La sanidad pública, la gran damnificada
Hace unos días, en una cena de amigos donde había una médica, cuatro periodistas, dos amas de casa y un empresario salió a relucir el espinoso tema de la sanidad pública en Madrid, pero sobre todo en Cataluña, donde Artur Mas ha puesto patas arriba el sistema sanitario por falta de medios económicos dice él.

Algo que a nadie antes se le habría ocurrido llevar a cabo sin consultar con los implicados, especialmente con los usuarios, ya que son los que sufragan la mayor parte de los gastos con sus impuestos, y sus cuotas a la Seguridad Social, pero también con el personal que trabaja en los centros y que son los que más saben de los problemas a los que tienen que hacer frente cada día, en circunstancias no siempre fáciles, por la complejidad que tiene ofrecer unos servicios dignos, que estén a la altura que demandan los usuarios y los tiempos.
Cerrar quirófanos, cerrar consultas, aplazar operaciones, despedir especialistas, médicos, enfermeras, ayudantes, hasta un total de 450 personas sólo en el Hospital Clínico de Barcelona, no demuestra más que la sanidad pública es una piedra en el zapato de algunos políticos conservadores. Y Artur Más lo es por más que se invista de moderado. De ahí la prisa que se ha dado para desmantelar un sistema, que el mismísimo Rey Juan Carlos puso como ejemplo. Un sistema que está muy por encima del de otros países de nuestro entorno, por más que a veces nos desesperemos de cómo funcionan las cosas, y si se podrían hacer de otra manera, que estoy segura que sí, sin necesidad de despojar a los hospitales de personal y de medios, con lo que eso va a suponer de grave deterioro para la salud de los españoles, en este caso de los catalanes. Antes que cerrar quirófanos se podrían recortar otras muchas partidas de los presupuestos de cada comunidad, algunos tan banales que nadie notaria que han desaparecido.
Supongo que son muchos los políticos que estarán pensando en hacer lo mismo que el presidente de la Generalitat. Amparándose en la crisis, que la hay y grande, ir reduciendo los servicios de la sanidad pública, a favor de la sanidad privada, aunque esto es algo que ninguno dice en campaña electoral. Pregunto: si mañana tengo que operarme de una rotura de cadera y en el hospital que me corresponde no me dan cita hasta dentro de un año, ¿qué hago, me quedo en casa o me voy a un centro privado? Si tengo medios me voy a uno privado y si no los tengo me muero de asco y de dolores en mi casa hasta Dios sabe cuándo.
Uno de los muchos problemas que tiene plantados la sanidad pública es que están gestionados por personas que sólo atienden a los deseos de los políticos, salvo honrosas excepciones, que las hay. Un hospital no es una empresa que obligatoriamente deba dar beneficios, pero sí debe gestionarse como tal, sin olvidar nunca que quienes acuden a solicitar sus servicios son gente enferma, muchas en estado muy grave, que desconocen las normas por las que se rigen los especialistas, y que lo único que esperan es que les curen, y que les pongan buena cara cuando hacen alguna pregunta que pueda incomodar al personal que le atiende.
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