
Cubiertos por sus propias pieles
Ser niño/a y padecer esclavitud es un infortunio presente en nuestros días, y todas las calamidades públicas, en cierto modo, recaen sobre ellos. Porque al carecer de la alimentación necesaria, toda la serie de enfermedades y calamidades hacen mella en esos cuerpos desnudos infantiles, que están cubiertos por sus propias pieles y huesos.