Juan del Cerro, una persona diferente… Por Pedro Arce

Juan del Cerro es una de esas personas que te las has encontrado en muchas ocasiones y quizás no hayas reparado mucho en su trayectoria; y este es el caso de una persona luchadora que ha conseguido hacerse un hueco en el mundo de la alimentación en Santander…
 

Juan del Cerro Amparán (Santander, 1944) siempre ha estado ligado al mundo de la alimentación, dado que su padre, Lázaro del Cerro Portilla ya tenía un pequeño almacén de ultramarinos desde 1940 en la esquina de Santa Lucía y Lope de Vega; una vez finalizada su escolaridad, ya a los 15 años comenzó a trabajar en el comercio de la familia y tiempo después, en 1961, instaló en el mismo local el tercer supermercado que hubo en Santander: Autoservicio del Cerro; primero lo regentó con su esposa, Pilar Escudero Benaitez y más tarde ya se quedó ella al cargo del mismo y Juan siguió otros derroteros empresariales, pues siempre ha tenido una enorme vocación empresarial y ha sido un pionero que ha mamado el mundo del comercio de la alimentación desde bien joven, adaptándose a la evolución de los tiempos, buscando la innovación y la proyección de futuro.

Por deformación personal, cada vez que entro en un establecimiento de alimentación, no puedo evitar acercarme a la zona de los quesos de Cantabria; y en este caso, en Alimentación Diferente, he podido constatar una oferta amplia, variada y de gran calidad…

Y así Juan montó una sala de espectáculos, La Taranta, en la castiza calle Tetuán. Pero el salto definitivo le dio en 1989 cuando  abrió “Alimentación Diferente” en la calle Vargas, que ha sido en estas tres décadas un establecimiento señero, delicatessen y gourmet, y que tiene otro con el mismo nombre en El Sardinero, en los bajos del hotel Santemar, establecimientos que ya llevan sus hijos Juan, Pilar y Virginia, aunque no es seguro que Juan no pase algunos días para ver cómo van las cosas, pues hay actitudes que se mantienen en el tiempo y Juan es un trabajador nato, un empresario con garra y un enamorado de su profesión, aunque en los últimos tiempos ya dedica sus inquietudes a cuestiones familiares, lúdicas y gastronómicas donde hemos coincidido y disfrutamos del turismo y la mesa por las tierras de Cantabria.
Hoy, Juan del Cerro, es el decano de la alimentación de Cantabria, en un mundo ya muy diversificado y competitivo y donde las grandes áreas comerciales y cadenas de alimentación han impuesto sus modas de consumo. ¡Pero la criatura de Juan del Cerro, “Alimentación Diferente” sigue con buena salud!, probablemente porque acertó en el nicho de mercado exacto y por ello tiene clientes de Santander y de fuera de la capital, atraídos por sus productos de gran calidad, con una exquisita atención de sus trabajadores.

Y Juan ha sido también un pionero en el mundo del asociacionismo y la defensa de los intereses comerciales; por eso ha sido durante una docena de años vocal y presidente de la Comisión de Comercio de la Cámara de Comercio de Santander y fundador de la Unión Cántabra de Empresarios Detallistas de la Alimentación (UCEDA); y también ha tenido a gloria participar en otras actividades sociales, benéficas o deportivas como la Cabalgata de Reyes de Santa Clotilde, lugar éste donde se casó en 1972, o el patrocinio de actividades en el Golf de Mataleñas. Y también es socio de la Cofradía del Hojaldre de Torrelavega y Socio de Honor de la del Queso de Cantabria.
 

Juan del Cerro no puede pasar ni un día sin ver los negocios que en su día puso en pie; y comprobar que todo va bien y que sus hijos siguen su estela….
Sus comercios de “Alimentación Diferente” son exclusivos y suponen un hito en la alimentación de la capital cántabra, donde ofrece variados productos de calidad y con una presentación exclusiva, que hace las delicias del consumidor. Y yo voy a fijarme en el mundo quesero donde las tiendas de “Alimentación Diferente” ofrecen una enorme variedad, pero es importante constatar que el queso artesano de Cantabria está muy bien representado, lo que es de agradecer, ya a sus hijos que son los actuales responsables, porque ello contribuye a ofrecer un producto de cercanía, a generar empleo y a fijar la población al medio rural de Cantabria, donde están instaladas las más de medio centenar de queserías artesanales existentes. Y lo último es que ha instalado una cava de quesos, donde su conservación será excelente y quizás otros queseros o comerciantes le imiten, para acercarnos cada vez mejor al grado de la excelenciaquesera que Cantabria se merece.

Por eso traigo hoy a estas páginas a Juan del Cerro, una persona trabajadora, constante, discreta y amigo de sus amigos, que ahora ve las cosas desde la barrera, mientras sus descendientes torean en el competitivo mercado de la alimentación.