La Sociedad Prehistórica de Cantabria ofrece el día 19 una conferencia sobre torres medievales
La Sociedad Prehistórica de Cantabria ha programado para el próximo lunes, 19 de mayo, a las 19.30 horas en el Casyc UP, la conferencia `Torres medievales de Cantabria: centinelas de piedra`, que será impartida por los historiadores Jesús Ruiz Cobo y Ana Rubio Celemín, autores del libro del mismo nombre que la charla.

Esta actividad ha sido organizada como anticipo de la salida que el sábado 24 de mayo recorrerá algunas de las principales fortificaciones del medievo en la zona occidental de Cantabria, en concreto, las torres de Estrada (Val de San Vicente), El Pontón (Linares, Peñarrubia) y El Infantado (Potes), y se completará con la visita a la iglesia de Santa María la Real de Piasca, ha indicado la Sociedad Prehistórica.
Según ha explicado, la torre medieval en Cantabria es un tipo muy concreto de construcción señorial y producto de una situación económica y social especifica.
Originalmente formaba parte de un conjunto que incluía derechos económicos, de paso y propiedades, y estaba vinculada a un linaje y a un modelo socioeconómico de la Baja Edad Media en el norte peninsular.
Su origen se relaciona con la crisis climática del siglo XIV, conocida como la Pequeña Edad del Hielo, que provocó malas cosechas y dificultades económicas.
En ese contexto, las familias nobles, con vínculos con la monarquía, para compensar sus menores ingresos aumentaron radicalmente su presión impositiva y expandieron sus territorios, generando conflictos y guerras con los señores vecinos, guerras de bandas o banderizas, en los siglos XIV y XV.
La necesidad de fortificar sus posesiones llevó a la construcción de torres, que servían para custodiar riquezas, documentos y mostrar poder.
Con el tiempo, el poder se concentró en grandes linajes, mientras que las torres perdieron protagonismo debido a cambios políticos y normativos, especialmente durante el reinado de los Reyes Católicos, que buscaron fortalecer los concejos y limitar el poder de los señores.
A partir del siglo XVI, las torres evolucionaron, incorporando elementos como casas adosadas, palacios o nuevas construcciones renacentistas, con variaciones en su forma y función.
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