Del ladrillo al tornillo
Recuerdo que, no hace mucho tiempo, un consejero de economía pletórico, en una de sus habituales ruedas de prensa, soltó, sin ningún sonrojo, que los puestos de trabajo que se perdían en la construcción irían a la industria. Naturalmente, esta reflexión la hacía en la acción política que practica, es decir, haciéndose eco de lo que su principal –Zapatero- dice en Madrid y trasmite a sus delegados

Pues bien, de aquel aserto ya no queda nada salvo el eco, menos mal que siempre quedan las hemerotecas, verdaderas fedatarias de las mentiras o de la excesiva oratoria de algunos. Y es que por la boca muere el pez. Los ERES se han ocupado de poner en su sitio a un consejero demasiado lenguaraz y eso a pesar de que cada día nos dice que estamos por encima o por debajo de la media de no se sabe qué. ¿De qué media?
Lo que quería decir el consejero es que la industria cántabra -¿qué industria?- iba a ser la salvadora de la debacle de la construcción a la que Zapatero tanto ayudó con declaraciones inconexas e indocumentadas en lugar de salir en su defensa, aun sin creer en ella... Ahora, le hemos podido ver en su última comparecencia en el Congreso lanzando algunos piropos que, aunque tarde, deben ser bienvenidos, ya que de ellos se deduce que para el presidente el sector inmobiliario es fundamental. Y es que ZP, a fuerza de ser cansino, cuando rectifica, acierta. Sin embargo, aquí, nuestro consejero lenguaraz erró -no es ninguna novedad- y muchas de nuestras constructoras tuvieron que regularse o extinguirse, mientras los parados del sector no pudieron incluirse en las industrias salvavidas porque estas también entraron en la crisis económica de gestión propiciada por la financiera. Así que nuestro ínclito consejero en su acción política se equivocó, porque no se pudo pasar del ladrillo al tornillo como nos anunció.
Y ahora, desde hace unos meses, con premura imperativa nos pretende convencer de que hay que dejar el ladrillo y también el tornillo y abrazarnos al viento que nos ofrece. Nos lo exige con una credibilidad –la suya- que está por los suelos. Recordemos que está recusado en varas ocasiones por los sindicatos y por los empresarios, salvo por el auto elegido presidente de la CEOE, Mirones -ellos sabrán por qué-.
La sociedad civil se encuentra, una gran parte, en contra de esa imposición del gobierno de Zapatero de cubrir Cantabria de molinos y otra dubitativa preguntándose que esconde esta imposición de Madrid. Nada bueno me temo y el tiempo me acabará por dar la razón.
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Comentarios(4):
Los Señores Agudo y Revilla, si tuvieran un minimo de verguenza , ya habria dimitido hace tiempo, lo de la fabrica de fibroyeso, no es más que un desastre anunciado, como lo será sin duda la fundición Comillas, ciudad del cine, AVE a cantabria, y todo ..... los señores politicoa de esta region Si no son mediocres ( lo son casi todos) , son mafiosillos de tres al cuarto, lo es el Sr Audo, que nada mas llegar coloca a la Famiglia ( en este caso politica ) copando puestos técnicos para los que no estan preparados y lo es el Sr Marcano que se emboba en el poder , y coloca a sus hijos en el Ayuntamiento de Torrelavega y en la direccion de las Juventudes de su partido.... estamos buenos..... si con esta ralea de politicos queremos salir de la crisisç Un saludo Don Carlos y pasciencia........
Re: Del ladrillo al tornillo Estimado Editor Carlos Magdalena: Nuestro actual presidente del Gobierno español, señor Rodríguez Zapatero, rectifica sus declaraciones con ardua frecuencia, como consecuencia de que se equivoca: a esto uno le llama cometer ‘errores’. Sin embargo, lo verdaderamente lamentable sería que el cometer "errores” no se vaya a convertir en costumbre, y, por costumbre, los sigan cometiendo. Mi humilde recomendación al señor Zapatero: Las ideas políticas de un hombre son sus hechos. La Coruña,21 de septiembre de 2009 Mariano Cabrero ---original message---
Carlos, tienes que tener el atrevimiento la la osadia de decir que este consejero es el ineto de Agudo
Lo que es evidente es que la enorme especulación urbanística y la colaboración de la banca han llevado a este país donde está, con miles y miles de parados hipotecados y hundidos para muchos años. Y si no apredemos de los errores más próximos estamos perdidos y poco valemos.