Villar Palasí...
Hace unos días ha fallecido Don José Luís Villar Palasí (Valencia, 1922-Madrid, 2012); para muchos lectores, quizás no les diga nada, pero fue el Ministro de la Ley General de Educación de 1970, lo que supuso toda una revolución en la enseñanza de este país hasta que llegó la LOGSE…

Llegó al Ministerio en época de dificultad; en las postrimerías de una Dictadura, con las tensiones de aquel año 1968 que habían llegado a la propia universidad y las facultades universitarias del campus de Madrid estaban cerradas por orden del Gobierno a raíz de los enfrentamientos que se habían producido entre los estudiantes y las fuerzas de seguridad. Aún así, asumió el reto y lo primero que hizo fue plantear una nueva Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa, que fue bastante contestada en la calle y torpedeada por muchos de sus compañeros del propio Consejo de Ministros, como aquella anécdota que le sucedió con José Solís Ruiz, la “sonrisa del régimen” y a la sazón Ministro Secretario General del Movimiento que le interpeló con un "más deporte y menos latín", a lo que Villar Palasí, aludiendo a la población de la que era natural Solís, respondió: "Gracias al latín, los nacidos en Cabra se llaman egabrenses".
La altura personal e intelectual de Villar Palasí no tenía desperdicio: licenciado en Derecho y Filosofía y Letras y a punto estuvo de terminar Ciencias Económicas; letrado del Consejo de Estado y del Instituto Nacional de Previsión, catedrático de la Universidad Complutense, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), políglota (hablada 12 lenguas, incluida la valenciana, el japonés y tres dialectos chinos) y era un consumado deportista.
Antes de llegar al Ministerio de Educación, ya se había fajado en otros cargos: Secretario General, Subsecretario del Ministerio de Información y Turismo, Subsecretario del Ministerio de Comercio, Director del Instituto de Estudios Administrativos,…
Ha sido miembro del Consejo Asesor Académico para los Estudios de las Áreas de Ciencias Jurídicas, Empresariales y Sociales de la Universidad Francisco de Vitoria, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid, catedrático emérito de Derecho Administrativo de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid y académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, entre otros muchos cargos y cometidos. Es el pionero del Análisis Económico del Derecho Público en España y un referente del Derecho Administrativo.
Antes de presentar su proyecto de Ley, impulsó la redacción del Libro Blanco sobre la Reforma de la Enseñanza en España; en aquella España, atrasada y muy lejos de Europa.
Su Ley de Educación modernizó el sistema educativo español en los últimos años del franquismo y quedará en la historia con tanta trascendencia como tuvo en su día la Ley Moyano de 1857. Esta ley implantó la obligatoriedad de la enseñanza primaria hasta los 14 años, con la creación de la Educación General Básica (EGB), la Formación Profesional y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). La España de entonces pasó de la multiplicidad de pequeñas Escuelas Unitarias a los actuales Colegios Públicos, en un proceso de concentraciones escolares, que se vio complementado por las nuevas construcciones escolares que impulsaron los Pactos de la Moncloa, ya en la Transición.
Quizás lo más importante de esta Ley es que era una norma que organizaba todo el sistema educativo, desde la educación preescolar hasta la universidad; aún siguen vigentes algunos de sus planteamientos, como los estudios universitarios de Magisterio, el Bachillerato de Ciencias y Letras, la Selectividad, el Doctorado… Incluso conceptos pedagógicos como la evaluación continua o la orientación escolar y profesional.
Esta Ley general de Educación ya tuvo en cuenta las lenguas vernáculas, pues la norma establecía que allí dónde se hablara otra lengua además del español, se estudiaría obligatoriamente una asignatura de esta lengua, y en BUP, una asignatura de literatura de la lengua regional. También cometió algunos errores, inducido sin duda por los pedagogos progresistas, como la introducción de la matemática moderna y la gramática estructural en la EGB.
Tuve no hace muchos años la suerte inmensa de conversar largamente con él sobre las dificultades que tuvo que sortear para sacar adelante esta Ley y también me comentó algunas curiosidades de su época de Ministro; recuerdo que me dijo que dejó pendiente una visita a nuestra región, en concreto a Potes, por el mal tiempo reinante, ya que tenía programada su presencia en la inauguración de su Instituto.
Hablamos bastante de cómo se gestó en aquellos tiempos difíciles la dignificación de la figura de los Maestros, incluyendo los bajos salarios que percibían hasta entonces, hasta el punto que se decía, y era verdad, que “pasas más hambre que un maestro de escuela”. Quizás lo último que hizo, antes de dejar el cargo, fue la subida del sueldo de los docentes, especialmente los maestros, en aquel año convulso de 1973. Le hice una invitación expresa para que participara en uno de los Días del Maestro que durante bastantes años organicé y declinó la invitación, por su ya delicado estado de salud.
Mis primeros veinte años de docente estuvieron marcados por esta Ley y creo que fue un gran acierto para todo el sistema educativo y para toda la sociedad española; los siguientes veinte años, con la LOGSE, no sería capaz de defender lo mismo, a pesar de los avances de nuestra sociedad y de los mayores recursos con que contó la Educación.
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Comentarios(1):
Sin duda, Palasí fue un gran reformista en un Sistema Educativo de excesivas carencias no sólo materiales sino pedagógicas. Hombre de gran mérito y que contó con el apoyo incondicional de los pedagogos más vanguardistas y progresistas.