga en la tercera ponencia de este verano, que será impartida por Pedro Cantalejo, coordinador del patrimonio natural e histórico de la comarca malagueña de Guadalteba, a las 19.30 horas en el Centro de Arte Rupestre (CAR) de Cantabria.

La conferencia de Cantalejo retoma el estudio de los principales yacimientos paleolíticos del sur de la Península Ibérica, y en concreto de Málaga, como ya hiciera el prehistoriador Francisco Ramos en la ponencia inaugural de este año con la Cueva de Ardales y la Sima de las Palomas de Teba, según ha informado la Sociedad de Amigos de las Cuevas del Castillo.
Cantalejo sucede en el programa de conferencias de 2024 programado por la Sociedad de Amigos de las Cuevas del Castillo a su colega de la Universidad de Cantabria (UC), Borja González Rebanal y una ponencia sobre las nuevas técnicas para el estudio de restos arqueológicos óseos.
Como matizó González Rebanal, las nuevas técnicas biomoleculares en el estudio de huesos permiten reconstruir la dieta alimenticia de la prehistoria en una región cantábrica con una gran riqueza de yacimientos.
El conferenciante recordó que con estas nuevas técnicas se ha estudiado huesos humanos de 18 yacimientos funerarios en cuevas y abrigos de la región y del final del período del cambio climático Pleistoceno-Holoceno en los últimos 14.000 años y su repercusión en la vegetación y la fauna, y por tanto, en los grupos humanos".
El profesor de Prehistoria de la UC explicó que "lo que se estudia son los isótopos estables del carbono y del nitrógeno que están presentes en todos los humanos y cuya concentración varía en función de la dieta alimenticia, además del cálculo dental".
"Se puede reconstruir la cadena alimenticia a través de la aplicación de esos isótopos estables al colágeno óseo y a los granos de almidón atrapados en la cálculo dental, dos buenos indicadores para reconstruir las estrategias de supervivencia de los distintos pueblos", añadió el ponente.
El profesor de la UC subrayó que "con la combinación de los análisis biomoleculares se ha logrado una aproximación más profunda y diacrónica de la dieta de los grupos humanos cantábricos", tal y como se ha investigado en los últimos cazadores recolectores (Aziliense y Mesolítico) y las primeras sociedades campesinas (Neolítico, Calcolítico y Edad de Bronce).
Según el conferenciante, en el Aziliense había una especialización de recursos alimenticios de río y en el posterior Mesolítico se intensifica el consumo de recursos marinos con una mayor diversificación de alimentos en función de la localización del yacimiento. A partir del Neolítico y el Calcolítico se introduce una dieta basada en el consumo de animales y plantas y en la Edad de Bronce es cuando se generaliza el consumo de cereales como el mijo.
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