Gobierno y economía dan señales de flaqueza. Por Jesús Salamanca Alonso
«El sombrajo de Sánchez se cae a trozos. Y como el muy poco honorable, Puigdemont, se ha dado cuenta de ello, le entran las prisas para que el catalán sea reconocido en la Unión Europe como lengua de uso institucional»
«El sombrajo de Sánchez se cae a trozos. Y como el muy poco honorable, Puigdemont, se ha dado cuenta de ello, le entran las prisas para que el catalán sea reconocido en la Unión Europe como lengua de uso institucional»
En Moncloa se plantean seriamente buscar una fecha para la convocatoria de elecciones. De no convocarlas antes de la próxima primavera, el Gobierno puede verse ahogado en un lodazal, que no deja de crecer. Piensen que las elecciones municipales y autonómicas del próximo año, según qué comunidades autónomas, pueden acabar en debacle socialista de grueso calibre
Al presidente se le acumulan los incumplimientos de los acuerdos que firmó con Puigdemont y sus otros socios de investidura. La única formación de sus socios que está conforme y votaría al sanchismo, haga lo que haga, es la proterrorista EH Bildu que, con tal de eliminar el riesgo de que llegue la derecha al poder, se apunta a un bombardeo sin pensarlo, algo parecido a lo que hará la extrema izquierda de Podemos y Sumar. Mucho piar, pero cuando Sánchez habla de convocatoria electoral se van por la pernera abajo. Saben que perderán la casi totalidad de escaños, lo que supone perder subvenciones estatales para mantener sedes, enchufados, coches oficiales y otras prebendas o mandangas rutinarias.
La reunión del lunes entre el Gobierno y los independentistas de Junts debe aclarar muchos puntos oscuros. La ignorancia aprovechada del presidente le llevó a prometer la amnistía y eso ya han dicho en la UE que no es constitucional, lo que ha supuesto un tremendo mazazo para la formación catalana del huido de la Justicia. No es menos importante la consulta a las bases del independentismo fascista catalán que apoya y sangra al Gobierno: será otro punto de inflexión si sale lo de retirar el apoyo al felón. Eso es lo que ha puesto nervioso al «inquilino okupa de Moncloaca». El sombrajo se cae a trozos. Y como el muy poco honorable, Puigdemont, se ha dado cuenta, ahora mete prisa para que el catalán sea reconocido en Europa como lengua de uso institucional.
¿Por qué me parece que no se aprobará? Sencillamente porque en la misma situación que el catalán hay decenas de lenguas que tendrían que tener el mismo tratamiento, con lo que la Torre de Babel ya sería una realidad. Dudo que Alemania dé su brazo a torcer y, aunque lo hiciera y aprobara el catalán a regañadientes, tienen que ser los 27 quienes den el visto bueno y eso no lo veo ni de lejos. No está de más recordar que, la última vez que se propuso eso mismo, ya advirtieron al ministro Albares, a Bolaños y al propio presidente que eso no sería realidad y que no volvieran a proponer semejante insensatez.
El afán mentiroso y traicionero de nuestro presidente con la UE, y el desprecio que siempre ha mostrado hacia los eurodiputados alemanes, es un punto negativo a sus pretensiones. La historia de fugas de Puigdemont es bien conocida y en todas negociaciones donde aparezca este sujeto, la respuesta siempre será negativa. Por cierto, a la debacle que dan las encuestas de Carles Puigdemont en Cataluña, hay que añadir que la nueva formación catalana y de ultraderecha de Orriols crece a costa de Junts y esta última puede convertirse en el hazmerreír electoral. Añadan que el exministro, Salvador Illa, es el destinatario de todos los odios de Puigdemont. Éste se siente engañado por todos, desde el presidente hasta los líderes autonómicos socialistas. Su torpeza no ha avanzado.
Los signos de flaqueza son muchos y peligrosos, desde la caída del turismo hasta el considerable aumento de la vivienda, pasando por la deuda española y el agujero silenciado del Banco de España (por encima de los 280.000 millones). Y si añadimos el hundimiento que este Gobierno ha supuesto para los autónomos, echen cuentas y verán la cantidad de negocios cerrados, puestos de trabajo perdidos y pérdida de innovadores. Desde 2021 han desaparecido en España más de 76.000 autónomos en el sector agrario, de acuerdo con los datos oficiales de UPTA.
Fíjense qué dato más curioso: la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos incide en la pérdida de 279 autónomos al día en agosto de 2025. No va a la zaga el sector del comercio, que también pierde puestos y negocios a chorro. En julio de este mismo año se perdieron 235 autónomos
al día. Menos mal que esa pérdida cuantiosa se compensa en cierto modo con el aumento de autónomos en actividades técnicas, científicas y en la construcción, incluso en las sanitarias apreciamos un interesante crecimiento de trabajadores autónomos. Esos datos siempre los ha ocultado la ministra «Tucán», que no deja de repetir que la pérdida de autónomos es un beneficio para la economía española. Al escuchar esa afirmación no pude por menos que pensar: «¡Qué tiempos pasados en los que solo había un tonto por pueblo y dos imbéciles en el Gobierno de turno!»
No hay presupuestos, aunque a Sánchez eso le importa tres pepinos y dos tomates. Hasta la propia ministra de Hacienda lo ha reconocido: «¡Y eso qué más da!». En cuento fracasan, lo restan importancia. Gobiernan sin el Parlamento y se pasan la Constitución por el arco del triunfo, conforman un indecente Gobierno, destrozan las partidas prorrogadas, ocultan las leyes cuando saben que no las van a sacar adelante, han fracasado con la rebaja horaria, la política de vivienda es un claro destrozo fruto de la torpeza ministerial, los fondos europeos no se gastan y sí desaparecen, las mordidas se dan en sobres con anagrama socialista y las prostitutas se pagan a costa de todos los españoles que pagan impuestos.
Ni siquiera la quita va a proporcionar réditos a Sánchez. Ha favorecido a Cataluña y Andalucía; al primero para que siga apoyando presupuestos y lo que se tercie y, al segundo, porque la ministra de Hacienda es la candidata que, previsiblemente, saldrá destrozada de las urnas. Las más desfavorecidas e infrafinanciadas siguen siendo Murcia y Valencia, pero?«¡si necesitan ayuda que la pidan!».
En fin, cuando se sepa lo del cepo que pesa sobre las finanzas municipales, el Gobierno va a salir por pies, corrido a gorrazos y a puntapiés. Mientras el Gobierno central malgasta, malversa y acumula «diputeros» en cada legislatura, las entidades locales ya son el ejemplo a seguir de toda la administración. Su superávit sobrepasa los 50,000 millones, pero el Gobierno impide que se inviertan.
Hablar de datos y cifras confunde al Gobierno y lo bloquea, por lo que compruebo. Lo suyo son los sobres, las mordidas, las comisiones, los viajes del Falcon con cargas no aconsejables, los prostíbulos y el gozo vicioso con mujeres de moral distraída, a muchas de las cuáles se coloca como si fueran funcionarias o laborales con la oposición recién ganada. Se las saben todas.
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