La titulitis y el máster…

Cuando  realizaba mis primeros estudios, la emergente izquierda solía criticar el ansía por la “titulitis”, pues se decía que la adquisición de títulos académicos por el estudio y esfuerzo era una banalidad burguesa; cuando llegó la democracia, esos mismos que habían desdeñado los títulos, se procuraron los mismos, a veces por procedimientos que dejan mucho que desear; incluso hubo políticos que sin saber muy bien porqué, aparecieron con un título universitario, los penenes presionaron en la calle para instalarse en las cátedras y hasta muchos presos de ETA consiguieron un título universitario sin haber pisado nunca una universidad… (Claro, ahora no existen ni copias de los supuestos exámenes falsos de 76 presos en la UPV).

Era la época y aún estamos en ella en que se decía “estudios de derecho…” y tan sólo se había matriculado de 1º, sin hacer nada más. ¿O no fue así, Sr. Pepiño Blanco?. Y así se han inflado currículums, con títulos y honores, algunos de los cuales están desapareciendo en estos días por el tema del máster de Cristina Cifuentes. Hasta algunos cachorros de Ciudadanos, tan beligerantes en estos momentos y con este tema, están borrando algún máster de su currículum, como es el caso de la dirigente política de La Rioja, María Luisa Higuera y hasta Rivera se borra de la UGT, el sindicato correa del PSOE.

Y el máster de Cristina Cifuentes está originando una oleada, diríamos tsunami, que ha conseguido “tapar” informativamente el juicio que en Andalucía se está realizando a toda la cúpula política del PSOE de las últimas décadas, incluyendo a sus dos últimos presidentes, Chaves y Griñán, por los cientos de millones de euros desviados a manos de amigos y correligionarios; e, igualmente, la investigación por corrupción socialistas en Valencia, con temas mucho más serios y enjundiosos que aquellos trajes de Camps o los mil euros de Barberá, que fluyó ríos de tinta en la prensa del momento.

¡Pues, no!. Lo importante ahora es el máster de Cristina Cifuentes, al cual se dedica el PSOE y el resto de la izquierda en cuerpo y alma, con el deseo de ganar Madrid, lo que no consiguieron en las urnas; y a esta tarea se une Ciudadanos, siempre buscando desgastar al PP y arrebatarle votos, sea como sea.

¡Y el tema puede ser grave!. Pero también será grave que el diputado del PSOE, José Manuel Franco, de ese mismo parlamento madrileño haya incluido el título de licenciado en Matemáticas sin tenerle; o que una alcaldesa del propio PSOE en Córdoba no tenga la diplomatura en Magisterio que ha hecho pública hasta hace unos días en que lo ha borrado, situación a la que se han aplicado cientos de políticos en estos días, tal como se ha afirmado más arriba…. O que, en nuestra propia región, Cantabria, el mismo Revilla gaste 7.145 € de todos para pagar un Máster a su jefe de gabinete, mientras va pregonando por los platós otras cosas y ya dice el refrán aquello de “dime de que presumes y te diré de qué careces”.

Y hablando de refranes, quizás haya que aplicar aquel refrán bíblico de que “quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

Pero vayamos a otra cuestión, porque Cristina Cifuentes o cualquier otro político de este país, hayan exagerado sus méritos, quieran adornarse con flores, títulos y otras lindezas en su currículum, está mal, ¡muy mal!. Aunque a los ciudadanos, lo que nos debe importar, fundamentalmente es que sean honrados, no utilicen nuestro dinero para su propio provecho y, sobre todo, que nos gobiernen con eficacia y resuelvan los problemas de todos y cada uno de nosotros.

Igual sucede que quien tiene que aclararse en este tema es la propia “Universidad”, con cuestiones que no están muy claras; no sólo que hayan flojeado las condiciones de sus titulaciones para obtener más alumnos e ingresos, sino que nos demuestren que, a pesar de ser instituciones que pagamos entre todos, son democráticas y fiables y hacen un uso adecuado de los dineros de todos y de sus conocimientos científicos, no vaya a suceder como con el proyecto que le han colao al Ayuntamiento de Santander, con el tema del transporte urbano.

Pero volvamos a la Universidad Rey Juan Carlos I (URJC), dependiente del Gobierno de la Comunidad de Madrid, donde existen flagrantes contradicciones, pues hasta la propia Cristina Cifuentes les dice que “le enviaron unas actas de su máster sin que ella lo hubiera solicitado” (¡Y además eran falsas!) o que la guardiana de las actas, la secretaria general de la referida universidad, María Pilar Charro, denunció el robo de su ordenador portátil 24 horas antes de que estallara este “escándalo”. Como hay tantas cuestiones oscuras y contradictorias en este caso, parece que aquí “hay gato encerrado” y a Cristina Cifuentes, una política eficaz y ganadora, la han tratado de hacer una encerrona y están poniendo toda la carne en el asador para escabecharla.

Será esta universidad madrileña quien deba explicar todo este “affaire” y quizás otras, quienes deban explicar muchas cuestiones sobre máster, titulaciones, alumnos, proyectos y demás cuestiones. Hace ya bastantes años, tuve la ocasión de ser tutor de prácticas de alumnos que realizaban algún master; y en los que correspondieron a la Universidad de Cantabria, debo afirmar que cumplieron con mi expectativa, pues los responsables de UC visitaron a los alumnos, hablaron conmigo, intercambiamos puntos de vista, etc. ¡Y hasta me compensaron económicamente!. Pero en algún otro caso, con alguna universidad madrileña que hacía “master a distancia”, aún estoy esperando alguna comunicación, siquiera sea a distancia o telemática…