Arturo Ros preside su primera Misa Crismal como obispo de Santander

A ellos Ros les ha advertido durante la homilía que "ser buen pastor no admite rebajas". "Nos tenemos que jugar la vida", ha afirmado.

En un comunicado, el Obispado ha recordado que la celebración tiene ese sobrenombre por ser en la que el obispo consagra el Crisma, confeccionado con un aceite al que le añade unas aromas, a la par que bendice los oleos de catecúmenos y enfermos con los que se signa a los que comienzan su preparación para el bautismo o se auxilia a los enfermos o moribundos, respectivamente.

En la Misa Crismal, además, se renuevan las promesas sacerdotales. Por este motivo se celebra de modo anticipado al día natural, el Jueves Santo, --día de la institución de la Eucaristía y del sacerdocio ministerial-- para que puedan participar cuantos más sacerdotes.

Durante su homilía, ha agradecido a los sacerdotes su entrega y les ha pedido que "no se desanimen, no tengan miedo" y "no desfallezcan nunca en el anuncio del Evangelio" y les ha invitado a seguir entregándose en su servicio ministerial.

Otra de sus invitaciones fue la de fomentar la fraternidad sacerdotal, en la que se encuentra --ha dicho-- "descanso y consuelo en medio de fracasos pastorales y el frenesí de la actividad".

"Tender la mano a los otros. De hecho nuestros necesarios momentos de recarga no suceden solo cuando descansamos fisica y espiritualmente, sino también cuando nos abrimos al encuentro fraternos entre nosotros. La fraternidad conforta, ofrece espacios de libertad interior y no nos hace sentirnos solos delantes de los desafíos del ministerio", les ha trasladado.

Por otra parte, Ros ha tenido un recuerdo agradecido para los seis sacerdotes que han fallecido desde que es obispo de Santander.

En la Misa Crismal, el obispo ha estado acompañado por el obispo emérito de Palencia, Manuel Herrero.