Noticias de Cantabria
14-03-2009 09:00

PNV-ESTADO

El caso del PNV necesita un comentario que, sin querer ser dogmático, sí al menos reflexivo de lo que ha supuesto su trayectoria en democracia y su confusión después de 30 años en el poder con el Estado.

En estos últimos días, se está destapando un tufillo que no gusta a ningún demócrata que se precie y es que cada día se producen declaraciones de los poderosos peneuvistas que no apelan a las urnas ni a las reglas democráticas sino a “su esencia” -no se sabe cuál- para legitimar la necesidad de que deben mandar en el País Vasco.

Un estado democrático puede convertirse de facto en un estado fascista sin ser de iure cuando se eterniza en el poder y olvida el respeto de los que no piensan igual. En este país se está dando demasiado poder a las minorías nacionalistas y bastante poco a los que pensamos distinto. Estas minorías lo han asumido y se han adueñado del poder, ahora dicen que quieren perpetuarse en el poder por cuestiones étnicas, históricas o de lo que sea…

Esto huele mal y el tufillo de ideas que se están exponiendo se acercan a un estado de corte y estilo del partido único, una forma de gobierno solo tiene un nombre: fascismo. El ejercicio de la acción política exige valentía expositiva, por ello, a determinadas actuaciones en política, aunque duela, hay que llamarlas por su nombre, y más en el caso de nuestros vecinos que llevan mandando más de treinta años.

Ahora el PSOE tiene el poder, pero ¿tendrá la voluntad de romper con ese sistema y que se produzca la alternancia democrática? Seguro que sí. La verdadera pregunta es ¿lo hará? El PNV está enquistado en la sociedad, pero, por fortuna, no en el 100% de la sociedad y eso es lo que se debe de tener presente. Ha llegado el momento del cambio. ¿Tendrá el PSOE la valentía de romper, como quieren los ciudadanos, y rescatar la democracia plena en ese territorio? ¿Se edulcorará la decisión en alternativas para que Zapatero siga mal gobernando en Madrid con la ayuda de los ismos? Habrá que esperar, aunque ya no demasiado.

¿Quieres envíar un comentario?

Comentarios(5):

Mariano Cabrero - 17-03-2009

Re:PNV-ESTADO Me viene a la memoria una carta dirigida por Joseph Tarradellas a Federico Jiménez Losantos -no es santo de mi devoción-, tras el atentado perpetrado contra éste, en la que se puede leer: << La cuestión lingüística y la solidaridad con los demás pueblos de España son los dos problemas fundamentales que si no se enfocan justamente van a producir situaciones difíciles, corriendo el peligro de que se destruya nuestra convivencia para siempre>>. Uno entiende que la sociedad humana se divide en escalas o grupos: el individuo, la familia, el pueblo, la comarca nacionalidad autonómica, Nación española, Comunidad europea...Todas las escalas-identidades-son perfectamente complementarias y perteneciendo a la primera formamos parte de la última. Si poseemos la identidad andaluza no supone desposeer la española, y viceversa. Sería una gran victoria política integrar los nacionalismos españoles- su historia, su lengua, su folklore, sus costumbres...-, dentro de una idea común: insisto nuevamente, la unidad de España. Recordemos lo que Cervantes dejó escrito con respecto a Barcelona:<< (...)aquel paraíso, escuela de tolerancia, archivo de cortesía>>. Hagamos, y entre todos los españoles, que esto sea una realidad. Acertado artículo, señor Magdalena Menchaca. Un saludo. La Coruña, 17 de marzo de 2009 Mariano Cabrero ---original message---

liberal - 14-03-2009

En el PNV, como en todo partido nacionalista que se precie, hay un poso de antidemocrático muy importante. La esencia del nacionalismo es que sólo un partido nacionalista puede gobernar el territorio, histórico por supuesto, en el que desde tiempo inmemorial, la desmemoria es muy socorrida en estos casos, vive y se desarrolla un pueblo al que, por supuesto, sólo ellos representan o, mejor dicho, con el que los nacionalistas se identifican plenamente. "Un buen vasco debe ser nacionalista" decía Arzalluz sin pudor alguno. Para cerrar el círculo se articula toda una teoría por la que sólo los nacionalistas tienen la capacidad de conocer la realidad del terruño. En torno a estos principios se desarrolla toda un catálogo de símbolos (Jon Juaristi o Savater los han identificado en sus libros) que identifican la ortodoxia nacionalista y que justifican su discurso. La bandera,inventada por el padre fundador, Sabino Arana (que en sí es un símbolo para el nacionalismo) remedo ridículo de la Union Jack, como la definió Unamuno y la lengua vasca de origen genuino y desconocido son dos ejemplos destacados. Para asentar todo este entramado el nacionalismo se introduce hasta los rincones más íntimos de la sociedad e interviene en lengua, las costumbres, la educación (hay que reescribir convenientemente la historia), la economía etc... Desde este punto de vista que gobierne una fuerza no nacionalista es visto como una amenaza pues se corre el riesgo cierto (así lo esperamos todos que pase con Patxi López) de que se demuestre la falsedad de todo el montaje nacionalista. Pero hay otro factor que explica la resistencia del nacionalismo (y del no nacionalismo) a perder el poder. Sigue en el próximo comentario

liberal - 14-03-2009

Ese otro factor tiene que ver con el entramado clientelar del nacionalismo que se ha creado tras mas de tres décadas sin bajarse del poder. Este factor no es propio o exclusivo del nacionalismo y, en el estado de las autonomías ha encontrado, desgraciadamente, un buen acomodo. Un entramado que, en el caso vasco, ha sido denunciado públicamente y que crea vínculos y lealtades políticas mucho más fuertes que las identitarias. En cierto modo se podría decir que, a veces, esos vínculos identitarios son la excusa para los otros. En este sentido es llamativo que, incluso en Andalucía, anden buscando al padre de la nación andaluza y se esfuercen en encontrar "hechos diferenciales" remontándose a los tiempos de Al-Andalus. Desde este punto de vista, llamémosle económico, se entiende perfectamente la resistencia a dejar el poder. La pérdida de poder supone la pérdida de algunos privilegios personales y colectivos que afectan a un parte de la sociedad afin al grupo político en el poder.No obstante, sin posibilidad de alternancia no hay verdadera democracia y el PNV con su actitud no parece querer dejar que también en el País Vasco se pueda gobernar de otra manera. Un saludo y perdón por la extensión.

Espino - 14-03-2009

Es tanta la necesidad de airear esa atmósfera opresiva que el PSE se la juega si no asume su papel de gobernar sin el PNV. Lo malo es que siempre hay sectores de ese partido dispuestos a olvidarlo. En fin, pronto sabremos el desenlace.

ciudadano - 14-03-2009

La verdadera democracia puede empezar por el Pais Vasco.Hay que terminar con ese aislacionismo y soledad que se produce despues de que el ciuddano deposita el voto Hay que ir a mejorar el sistema de elecciones .El actual ha servido pero procede su cambio o modificacion y cuanto antes mejor.El problema es que quienes detentan el verdadero poder, los nacionalismos estan chantajeando a las dos mayorias de este pais ¿Hasta cuando?.La cuestion fundamental es que hay que ir al sistema de la segunda vuelta.