No les demos ideas. Por Guillermo Pérez-Cosío, Abogado
En la Unión Sudafricana del año 1951, el gobierno racista del sacerdote de la Iglesia neerlandesa reformada, doctor Malan, un afrikáner en toda regla, impulsor de las políticas del aparheid que durarían medio siglo, había logrado el respaldo parlamentario necesario para aprobar la ley que establecía una representación separada para la población mestiza en la provincia de El Cabo.