El Lábaro
Después del debate -ya olvidado- del Estado de la Nación que nada dejó en claro -a excepción de que seguimos en crisis y de que el presidente y el opositor se llevan a “palos”-, siguió la final de la Copa del Rey donde los ciudadanos se despacharon a gusto sobre el estado de las autonomías a golpe de silbidos y pitos.

Conclusión: este país está “tocado” y necesitaría una terapia o psicoanálisis de ese magnífico profesor que ya no está entre nosotros: Carlos Castilla del Pino.
Las hechuras del traje - España- están empezando a no servir porque los desgarros producidos por la irresponsabilidad política de algunos han sido muy profundos y tienen difícil remiendo. Ante esta tesitura, Cantabria debe reforzar sus señas de identidad.
Debemos ser generosos en nuestro amor a esta tierra, nuestros símbolos y nuestras instituciones, porque son de todos. Debemos exigir lo nuestro y no ser una comunidad blanda ni claudicante para que venga el ministro de turno de Madrid a ponernos un papel en barbecho. Debemos defender nuestra identidad frente al inmovilismo de unos y el frentismo de otros. Pero eso sólo se consigue mediante una reivindicación de nuestras necesidades y yo no creo en las buenas palabras electorales… El Lábaro debe ser nuestro símbolo, no por imposición, sino porque la ciudadanía lo acepte. Si queremos mantener lo poco que tenemos para que no nos lo arrebaten, hay que protegerlo y no se puede hacer si sólo se contrata a asesores de fuera de Cantabria cuyo único título es el carné del partido.
Es una pena que María Dolores Gorostiaga no dé ejemplo contratando gente de aquí para reducir el paro -para el puesto de Director General de Asuntos Europeos lo hizo venir de Galicia, etc.- ¿Acaso nos quiere decir que no existen en Cantabria socialistas competentes para ocupar puestos de responsabilidad o quizá no son todo lo sumisos que la de Vioño exige? Existen y muy capaces.
Mientras, los hijos de los cántabros, socialistas y no socialistas, tuvieron que emigrar y lo siguen haciendo. Más de uno sentiría vergüenza si se da a conocer el número de personas contratadas de fuera de Cantabria que viven de nuestros presupuestos.
Afortunadamente, en la antítesis -que es la política que queremos los cántabros-, está el consejero de Presidencia, y a los hechos me remito: para deshacer esa falta de sensibilidad, Mediavilla llega a acuerdos con comunidades limítrofes mediante el reagrupamiento de funcionarios de esos que en su día tuvieron que emigrar, como recientemente salió publicado en el BOC. Ésta es la política que queremos y que debemos de exigir: la de los hechos y la que mire por nuestros intereses, para que desaparezca de una vez por todas de Cantabria el caballo de Troya que representan los discursos vacíos.
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Comentarios(5):
Magistral artículo el suyo. Lo subscribo punto por punto.
Si la solución ante la descomposición de España (el autor habla de desagarros en las hechuras del traje), es que Cantabria se cierre en sí misma, que los cántabros que viven fuera, vuelvan y que los que no son cántabros (los caballos de Troya) se vayan. Si lo que se propone es reforzar los que se consideran signos de identidad cántabra, frente a los del resto de España (que se enteren en el Estado quienes somos se dice), apaga y vámonos. El discurso rezuma nacionalismo decimonónico muy parecido al de los vecinos vascos o los más alejados gallegos y catalanes. Un nacionalismo victimista que tiene su máxima expresión cuando se dice que hay que defenderse para evitar que nos arrebaten lo nuestro. Como decía el profesor Juaristi el nacionalismo vive en un bucle melancólico en el que la nostalgia por el paraíso perdido es una constante. Un paraíso inventado lleno de leyendas y de mitos que nada tienen que ver con la realidad. Aquí nadie arrebata nada a nadie ni mucho menos el lábaro. Es inaudito que en pleno siglo XXI aún se siga explotando este discurso cuando en España se vive un grado de descentralización administrativa y política más alto de nuestra historia y respecto de los países de nuestro entorno (como dice el lugar común). Es una pena que este sistema político sólo haya servido para consagrar un sistema de taifas donde los nuevos señores autonómicos se dedican a cultivar el clientelismo político en el que el nacionalismo es, a la vez, coartada y su razón de ser. Y es que el nacionalismo está en el discurso de todas las Comunidades autónomas con más o menos intensidad. Ni siquiera los dos grandes partidos son capaces de articular un discurso nacional. El problema es que la aritmética parlamentaria y la avaricia por tener el poder y no soltarlo ha llevado a los grandes partidos nacionales (esos que existen en las grandes naciones del mundo) a no pactar las denominadas cuestiones de Estado y a negociarlas con quienes no creen en ese Estado y luchan permanentemente con aniquilarlo. Para terminar, ¿de verdad se creen ustedes que una Cantabria independiente, como el resto de partes de España, y una vez que las hechuras terminen por estallar, tiene viabilidad en un mundo globalizado?.
Soy un funcionario que elegí, por voluntad propia, vivir en Cantabria. Nunca pensé que, en esta acogedora y hermosísima tierra, nadie pudiera considerarme un caballo de Troya que vengo a arrebatar a los cántabros su tierra ni mucho menos acusarme de vivir a costa del presupuesto de Cantabria y de los cántabros. Nunca pensé que para trabajar en Cantabria tuviera que enseñar mi DNI. Sr. Magadalena, vivo en Cantabria, trabajo en Cantabria, pago mis impuestos en Cantabria y cumplo con todas las obligaciones de un cántabro, hasta me gustan los bolos y soy seguidor del Junco de Liérganes; y una de las cosas que creo puedo exigir es que se me trate como un cántabro más y que sea yo quien decida cuándo me voy de Cantabria, si es que llega ese momento, sin que nadie me eche por el hecho de no haber nacido montañés. Desde luego que me siento de mi tierra (y en ese sentido comprendo muy bien a los cántabros orgullosos de sus tradiciones) como me siento de todos aquéllos lugares de dentro y de fuera de España en los que he tenido la oportunidad de vivir. En todos esos lugares he encontrado comprensión y afecto y en todos esos sitios he aprendido sus costumbres, sus tradiciones y he intentado mostrar y compartir las que aprendí de chico. En ninguno de esos lugares me han hecho sentir extranjero y espero que Cantabria no sea la excepción.
El debate que cada día se construye en este foro y en determinados artículos ennoblece el arte de opinar porque a tenor de la cuestión que se valora la contradicción e interpretación de una u de otra manera da como resultado la pluralidad atendiendo al prisma con la que se examine determinada opinión. Yo no creo que el articulista diga en el texto que no quiere a las personas honradas que han acudido a trabajar a Cantabria y que son caballos de Troya. ¿No se explica bien o quizá se interpreta mal? Conociendo al autor lo que dice el anterior opinador no pudiera ser cierto porque a lo que creo que se refiere el articulista es a una inmigración especifica que es la interesada ,la del carne, la de las siglas que acuden aquí, a Cantabria no porque accedan voluntaraiamente, o si ,sino porque Gorostiaga ofrece a sus amigos del partido unos puestos de trabajo que para sí quisieran los socialistas y no socialistas de aquí La otra cuestión creo que no quiere una independencia de nada .Así lo veo yo pero por cuestiones de estrategia y atendiendo a como se están produciendo los acontecimientos en este país de desorden en todos los ámbitos como recientemente está ocurriendo con las ayudas a las comunidades para que se puedan adquirir coches da como resultado que cada comunidad ofrece cantidades diferentes de las que Zapatero dijo inicialmente .Y para llegar el colmo se pide el empadronamiento en la comunidad para tener posibilidades a esa ayuda. Cualquier día te pedirán el pasaporte comunitario dentro de la Comunidad de Estado de este país.En definitiva hay que levantar cabeza y decir aquí también estamos nosotros y tenemos voz y voto. Muchas gracias
así se habla! lábaru bandera oficial, Cantabria no es de segunda, que se enteren desde madrid y desde todos los puntos del estado español! saludos!