Noticias de Cantabria
11-12-2008 21:00

La Toga

La justicia es algo más que determinadas sentencias que no entendemos, hay que mirar en la trastienda y allí sólo se ve profesionalidad de todos los que componen la gran familia de la justicia.

Muchos somos los que, cuando nos referimos a la justicia, casi siempre la definimos con toda intencionalidad como  “esa materia o asignatura pendiente” que tenemos en nuestra joven democracia, aunque ya no tan joven, ha madurado con nosotros, que la vimos nacer y ha cumplido, el pasado día seis, treinta juveniles años. Se encuentra rebosante de salud y, después de denigrarla tanto los nacionalismos periféricos, son estos los que ahora no quieren tocarla. ¿Para qué? Con tanto como les ha dado.

En ese mágico día, festivo como no podía ser de otra manera, se produjeron muchas declaraciones, todas de buena voluntad. ¡Ójala que se continúen el próximo año que tenemos a las puertas! Pues bien, en esa Constitución que todos celebramos y que está pletórica es de donde han salido estos treinta años de progreso en convivencia democrática.

La guinda de esa Constitución es la administración de justicia, fundamental para que el sistema democrático y de convivencia se mantenga y se produzca, -a pesar de la crisis en la que nos encontramos sumidos-, el progreso y estado bienestar en el que se incluyan a los más desamparados, con realidades y no con frases grandilocuentes que algunos políticos lanzan para la galería de “su” publicidad.

Pero no quiero opinar en abstracto, sino en concreto y es por ello que me tengo que referir a que la administración de justicia necesita, requiere, necesariamente  de buenos profesionales,  de medios en consonancia a la importancia que desempeña en nuestro estado de libertades como fuente del respeto. Los que hemos portado y  seguimos haciéndolo, la toga, recordamos aquellos años en que iniciamos nuestro ejercicio profesional y cómo los funcionarios verdaderos dechados de profesionalidad desempeñaban su cometido con encomiable abnegación y, al mismo tiempo, con una total y absoluta carencia de medios que, sin embargo, no impedía el que los asuntos saliesen adelante.

Han pasado los años y afortunadamente a la admón. de justicia se la ha aprovisionado de medios y se ha mantenido la profesionalidad de los funcionarios. Finalmente y aprovechando las trasferencias de competencias se han iniciado las obras de las sedes. Se empezó por las Salesas, se reconvirtió el antiguo Palacio de Justicia de la calle Alta donde nos iniciamos, ¡qué años ¡en el ejercicio de esta difícil, y que engancha, profesión y que llevas dentro hasta que te vas!

Ahora, de la mano de un jurista, como no puede ser de otra manera (el consejero Vicente Mediavilla) se están ejecutando con nuestras limitaciones presupuestarias, las instalaciones, sedes, que contengan con dignidad el todo de la justicia. El otro día el consejero de justicia dio un paso trascendental con el inicio de las obras de lo que será un gran edificio judicial y emblemático de la comarca del Besaya y gracias, también lo recordó el consejero, a las facilidades e interés que ha demostrado esa alcaldesa, Blanca Rosa, que tienen los torrelaveguenses.

El nuevo edificio reportará las condiciones de trabajo que tanto echamos en falta los que hacemos pasillo. Este inicio de las obras con la presencia y gran animador de estas, el consejero de Justicia Mediavilla, significan  que frente a los continuas escandaleras y viajes sin justificar, verdadero  insulto y desprecio a los ciudadanos, por parte de los de siempre, existen consejeros que su meta al estar en un puesto público solo es el trabajo y el servicio a los ciudadanos.

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