Una huelga a ninguna parte
La huelga convocada por los sindicatos y apoyada por el anterior partido que gobernaba España, el PSOE, triunfará. Si, triunfará, fracasando y hundiendo más el país en imagen, por qué se trata de una huelga política, no de los trabajadores y porque los sindicatos se encuentran en sus horas más bajas con falta de credibilidad total, los ciudadanos hace tiempo les han dado la espalda.

La huelga triunfará porque es una huelga y te arriesgas, y perdóneme la cita, a si no la secundas te damos una hostia, que se producirán pocas pero se producirán.
La huelga triunfará por qué independientemente a ser un derecho constitucionalmente reconocido cercena y chantajea el otro derecho, el de las personas que quieran trabajar y que no podrán hacerlo porque la huelga en pleno siglo XXI en España no está regulada y es un traje a la medida de los sindicatos.
Los llamados piquetes informativos se encargaran de informar diciendo que no hay que trabajar. La huelga triunfará porque está hecha a medida y costura de unos sindicatos del siglo pasado, desfasados, sólo que los ciudadanos son del siglo actual, el siglo de las tecnologías, de las transformaciones, de los IPad, de las ciudades inteligentes, de las comunicaciones y del mundo global.
La huelga fue convocada también en el mandato del absoluto causante del estado económico en que nos encontramos, independientemente de los factores cíclicos de la economía mundial, el señor Zapatero.
Y la huelga la convocan los mismos Toxo y Méndez que también lo hicieron en la época Zapatero, pero todavía a día de hoy no sabemos contra qué, ni contra quien se convocó a no ser para auto justificarse a sí mismos. Después de las famosas escenas de sofá de Zapatero con los líderes sindicales sería muy difícil el hacer una huelga contra Zapatero con nombre y apellido. Esta huelga representa no una vuelta de tuerca contra el sistema económico, ni contra los recortes, ni contra las reformas sino una búsqueda por parte de los sindicatos, clases dirigentes del arca perdida en estos últimos años, la credibilidad.
Recordemos que los sindicatos han estado y siguen estando en las poltronas de la corrupción de las Cajas de Ahorro, de los organismos oficiales, de sus cuotas del chupete y han vivido al margen de los trabajadores. Es ahora cuando intentan acercarse a la clase trabajadora cuando fallan en el planteamiento, en la estrategia, porque han perdido el vínculo que les unía con la clase trabajadora, porque ellos no se han transformado, porque viven de espaldas a los que teóricamente representan que recalquemos, es una ínfima parte del mundo laboral.
Pero es que además la huelga se hace en el peor momento, que no conviene a nadie ni a ellos mismos porque la economía se encuentra en este país en una situación de cuasi bancarrota, por culpa de los sindicatos y por culpa de una clase política, la peor que tenido la democracia. Y es ahora cuando prácticamente estamos siendo dirigidos para intentar salir del hoyo cuando estos dirigentes decimonónicos intentan sacar cuello y decir que aquí están ellos. En Europa nos miran no con lupa sino con miedo y temor. Amadeo de Saboya, joven monarca que veraneó en Santander y se bañó en nuestras playas fue quién dijo aquello de "los españoles son ingobernables", algo de razón tenía y nos lo corroboran desde Barcelona (Cataluña) con su máximo representante don Arturo Mas tirándose a una piscina totalmente vacía.
Sé el primero en comentar