ACPT exige "acciones concretas" y no "buenas palabras" sobre Bridgestone

   La portavoz de ACPT, Esther García, enmarcó esta petición en la moción aprobada la pasada semana por los cuatro grupos municipales (PSOE, PP, PRC y ACPT) en el transcurso de una junta de portavoces, en la que se insta al Gobierno de Cantabria a llevar a cabo las gestiones oportunas para garantizar el mantenimiento de la actividad y el empleo en esta fábrica.

   Por ello, García exigió hoy en rueda de prensa "acciones" por parte del presidente y la vicepresidenta regionales, Miguel Ángel Revilla y Dolores Gorostiaga. "La situación de Bridgestone necesita un compromiso decidido y valiente por parte de todos los estamentos políticos de Cantabria", reclamó.

   Y es que, según recordó, Revilla y Gorostiaga participaron en mayo de 2009 en la visita institucional que se realizó a las instalaciones de esta empresa en Puente San Miguel, en la cual la dirección de la multinacional nipona anunció la creación de 55 puestos de trabajo en la línea de neumáticos agrícolas y una inversión de 20 millones de euros.

   "Revilla y Gorostiaga celebraron públicamente esta noticia y, en cambio, ahora no han hecho ni una sola declaración sobre el gravísimo problema que existe", denunció la portavoz de ACPT.

   Por otro lado, García responsabilizó "única y exclusivamente" del problema que atraviesa Bridgestone en Puente San Miguel "a la dirección de la empresa", y no a los trabajadores. Y dio el nombre de su actual director, y antiguo jefe de personal, Adolfo Llorens, como máximo responsable "por poner la productividad por encima de la calidad y por mirar a otro lado durante años", dijo.

   Con estas palabras, García rechazó las informaciones que, "en un intento por justificar el cierre de una de las dos líneas de fabricación, aluden a una deficiente calidad del producto".

   La portavoz de ACPT, quien estuvo acompañada por dos antiguos trabajadores de Bridgestone, ya jubilados, rechazó estas afirmaciones, asegurando que desde "hacía tiempo" los propios trabajadores venían advirtiendo a los responsables de la fábrica de las deficiencias que ellos mismos constataban, y que se producían "por el exceso de desperdicios y por problemas de limpieza en la maquinaria donde se colocan los moldes para hacer algunas cubiertas", concluyó.