Zapatero sí… Zapatero no…
Ésa y no otra es la pregunta plebiscitaria que los ciudadanos vamos a responder el día 7 de junio. Europa importa poco -dado el cisco que tenemos montado aquí-. Para hablar de Europa tenemos todo el año con la carpa de las vanidades y jactancias que se montan en Madrid y su delegación de Cantabria.

La entelequia de la UE es, a día de hoy, un ensueño de futuro y son los grandes Estados los que mandan -primando sus intereses a los del resto, a pesar de la idea del pujolista, Josep M. Colomer-.
De lo que hay que debatir es de nuestros problemas y esos están aquí -no en Europa- y de la nefasta gestión con la que el gobierno Zapatero está tratando la crisis. Este país ha tocado fondo y sólo queda falta de confianza. Si Zapatero pierde las elecciones europeas procede un adelanto de las elecciones, la situación es de fuerza mayor.
Con Zapatero en el poder, España saldrá más tarde y más empobrecida de la crisis. Es hora de cambiar el paso. El cabreo nacional es total, pero no suficiente -al parecer- para echar a Zapatero. ¿Por qué? Lo triste es que se ponga en tela de juicio al candidato que no gobierna cuando lo que habría que hacer es exigir responsabilidades al responsable de triplicar el paro en Europa. En las últimas elecciones generales, Zapatero engañó y ocultó a los votantes la tremenda realidad de la crisis que ya conocía y si no la conocía ni la intuía debería haber dimitido al día siguiente por incapaz.
En sus dos años de presidente de la primera etapa, el tipo tuvo su gracia, incluso dijo adiós a los norteamericanos y se quedó tan tranquilo. Esa decisión dio a entender que el muchacho no tenía ni idea de lo que se cocía más allá de León -su tierra natal-, de sus mítines y de sus aplaudidores. Se convirtió, por autodefensa, en un lazarillo de Sarkozy y se puso a gobernar España a golpe de intuición, amparado en su buena baraka creyéndose el alter ego de Felipe González. Zapatero es como el rey desnudo al que hace tiempo se le vieron las enaguas de sus incapacidades.
Soy de los ingenuos que creen que Zapatero quiere marcharse, porque se mira en el espejo de la adulación. Su gran medida anticrisis: abrir la tumba del gran poeta Federico García Lorca…
Si estuviésemos en una democracia plena, de forma objetiva se analizaría si nuestros actuales responsables políticos han cumplido o no. Pero nos encontramos en un país desgraciadamente dividido por siglas, por fobias, por conmigo o contra mí y olvidamos lo principal: el análisis objetivo. Las diferencias, estando en Europa, son pequeñas. Lo que nos separa es hacer una política económica doméstica correcta o hacer chapuzas económicas con luz roja en Bruselas. La próxima decisión, echarnos de la zona euro, tiempo al tiempo. Y ¿Cantabria? Nada. Sigue Agudo.
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Comentarios(1):
ZAPATERO NO,NO ,NO