Noticias de Cantabria
26-03-2017 19:20

Hacia una sociedad andrógina

«En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de los que es hoy. Primero había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen y uno tercero, compuesto de estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre, éste era el andrógino porque reunía en sí el sexo masculino y femenino».

Cuando uno se enfrasca en la historia, advierte que no hay nada nuevo bajo el sol (nihil novum sub sole). Parece que volvemos a la idea del eterno retorno, con una visión circular de los acontecimientos, esto es, que una vez cumplido el ciclo de los hechos, éstos vuelven a ocurrir en otras circunstancias. Lejos de la concepción lineal de la historia, que hemos vivido con el cristianismo, que se trata de liquidar.

En muchas autonomías se han dictado leyes sobre la protección integral de las personas de sexo dudoso, y por razón de lo que sufren estas minorías, se ha rechazado el considerar la naturaleza humana normal, de hombre y mujer, acusando a ésta de una actitud causante de fobias y discriminaciones, y dice que se propone la defensa de la orientación sexual, dando posibilidades de cambiar el sexo, a gusto del interesado. Se trata de una minoría que requiere protección, pero es no para condicionar a la mayoría.

Pero el tema no es nuevo, vamos a recordar el mito que cuenta Platón en el diálogo del Banquete. Pone hablando a Aritófanes que comienza: «Figúrate que hasta ahora los hombres han ignorado el poder de Eros, porque si lo conocieran, levantarían templos y altares magníficos en su honor. Y queda a vuestro cargo enseñar a los demás».

Desmintiendo esta afirmación, la sociedad actual ha vuelto a dedicar templos y altares al diosecillo Eros, con lo que quiere definir el ser de la naturaleza humana. Hemos llegado en nuestra sociedad a dar tal importancia al subjetivismo, como principal motor de la sociedad, que se ha vuelto al culto de Eros, al amor como la norma ideal del comportamiento. Se ha abandonado la formación racional de las personas con el compromiso de la voluntad, y se ha inclinado a que toda la conducta se rija por lo afectivo, por aquello que me gusta.

«Pero es preciso comenzar por decir cuál es la naturaleza del hombre y las modificaciones que ha sufrido». Y ahora nos presenta el mito de Platón la siguiente idea de la creación de las personas, que está en la base de la actual ideología subjetivista: «En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de los que es hoy. Primero había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen y uno tercero, compuesto de estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre, éste era el andrógino porque reunía en sí el sexo masculino y femenino».

Ahora bien el tercer sexo, el andrógino, que etimológicamente se deriva de aner-andrós, hombre, y gyné-gynaicós, mujer, es decir persona con participación de atributos  de uno y otro sexo, a pesar de que Aristófanes dice que ha desaparecido, no es así, ha vuelto en nuestro tiempo, y aun va a determinar la orientación de la nueva sociedad, que el feminismo ultramoderno quiere para inaugurar una nueva era de la historia.

Pero continuemos con el mito. Zeus vio que aquellos seres humanos, siendo cada uno completo en sí, se habían revelado estériles, y decidió cortarles por la mitad a los tres: «en estas condiciones, el seccionamiento había desdoblado el ser natural. Y al momento surgió en ellos el deseo de unirse con la otra mitad». En un principio cada mitad buscó la otra mitad a ciegas, y se produjo un ciclo interminable totalmente estéril. Al ver esto Zeus decidió desplazar las partes sexuales, para que se encontrasen los sexos complementarios y surgieran acoplamientos fecundos. Pero hubo casos en los que no encontraron su complemento.

De todo ello surgieron diversas situaciones, unas fueron fecundas cuando se encontraron partes masculinas y femeninas, éstos son los constituidos por heterosexuales, y llegaron a formar una sociedad fecunda, mientras que los que no encontraron un sexo opuesto sino igual, formaron uniones estériles, y son los homosexuales. Y concluye, así las mitades de los seres homogéneos acoplados con otros del mismo sexo se unen estérilmente, mientras que los complementarios logran una sociedad procreativa.

Con el eterno retorno hemos vuelto al momento en que Zeus, se disgustó al ver la esterilidad de sociedad, y decidió partirlos para que buscaran su complemento. Ahora, por el contrario, el feminismo que busca su propia sociedad y e inaugurar una nueva era feminista de la historia, no se ha decidido como Zeus, partir a las personas para que busquen su complemento, sino que pretenden que se ensimismen con el mismo sexo, y si el mito de Platón enseña algo, esta decisión nos conduce a un futuro estéril.

Es hora de reflexionar, si queremos crear una sociedad donde todos vivan felices con una vida repleta del Eros, y donde la afectividad sea la base de las normas sociales, y donde la subjetividad sea el norte que conduzca a una felicidad sin límites, pero vivido de un modo egoísta, o si queremos caminar hacia una sociedad racional donde el esfuerzo por la superación sea la guía de las actuaciones.

 

Reflexione el Gobierno, que está tirando por el camino de las feministas, pensando que es un atajo, para que no le califiquen de ultraderecha o nazi. Tenga cuidado, pues nos conduce a una sociedad estéril, y caminamos hacia una sociedad andrógina.

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