El gran teatro de España (y V)

La moción de censura a Rajoy, ¡Perdón, la sesión de investidura de PedroSánchez!, fue un ejemplo a no seguir en nuestro sistema parlamentario, dónde se ha mascado la tensión y ha conseguido cabrear y aburrir a más de uno.

Y por eso, finalizo hoy esta serie, que podría llegar a ser interminable y que seguirá en los medios de comunicación para vergüenza de algunos de sus principales actores, no todos, pues es necesario distinguir el grano y la paja, y no “meterlos a todos en el mismo saco”, para que los mediocres puedan salvar la cara.

Desde que PedroSánchez inició la tanda de insultos y descalificaciones ya en plena campaña (¿Recuerdan lo de “indecente”?), el tono agrio y bronco es la regla general en el intento de conseguir un gobierno para España. ¡Que ejemplo!. La frase machaconamente repetida de PedroSánchez es “que el Sr. Rajoy deje de ser Presidente en funciones”, su única obsesión, pretendiendo hacer del PP, un  “nasty party” (partido antipático). ¡Lo demás no importa!. Nunca una sesión de investidura tuvo tanto desdén sobre el programa de gobierno, centrada en el cuerpo a cuerpo, la descalificación personal, los insultos, etc.

Tampoco nunca hubo tantos órdagos, postureo, ruedas de prensa, fuegos de artificio y bla, bla, bla… Nunca hubo tanto desprecio por los problemas verdaderos y acuciantes de los ciudadanos y de nuestro país, que está sufriendo esta insólita situación.

PedroSánchez ha estado jugando con varias barajas (“doble juego” lo ha llamado Errejón), haciéndose trampas a sí mismo y engañando a propios y extraños, actuando como un verdadero trilero; a su propio Comité Federal le ha dejado a los pies de los caballos, con el “referendum” a las bases, incluyendo una pregunta ambigua; a Podemos, como novia despechada, le ha dado un ataque de cuernos y ha conseguido enfurecer al propio Pablo Iglesias. El candidato a Presidente ha tratado de vender su mensaje de “diálogo” y “mano tendida”, mientras se ha negado a hablar con el partido ganador de las elecciones de forma reiterada, despectiva y chulesca.

Ciudadanos ha firmado un acuerdo con PedroSánchez, que ha dejado perplejas a muchas personas, de forma especial muchos votantes de derechas que han votado a Ciudadanos el 20 D y nunca esperaban que ese voto sirviera para dar fuelle al PSOE; además, Albert Rivera ha actuado de portavoz, sostén y mamporrero. ¡Claro!. Teniendo en cuenta que una gran mayoría de votos de Ciudadanos, según algunas fuentes el 83 %, proceden de la derecha, algunos incluso militantes del PP, se comprende que ahora estén cabreados porque sus votos hayan ido a la izquierda… ¡Pero esto no es nuevo!. Y así lo he venido manifestando en anteriores escritos, ya que Ciudadanos ha pactado en las elecciones del pasado mayo con el PSOE allí dónde ha sido preciso; cuando tuvo que hacerlo en la Comunidad de Madrid, exigió unas condiciones leoninas y realiza un seguimiento exhaustivo de la acción de gobierno, lo que muchos no perciben, por ejemplo, en la Junta de Andalucía. Ciudadanos ha perdido la inocencia y en su pacto con el PSOE ha aceptado principios de los que siempre abominó, como aquello de “meter en cintura a la Iglesia”.

Incluso sorprenden algunas cuestiones de su pacto y/o de la sesión de investidura, como la idea contrapuesta de la unidad de España, la derogación de la Reforma Laboral  o los acuerdos con la Iglesia Católica, por poner algunos ejemplos. Y sorprende que intente visualizar su “ruptura” con Mariano Rajoy y la descalificación del mismo.

Así que cada uno debe saber a dónde va su voto y no ser tan ingenuo, a pesar de que el propio Albert Rivera había manifestado tajantemente que no “investiría a ningún candidato”. Ya resultó sospechoso para algunos que apuntalara al PSOE, primero maniobrando para darle la presidencia de las Cortes y ahora para conseguir hacer presidente a PedroSánchez, sugiriéndole al PP un trágala, ¡Lo tomas o lo dejas!, incluso con la velada acusación de que si no se abstienen, están optando por un gobierno de izquierda e independentistas.

En la investidura, no podrían esperar de Podemos algo distinto al que ha sido su comportamiento, incluidos los exabruptos, ósculo incluido a lo Breznev-Honecker, de Pablo Iglesias. Los demás, ¡a los suyo!, especialmente los nacionalistas e independentistas.

¡Tampoco había mucho que decir!. La sesión de investidura no dio de sí mucho y hasta hubo que adelantar la votación; el propio candidato hizo un soporífero discurso, falto de entusiasmo e ideas ilusionantes, por mucho que los firmantes del “pacto” hablen de un programa “transversal, reformista y progresista”. Y el resultado ha sido el previsible y Pedro Sánchez Castejón (Por cierto, hasta hoy no habíamos casi oído su segundo apellido, procedente dicen algunos, de su abuelo materno el general franquista Antonio Castejón Espinosa; o ahora es “Pérez-Castejón” o Pérez-Castejón, vaya Vd. a saber), no ha obtenido el respaldo del Congreso y aquí, como en las mejores representaciones teatrales, hay un bis, aunque hayamos asistido a una auténtica ópera bufa. ¿Resultado?: Sí: 130; No: 219; Abstenciones: 1. ¡Ah…!!!. Como el voto en contra del PP y Podemos ha coincidido, algunos ya hablan de la “pinza”.

En el entreacto ha habido presiones hacia Podemos, hacia Carmena para que convenza a Podemos, auténticos chantajes del PSOE echando en cara a Podemos el apoyo municipal, Rivera diciendo que ha roto todos los puentes con Rajoy, etc… en una auténtica batalla campal dialéctica del tótum revolútum…

Y en el “bis” del viernes, nada ha cambiado, salvo el voto de Coalición Canaria. Si a Vd. le gusta  el teatro, la opereta, el sainete, el melodrama o el circo, sepa que la semana próxima habrá nuevas funciones, mientras España está sufriendo un inicio de retroceso y frenada (Menos inversiones extranjeras, repunte del paro, envalentonamiento de independentistas,  hazmerreír en el extranjero, etc.).

El esfuerzo de PedroSánchez por intentar contentar a todos es vomitivo, pues su gran objetivo parece que ha sido su propia supervivencia y “ser presidente por un día”, lo que le permitiría cobrar ya pensión de por vida. PedroSánchez ha iniciado un camino a ninguna parte y se ha quedado dónde estaba; para este viaje no hacían falta alforjas y menos perder el tiempo de todos.

¿Acabaremos en una “gran coalición” como desean algunos?; ¿Tendremos una coalición “de progreso” con Podemos y algunas abstenciones como vaticinan otros?; o, por el contrario, ¿Nos volveremos a ver en las urnas el próximo 26 de junio?.