Gaza ha muerto, Ucrania también morirá. ©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
Gaza ha muerto, Ucrania también morirá. Europa ya ha descendido y juega en la primera federación, sin que sus ciudadanos imaginen los riesgos de quedar sin que nadie les defienda de una-más que posible-agresión.Yo vi del polvo levantarse audaces, a dominar y perecer tiranos, atropellarse efímeras las leyes y llamarse virtudes los delitos (Leandro Fernández de Moratín).
Gaza ha muerto, Ucrania también morirá. Europa ya ha descendido y juega en la primera federación, sin que sus ciudadanos imaginen los riesgos de quedar sin que nadie les defienda de una-más que posible-agresión.Yo vi del polvo levantarse audaces, a dominar y perecer tiranos, atropellarse efímeras las leyes y llamarse virtudes los delitos (Leandro Fernández de Moratín).
Dos meses después de la arribada a Gaza de la flotilla invencible, capitaneada Ada Colau-que fue alcaldesa de Barcelona, para mal de la ciudad Condal- y Greta Thumberg; dos meses después de la oleada de reconocimiento internacional del Estado palestino en el seno de la ONU; dos meses después de la algarada de la Vuelta Ciclista a España perpetrada en las calles de Madrid, y dos meses después de que los dirigentes de la UE diesen un puñetazo sobre el cojín de plumas situado en el buró del despacho oval de la Casa Blanca, el problema de Gaza desapareció del sistema mediático occidental, y todos los objetivos se volvieron hacia los portaviones americanos que tanteaban la posibilidad de que sean Putin y Trump los que pacten el destino de Venezuela-mal que le pese al señor Maduro-, mientras ingieren un chocolate con churros. ¡Buen provecho!
Lo de Ucrania es todavía peor. Porque los anteriores alimentaron la idea que el nuevo orden mundial se va a imponer así, hiriendo de muerte el prestigio del sector Europa de la OTAN y la UE, invitando a China a que se una al aquelarre de potencias-tres no más-que, al igual del tratado de Tordesillas, pero sin la mediación del papa, se van a repartir el Mundo, las tierras raras, el potencial nuclear y el control de todos los enclaves y pasadizos heredados de las grandes guerras del siglo XX.
Y uno se pregunta: ?¿Quién podría impedirle a Trump que invada Venezuela, o Groenlandia, para asegurar la primacía que ahora le discute-desde luego- la China de Xi Jinping ??.
Si por este procedimiento anexiona Trump la franja de Gaza y Putin exige que Ucrania ceda el Dombás y Crimea, y que renuncie a entra en la OTAN y se compromete a no recibir en su territorio tropas occidentales? ¿Cuántas barbas habrá que poner a remojar?
La Coruña, 24 de noviembre de 2025
©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
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