El consejero Truan debe tomar decisiones
He dejado pasar un tiempo más que prudencial para volver a hablar de un tema que continúa de máxima actualidad y que sigue siendo de interés prioritario para todos los cántabros: la sanidad.

Desde que se cayó parte del edificio y se inició la reconstrucción -en fases- del nuevo “domicilio sanitario”, han pasado casi diez años -que se dice pronto- y aún nos encontramos en una situación de precariedad y de provisionalidad que nunca, y lo digo bien alto, NUNCA habría sido permitida ni por los ciudadanos, ni los políticos de las comunidades limítrofes vasca, catalana, etc. Pero claro, aquí, en Cantabria, todo vale. Viene el político de turno, nos dice que somos los primeros del mundo y tan contentos, así nos quedamos.
Los errores inveterados que tiene la sanidad en Cantabria los conocemos todos, pero parece que nadie entra en ellos y, lo que es peor, ni siquiera se acerca para intentar paliarlos. La culpabilidad de estos dos últimos ejercicios corresponde a la -por fortuna- ya olvidada Charo Quintana -que fue la causante de la primera huelga nacional de médicos con el apoyo en ese despropósito de la de Vioño -, pero ahora corresponde al doctor Truan, de personalidad abierta y dialogante aunque, con todos mis respetos, nada ejecutiva, ya que se limita a dejar hacer y así van las cosas...
La base del no funcionamiento de nuestro sistema sanitario está en que no se han fijado los principios básicos por los que se debe regir. El único principio general que utilizan los consejeros y los gobiernos que se suceden -tanto de la derecha como de la izquierda- es el de poner dinero y más dinero, pero nada más que eso. Lo de la racionalización del gasto, el estudio estructural de dependencias, servicios, posible participación de la iniciativa privada, investigación científica o fijación de los medios humanos necesarios para hacer frente en una comunidad como Cantabria… no viene en el papel. Las vendas se ponen sí, pero se las ponen los políticos en los ojos, al igual que se ponen los tapones en los oídos.
El problema es que, si nos centramos en este periodo que ha comenzado y nos olvidamos del de la famosa Charo, encontramos más de lo mismo. Lo primero es el dinero: la financiación. Según dicen, nos encontramos en la tercera fase y ahora hacen falta cien millones de euros. Mientras el consejero dice que se está en una negociación discreta, los ciudadanos se preguntan es si el dinero llegará o no.
También se habla de la existencia de enfermedades ocultas en la residencia. Yo imagino que, como se trata de enfermedades ocultas, se oculte todo y sólo se conoce que el absentismo laboral se sigue produciendo de forma muy fuerte.
Otro problema, y grave, es la inexistencia de camas y los “hospedajes” de pasillo. ¿Cómo van los ciudadanos a creer en las buenas intenciones de este consejero si van a una cura de urgencias y les mandan, ya no sólo esperar sino que en ocasiones hasta les atienden, en un pasillo?
Viendo que es incapaz de solventar lo pequeño ¿Cómo va a solventar lo grande y hacernos creer que están construyendo un hospital del siglo XXI? Lo malo es que lo dicen, y lo peor, es que creen que nos lo creemos. La comparecencia de Truan en el Parlamento nos dejó absolutamente insatisfechos aparte de mejorar su intervención a base de porcentajes siguiendo la línea de Agudo cuando los cántabros solo queremos medicina siglo XXI para que se nos cure cuanto antes.
Cuando alguien intenta hablar de racionalizar los recursos humanos para intentar hacer una buena gestión le cierran la boca diciendo que Cantabria se encuentra a la cabeza del gasto sanitario por habitante, pero, ¿qué quiere decir esto? ¿Que nos encontramos ante el gasto racional sanitario o que nos encontramos ante el derroche per cápita, situando el gasto por ciudadano por encima de la media? Imagino y temo que será esto último.
En fin, no contento con lo anterior, el doctor Truan acaba poniendo la guinda y convoca 349 plazas de personal no sanitario… Eso sí, lo hace después del rifirrafe que ha tenido con los jubilados forzosos, médicos de acreditada profesionalidad, que han ganado los pleitos y que están gestionando una salida “digna”.
Esta última decisión adoptada por Truan resulta desafortunada. Sólo un inciso, la de educación, Rosa Tezanos, sigue la misma línea de oferta de empleo seguro que teniendo en cuenta el subidón de población escolar en este último ejercicio. Ni uno ni otra sabemos muy bien ni a que juegan ni que fines persiguen con estas políticas de despiste. Ahora, que desde el gobierno de Madrid se está intentando realizar una política de no contratación de empleo público, vienen estos chicos y lanzan estas ideas, igual pensando en disminuir el paro. Mal. Lo que se debe de hacer es crear empleo productivo, incentivar el sistema de producción a través de medidas y no engrosando -ni engordando- el gasto que proviene de un presupuesto ya de por sí muy flaco…
En el otro extremo, se encuentra Mediavilla intentando crear una administración pública racional, informatizada, de Cantabria y que cumpla objetivos, no creando por crear puestos de trabajo…
Ante estas dos posturas - es curioso que la del consejero de Presidencia sea la que proviene de Madrid- ,el cántabro se encuentra con que sus paisanos tienen que esperar más de dos meses para ir al especialista, que existe una lista de casi 40.000 pacientes que se sigue incrementando… Pero, tranquilos, que esto lo arregla el doctor Truan con la nueva medida.
No sé si algunos consejeros de este gobierno de Cantabria tratan de hacer lo contrario de lo que deben. Mi consejo es que, si no saben, copien lo de Madrid, eso sí, lo bueno, y hagan caso a lo anunciado por Elena Salgado en el consejo de ministros: la oferta de empleo público debe reducirse a la mitad por la crisis.
O el doctor Truan no se entera o está en el limbo sanitario o esa oferta de empleo público responde a intereses espúreos. Llegados a este punto, a menos que no sea capaz de hacerlo con claridad, debería de explicar la necesidad de personal no sanitario que hay en el Servicio Cántabro de Salud cuando es público y notorio que lo que hay que hacer es adelgazar la administración pública, porque sobran funcionarios. Es hora ir a la racionalización del empleo.
Es el momento de decir al doctor Truan -o a sus asesores- que se están confundiendo pero que aún no es tarde, ya que están a tiempo de rectificar, porque los cántabros y los españoles quieren salir de la crisis, aunque con este tipo de propuestas formuladas por algunos consejeros no sólo no saldremos en años sino que nos hundiremos más.
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Comentarios(5):
Valdecilla es un hospital que necesita un buen gestor ,sin necesidad de ser medico .El hospital es una empresa y como tal hay que tratarla,los medicos que se ocupen de los enfermos solamente,que ya es bastante.
Entrar a arreglar el desastre que dejo la anterior consejera socialista Charo Quintana es muy complicado y llevara su tiempo,seguro que el consejero lo está intentando,esperemos que con fortuna porque ademas de un hospital imprescindible para nuestra region es emblematico por su historia que poco a poco estamos manchando con una trayectoria que no ha sido la debida.
Menos fachada estetica y mas profesionales bien pagados que quieran venir a nuestro hospital
A ver cuándo le echa cojones Truán y le vemos en un debate en TV o concede alguna entrevista sin censurar. Es conocida en su gremio la falta de capacidad profesional de este elemento, pero anda, que con esa jefa de Gabinete que no sabe hacer la O ni con un canuto
Es una pena que la Sanidad en Cantabria siga tan mal, cuando Valdecilla ha sido una referencia a nivel no solo nacional, sino mundial. Pero nuestros políticos son capaces de destruir todo, como bien dices tú Carlos, a base de gastar dinero sin fuste. Esto es como el Puerto de Santander, que le dejó el "Calvo" preparado para que se lo merienden Bilbao y Gijón; ¡Claro, como él es del Atlhetic! Necesitamos un cambio político de Gobierno y oposición; éstos tambien...¿no tiene mejores políticos?