Ortega Cano: Consejo sentimental de su hijo

La revista recién salida aún quemaba en las manos de los lectores cuando comenzaron a salir informaciones muy comprometedoras sobre el pasado y presente de esta joven de origen marroquí afincada en Sevilla. 

En realidad han visto la luz datos que no la dejan en buen lugar, se habla de un supuesto pasado oscuro y que frecuenta compañías de dudosa reputación que podrían ejercer mala influencia en José Fernando, comentarios que alertan al torero para centrar su punto de mira en las amistades del chaval. 

Esas informaciones han contribuido, sin duda, al evidente enfriamiento de una relación que no había hecho más que empezar. Sin embargo, Alam no confirma ni desmiente de viva voz cual es el punto en el que se encuentra su "amistad" con el hijo de Ortega Cano: "No voy a hablar ni de ese chico ni de su padre, sólo puedo hablar de mí, de cómo me siento y de lo que me han hecho". Asegura que está "desencantada, decepcionada y muy indignada" con todo lo que se ha dicho acerca de su persona: "No comprendo que hayan hablado así de mi, ni que hayan proyectado tanta maldad. Nada de lo que se ha dicho es cierto, aprovecho para desmentir las declaraciones que han puesto en mi boca. Es mentira que José Fernando me haya pedido casarme con él, y tampoco es cierto que nosotros hayamos hablado de tener hijos. También se ha dicho que me había quedado embarazada como una burra, es todo falso". 

Sobre si José Ortega Cano veía o no con buenos ojos que ella fuese la novia de su hijo, la marroquí prefiere dejarlo en el aire, no lo confirma, pero tampoco lo desmiente: "Yo no hablo de Ortega Cano", insiste.

Alam culpa de sus desgracias especialmente a una vecina del Barrio de Triana, una tal "María", con la que asegura que tenía una estrecha amistad hasta que descubrió que era ella quien filtraba información a los periodistas. Me cuenta Alam que, conscientemente, le tendió una trampa a su vecina contándole una sarta de mentiras para que, a su vez, esta las filtrase a la prensa y con ello conseguir, según ella, poner en evidencia a su examiga y destapar su traición. Ahora, asegura que la ha demandado a ella y a otros tantos informadores que se han hecho eco de los comentarios de la "vecina traidora": "Estoy deseando que se celebre el juicio para que se aclare todo. Mi vecina me llamó agresiva y yo tengo un carácter fuerte pero jamás he agredido a nadie, tendrá que demostrarlo. Me he mudado de casa y de barrio para no verla más". 

Desconfiada debe de ser un rato esta mujer porque antes de concluir la entrevista, aún sabiendo que soy periodista me lanzó su perlita: "Ya no me fío de nadie, grabo todo y mi teléfono está intervenido", ¿cómo se quedan?, ni que fuese del CSIC.