¡Me dais pena todos los españoles…!

Y claro, esta soberbia, alejada del “seny”, es la que les ha llevado a muchos a querer ser independientes, engañando al resto de los catalanes con promesas imposibles (“Viviremos mejor”; “Estaremos en la Unión Europea”; “Subiremos las pensiones”; “Se pegarán las empresas por instalarse en Cataluña”, etc.), hasta que se han lanzado al precipicio y han chocado con la dura realidad: miles de empresas se han ido en un mes de Cataluña; los hoteles, restaurantes y demás servicios de ocio han bajado ostensiblemente su actividad; hasta los jubilados del Imserso han evitado este año pedir plazas en Cataluña, saturando la oferta de otras comunidades mediterráneas…

Cataluña ha perdido una buena parte de nivel de vida con esta locura; y España, también ha sido arrastrada en indicadores como las bajadas de la bolsa o las subidas de la prima de riesgo. ¡Todos nos hemos hecho un daño irreversible!.

Y lo que aún es peor; estos irresponsables independentistas han conseguido inculcar el odio en los catalanes y provocar una ruptura social a todos los niveles: en la calle, en el trabajo, en la escuela, en las propias familias… Lo de la “escuela” es impresentable con un adoctrinamiento vomitivo que debiera avergonzar a docentes y familias que han querido inculcar en varias generaciones el odio a España, la historia al revés y el enfrentamiento entre catalanes. Hasta en los Mossos se ha generado la división, los recelos y el veneno independentista y nacionalista.

¡Ni Hitler consiguió tanto!. Aquí han tenido cuatro décadas, dónde los pujoles, más, puigdemones, junqueras, forcadelles, jordis y demás relea se han empleado a fondo con el dinero de todos. Y aún les ha quedado dinero para llenar sus bolsillos y ponerlo a buen recaudo en el extranjero. ¡Hasta la “madre superiora” ha llevado ingentes bolsas de basura llenas de billetes a bancos extranjeros!.

Y, para más inri, el propio Puigdemont, sus consejeros y los diputados independentistas se escudan, cobardemente, detrás de una votación secreta para eludir las consecuencias penales. Y, ahora, huye de España con algunos de sus consejeros, con la misma intención de eludir la acción de la Justicia, lo que no conseguirá, salvo que se esconda en Venezuela, Osetia o Corea del Norte (Y aún pretenderá cobrar la jugosa jubilación como ex presidente, pues es un auténtico jeta, irresponsable y dentro de poco prófugo). Y ya sabe lo que dice el Viceprimer ministro de Bélgica “Cuando se pide la independencia, más vale quedarse con su pueblo”.

Y es tan demócrata que hace una rueda de prensa en Bruselas y sólo contesta a los medios extranjeros y a TV3, su órgano propio de propaganda e intoxicación. Al Gobierno de España le han faltado arrestos y al PSOE le han sobrado presiones y condicionantes para que los medios de comunicación de la Generalitat se hubieran limpiado a fondo para convertirse en medios de comunicación veraces e imparciales. Y reta a España a asumir el resultado del 21 D. ¿Cree que en España se hacen elecciones como la que él organizó el pasado día 1 de octubre, con urnas que ya tenían papeletas, papeletas impresas en casa, votantes que pasaban por varios colegios, etc.?

Así, no me extraña que algunos estén pensando en huir de Cataluña y vivir el resto de sus días en algún paraíso no extraditable a España, con el dinero acumulado en estas décadas de expolio. ¡Y después nos vendían aquello de “España nos roba”!.

Estos (presuntos) delincuentes deben ser puestos inmediatamente en manos de la Justicia y que no escapen, como ya ha hecho el Puigdemont y cinco consejeros; deben rastrearse cuentas bancarias en el exterior para intentar recuperar el dinero expoliado; y muchos ciudadanos quieren que se ponga orden en los medios de comunicación públicos de Cataluña, en los centros educativos y hasta en los Mossos y las policías municipales. Y si hay que utilizar mano dura, ¡utilícese!, por ejemplo con aquellos alcaldes independentistas y recalcitrantes que no quieren poner la bandera española dónde corresponde, o el retrato del Jefe del Estado.

Debemos aprender y saber que vale más ponerse una vez colorao, que estar siempre amarillo y dejar pasar las pequeñas cosas, los decretos de inmersión lingüística, la no publicación de su boletín oficial en castellano, la utilización del idioma catalán como requisito y no como mérito para acceder a la función pública y tantas y tantas cosas como han sucedido en estos cuarenta años…

Y para más inri, ahí tenemos –tienen- a Puigdemont huido de España y contactando con un abogado que ha defendido a etarras; ahora entiendo que estuviera hace muy poco con Otegui, buen defensor de la independencia catalana, y que fue probablemente quien le dio la dirección y el teléfono. ¿Le detenemos?; ¿Le traemos esposado a España?... Evidentemente, pero nunca debieron de haberse convocado las elecciones tan pronto, de manera que este “victimismo” pueda beneficiar a los independentistas, pues ya tienen un mártir de cuerpo presente y sin juzgar…

Aunque de este culebrón hablaremos en otra ocasión, pues este vodevil va a dar para mucho y acabará en opera bufa. Para regocijo de algunos y cabreo de muchos.