Noticias de Cantabria
28-08-2008 12:00

Hacia un regionalismo centrado en el ciudadano

No me cansaré de repetir que, desde la entrada en vigor del Estatut catalán, en este país nada es igual. El Estatut, siempre lo he dicho, es una verdadera constitución y no se puede negar la evidencia jurídica.

No se trata de examinar las causas ni el por qué se ha llegado a esta situación, no ha pasado demasiado tiempo y se han escrito ríos de tinta culpando fundamentalmente de esta situación al calentamiento del candidato, aspirante a presidente en aquella época, Rodríguez Zapatero.

Es desde ese texto legal e hito histórico desde el que se debe partir. Seguro que en las vacaciones en Doñana del presidente español habrá tenido tiempo de leer la constitución catalana. La respuesta de Zapatero ya la conocen, está buscando por las esquinas del texto de la constitución española cómo parar lo que se le viene encima.

Para empezar, ya se han incumplido los plazos previstos en la constitución catalana para establecer la nueva financiación y, en definitiva, para reducir un peldaño el camino inexorable hacia la soberanía, la independencia o la secesión, términos que significan una misma cosa: la desaparición del estado español tal y como está configurado hace 500 años.

Los partidos catalanes ya han reaccionado y han amenazado con que tienen en sus votos la posibilidad de tumbar al gobierno Zapatero. Con estos mimbres ya saben perfectamente los lectores en qué situación de gobierno nos encontramos y cómo se va a negociar. Los catalanes le han dicho a Zapatero alto y claro que si quiere seguir en la Moncloa tendrá que aceptar lo que se le proponga y punto.

Bien, una vez llegados a este punto. ¿Cuál es la situación de Cantabria y su regionalismo? Me atrevo a decir que Cantabriam cada día que pase lo tendrá peor. Cantabria no sólo se debe rearmar con un estatuto cantabro, que no es lo mas importante, sino con una verdadera armadura que es poseer un partido beligerante, reivindicativo y de aquí.

Y digo más, aunque a algunos les escueza, me refiero a un partido al estilo CIU o PNV, ya que con menos no podemos realizar ninguna travesía en estos momentos tan delicados por los que atraviesa nuestro país.

Los partidos nacionales están de pesca, el PP con aparente tranquilidad apela al regionalismo en su Congreso. El PSC que lidera Gorostiaga se encuentra en pleno cisma interno, a esto hay qeu sumar el fracaso al no defender los intereses de los cántabros renunciado a las reivindicaciones mínimas exigibles. Mal. Los cántabros necesitan un PP y un PSOE fuertes, bien nucleados, serios, firmes, reivindicativos y mejor dirigidos. Y no otra cosa.

Una vez dicho lo anterior, lo que se debe forjar es el partido de Cantabria que en parte ya existe, PRC, independientemente de que en determinados momentos los electores están dispersos en los dos partidos nacionales. Hay que darle contenido. No se puede entender el regionalismo como se concebía hace más de veinte años ni hace dos.

La frase tópica con la que algunos siguen anclados en el pasado de ese regionalismobajo el lema de que primero es Cantabria ya no sirve. A esa frase hay que darle acompañamiento y la compañía no es sólo una comisión para adecuar un poco nuestro Estatuto a los que ya están en vigor. La adecuación ya tenia que haberse hecho de forma automática, sin discusión. Se ha avanzado mucho y cada día existe mayor identidad de lo cántabro, pero se precisa dar todavía un paso al frente y cuanto antes.

Esperar es perder lo que se ha avanzado.

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Comentarios(3):

Trenti - 30-08-2008

Es cierto que nuestra región tiene un "regionalismo light" , muy personalista y poco reivindicativo. Pero también es cierto que nuestra región existe un exceso desmesurado de nacionalismo español, sobre todo en la cuidad de Santander, y eso pesa en los partidos. Por eso el PP encuentra tanto apoyo en la ciudad. Y para concebir un regionalismo más adecuado a los estilos CIU y PNV, debería tener un mayor apoyo de unas bases más burguesas y no sólo las campesinas. ¿Cómo obtendríamos ese sentimiento de apoyo? Pienso que en el ámbito de la educación, se debe formar en las escuelas más conocimientos sobre Cantabria, que se valore lo nuestro y se despierte un sentimiento de región.

Pechugas fuera - 02-09-2008

Me pregunto yo si ese sentimiento pseudo nacional cántabro, supongámosle ya existente, sirve para seguir dando bolos al birle o para birlar los bolos... Comulgar con ruedas de molino es duro. Solo nos faltaba ahora que nos inventáramos el nacionalismo regional cántabro y que encima nos falte Sabino. Que se asuman más competencias y se administren mejor, en una más amplia autonomía, supondrá sin duda una modificación de nuestro Estatuto y eso lo firmo voluntario, pero de ahí a que tiremos la casa por la ventana en aventuras "nacionales" va un abismo.

liberal - 01-09-2008

Da por hecho que el Estatuto catalán va a salir indemne del Tribunal Constitucional. Como usted mismo reconoce el "Estatut" deroga de facto la Constitución del 78 y, por esa razón, el TC debería actuar enérgicamente contra un texto que, no olvidemos se pactó, en aquella reunión entre Artur Mas (CIU) y ZP. Como diría el castizo "tiene narices" que ese texto que deroga la Constitución nazca de la calentura del Presidente del Gobierno de España y que este presidente lo salve "in extremis" de una parálisis cierta en esa reunión monclovita en la lo único que se supo fue "que se fumo mucho". Si el Tribunal Constitucional realiza una labor de aliño (cosa que no hay que deshechar dada la errante trayectoria del mismo), la historia del Estado-Nación más antiguo de Europa habrá terminado. Y comenzará un nuevo régimen. Desde ese punto de vista, comprendo su pragmatismo que me permito resumir en la siguiente frase: sálvese quien pueda. No obstante, no me resigno a que la manipulación de la historia, la deslealtad institucional y la imposición de unos pocos triunfe sobre la convivencia y la Libertad que representa la Constitución de 1978. Una Constitución que, además, en su título décimo establece los mecanismos para su reforma. Por esta razón, ni CIU ni PNV deberían ser modelos de ningún movimiento regionalista autónomo o que se desarrolle dentro de los partidos nacionales. Salvo, eso sí, que lo que en realidad se esté defendiendo sea un proyecto nacionalista, soberanista y/o independentista. Seguro que para Trenti soy un ejemplo de nacionalismo español. Me da igual. Yo sé lo que soy. En mis ascendientes hay valencianos, alicantinos, vascos, catalanes, aragoneses, navarros, madrileños con familiares gallegos, andaluces y castellanos. Y vivo en la Cantabria infinita. Por eso soy español pero no en el sentido de la España reserva espiritual de occidente sino de la España moderna y europea. Por eso y porque gracias a la Constitución de 1978 España sirve a la idea de convivencia y de libertad. No sólo es la historia que también lo que define a una nación sino hay algo más. Así, igual que ahora se discute el modelo de Estado y se aboga por un Estado federal habría que exponer en el debate que Francia es un estado unitario con un sistema de descentralización administrativa que funciona, que en Alemania llevan unos cuantos años (Gerhard Shroeder lo propuso siendo canciller) abogando por la recuperación de competencias de los länder para el Estado federal ni nadie se plantea que en EEUU el estado de la unión mantiene unas competencias básicas y que todos los Estados federales son iguales en competencias. No es sólo una forma de Gobierno sino algo más. Si queremos hacer revisionismo hagámoslo pero en todas las direcciones. Consideremos todos los puntos de vista porque el estado de las autonomías quizá era el posible en origen, pero en su desarrollo ha dejado mucho que desear. Mucho victimismo nacionalista que ha llevado a la continua cesión de competencias y privilegios que ningún estado federado del mundo. Es curioso pero cuando desde Cataluña se alude a los parásitos del resto de España (del Estado dirían ellos) callan la millonada que supone de gasto improductivo lo que ellos llaman la "construcción nacional de Cataluña". Otro tanto se podría decir del País Vasco. Es curioso que digan que Cataluña y Euskadi poco menos que nacieron con el comienzo de los tiempos y que ahora se dediquen a construirlos. Trenti alude a la educación y me parece muy importante que en Cantabria no se copien modelos aislacionistas y falsos de una Cantabria ajena a la realidad española como sí se hace en Euskadi, en Cataluña o en Galicia (con la inestimable ayuda de D. Manuel Fraga por cierto y es que en todas partes cuecen habas). Defender lo propio y promoverlo no significa arrinconar lo común que es tan propio como lo autóctono. Este reduccionismo lleva a la soberbia pues acaba por hacer creer a todo el mundo que lo de aquí es lo mejor del mundo y que lo de fuera es una amenaza. En un mundo cada vez más globalizado es importante mantener lo propio para evitar la uniformidad pero resulta ridículo que se pongan más fronteras y más límites. A Cantabria no le hacen falta modelos de nacionalismo ni de regionalismo. No todo es influencia sino también capacidad de gestión. Ahora que tanto se habla de la reforma del Estatuto y de la asunción de nuevas competencias habría que preguntarse que pasa con las competencias asumidas y los problemas de costes y de gestión que han provocado y provocan diariamente a los sucesivos gobiernos. Si malo es quedarse atrás en el proceso de cesión competencial, peor es que se asuman tantas competencias que luego seamos incapaces de gestionarlas. Y es que el debate autonómico siempre se aborda desde su vertiente política o de transferencia de poder que es lo que interesa a la minoría gobernante y casi nunca se aborda desde su vertiente administrativa o de gestión que es lo que interesa a todos los ciudadanos. Y es que no es cierto que acercar los servicios al ciudadano, gestionar desde la tierruca salga más barato y sea más eficaz que hacerlo desde Madrid. No siempre es así y como ejemplo baste señalar el incremento que ha supuesto de gasto público mantener diecisiete sistemas educativos, diecisiete medios ambientes (resulta divertido casi ridículo que el medio ambiente se pueda transferir), diecisiete sistemas impositivos etc... pensemos en el número de nuevas empresas públicas que crecen como setas en las autonomías ... Un saludo.