El Dr.Serra Director de Digestivo del Hospital Vall d`Hebron (Barcelona) precisa que el síndrome del intestino irritable es "molesto y fastidioso, pero no grave"
El jefe de la sección de Motilidad Digestiva del área de Enfermedades Digestivas del Hospital Vall d`Hebron (Barcelona) y colaborador de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), Jordi Serra, ha precisado que el síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno "molesto y fastidioso, pero no grave".

Serra ha señalado que el primer paso tras el diagnóstico es explicar al paciente en qué consiste el SII, sin crear alerta. "Es importante que sepa que no aumenta el riesgo de cáncer ni de otras enfermedades graves, y que el diagnóstico es fiable", ha destacado.
El Síndrome del Intestino Irritable (SII) afecta aproximadamente a un ocho por ciento de la población en España y es una de las causas más comunes de consulta en los servicios de aparato digestivo. No existe un test específico que lo diagnostique, a diferencia de otras patologías digestivas, y los resultados de análisis, endoscopias o pruebas de imagen son normales, algo que genera angustia entre los pacientes.
Sin embargo, Serra ha señalado que los especialistas pueden reconocer la patología con bastante precisión por sus síntomas característicos. Estos incluyen dolor, diarrea o estreñimiento, distensión abdominal y sensación de hinchazón, así como afecciones generales asociadas, como dolores de cabeza, alteraciones en la menstruación o fatiga crónica, así como mayores índices de ansiedad, estrés o depresión.
Aunque algunos pacientes presentan formas leves, con escasa repercusión en su vida diaria, el presidente de la Asociación Española de Neurogastroenterología y Motilidad (ASENEM) ha explicado que alrededor del 25 por ciento de afectados puede llegar a sufrir consecuencias comparables a las de enfermedades digestivas graves, como la enfermedad inflamatoria intestinal.
TRATAMIENTO PERSONALIZADO
En el marco del Día Nacional del SII, que se conmemora este martes, el doctor ha detallado que este trastorno cursa por brotes. "Hay momentos en los que va a tener más síntomas y se va a encontrar peor, y otros en los que estos síntomas irán disminuyendo por sí solos", ha apuntado, por lo que ha incidido en la importancia del tratamiento personalizado.
Para la distensión abdominal, que puede diferenciarse entre hinchazón o plenitud, que es la sensación del paciente, y una distensión abdominal visible, ha indicado el uso de tratamientos con `biofeedback`. "Consisten en enseñar al paciente una serie de ejercicios diseñados específicamente para aprender a relajar el diafragma en lugar de contraerlo, y de esta forma mejorar la distensión abdominal", ha explicado.
Respecto al tratamiento de los síntomas en general, dada la relación estrecha y bidireccional del SII con el estrés y los factores emocionales, ha recomendado técnicas como la terapia cognitivo-conductual, así como otras de relajación, la práctica de `mindfulness` o yoga.
Serra ha añadido que también existe un componente nutricional, frente al que pueden ser útiles las dietas bajas en oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles (FODMAP). En este punto, ha pedido a los pacientes que no eliminen alimentos de su dieta sin la supervisión de un nutricionista. "A muchos de estos pacientes les aparecen los síntomas cuando comen, lo que los lleva a pensar que hay alimentos que les sientan mal", ha apuntado.
Por último, ha aludido al tratamiento farmacológico con antiespasmódicos, que ayudan a aliviar el dolor, o medicamentos para el control de la diarrea o el estreñimiento, así como neuromoduladores, un grupo de medicamentos que también se usan como antidepresivos, pero que en el caso del SII se administran a dosis mucho más bajas para reducir la hipersensibilidad y normalizar las respuestas anómalas del intestino.
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