Querido profesor ...
Desde donde se encuentre y si puede leerme, hágalo, le escribo para desagraviarle. Me preguntará por qué, si no he hecho nada, sigo siendo un “contreras” como cuando le contestaba desde la infantilidad e inocencia de mi pensamiento, cuando nos castigaba sin recreo, o cuando blandía delante de mi pupitre -esa regla alargada estrecha- con la que nos amenazaba y si nos descuidábamos teníamos que poner los nudillos y picaba, ¡claro que picaba!

Me encontré el otro día a Sebas y nos pusimos a rememorar aquellos tiempos y los reglazos que recibimos en esa tercera elemental del colegio Lasalle. Nuestro colegio como decía la canción que cantábamos en el patio.¡¡Colegio Lasalle!!No me he vuelto viejo ni he perdido la razón por dedicarle estas líneas porque más que a Vd., que le debo el principio de mi formación, se la dedico a tantos profesores de los que aprendí todo, en el colegio primero, y en la Facultad después.
Todos nos habéis ayudado. No quiero personalizar porque el plural es más bonito que el singular. Se preguntará por que escribo así. Sencillo. Es un escrito de hartazgo. La sociedad ha cambiado, nosotros hemos cambiado, hay que seguir otros valores y otros principios para triunfar. El primero, carecer de pensamiento y opinión.
Sabrá que recientemente ha sido condenado un profesor por agresión. ¿Que no lo entiende? Yo tampoco. ¿Qué dónde se produjo esa agresión? En su despacho. Que tiempos cuando acudíamos al suyo, el santa sanctórum, con más miedo que respeto, a cual peor. Pues sí, parece que el padre de un alumno estaba molesto y fue a dirimir sus diferencias educativas al despacho del profesor y se montó, dicen, una agresión mutua. No se lo cree, yo tampoco. Soy letrado, no político, por lo que no pienso poner la mano en el fuego por nadie pero tal como están las cosas la pongo por el por el profesor. En los tiempos que corren la presunción de veracidad la tiene hasta un inspector de trabajo y ¿el profesor? No, que le den.
Hemos perdido el respeto. ¿Qué quién manda en la educación? Pues ya sabe mucha indocumentada de la docencia y ducha en el medre político del carne. Que no, que no, que no han hecho oposiciones, salvo apuntarse a un partido político. Que se va hacer. Bueno en este caso la delegada de educación, perdón ahora se la llama consejera, terminó la carrera de derecho y, si, ha hecho muchos cursos de su partido, de educación creo que ninguno. Y para acreditar su falta respeto, digo yo ¿dónde se habrá educado?, reunió a los profesores y les dijo que a partir de ahora os aguantáis. Bueno querido profesor si me piden asesoramiento los profes les diría que fuesen a la huelga, a la japonesa, y la primera alumna, la consejera Tezanos con exclusividad. ¡Eh! Hasta siempre querido profesor.
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Comentarios(3):
Hemos pasado de un extremo a otro ,ni la educacion severisima de hace unos años ,ni el coleguismo que se implanta hoy en dia entre alumnos y profesores.Lo primero que se deberia establecer es el trato del "usted",para ya de inicio crear una barrera que nunca se debe de romper.Pero esto no pasa solamente en la educacion ,sucede en la casa ,tambien carente de un respeto ,no inexistente,pero sí mayor hacia los padres.
Hay una falta de educacion,no de conocimientos que tambien,sino de comportamiento en general; y eso se refleja en los colegios sobre todo y tambien en las universidades.
Es muy importante la educacion que se hace de los niños en casa,con sus padres,luego eso se trasmite en los colegios.En el caso del padre que perdio las formas es donde se pone de manifiesto la educacion de ese hijo,por poner un ejemplo.Tambien hay profesores que no saben estar a la altura de su puesto.