Carlos Magdalena Menchaca

En estas últimas semanas, se han venido produciendo demasiados incendios en Cantabria y, viendo los datos, muchos ciudadanos se han preguntado por el motivo. ¿Qué está pasando? ¿Los incendios se están produciendo por causas naturales? ¿Por el calentamiento global? ¿Por el cambio climático? ¿Son fruto de la imprudencia? ¿Son causados por desaprensivos?

Cuando todos creíamos que el mal gobierno no tendría continuidad, ante la remodelación ministerial que tiene en mente Zapatero, siempre que les den a los catalanes todo el dinero que piden porque, si no es así, ya saben, elecciones en noviembre, sale la Chacón con la escopeta nacional y dice en Kosovo: ¡Vámonos a casa, muchachotes!

Al líder de la oposición y presidente del PP, Ignacio Diego, se le ha ocurrido decir algo que todos los ciudadanos vienen denunciando -sin necesidad de ser del PP ni de ningún partido- que no es otra cosa que el abandono histórico que Cantabria ha sufrido por parte de los diferentes gobiernos democráticos, tato del PP como del PSOE.

El caso del PNV necesita un comentario que, sin querer ser dogmático, sí al menos reflexivo de lo que ha supuesto su trayectoria en democracia y su confusión después de 30 años en el poder con el Estado.

Primero se anunció, con mucho misterio y sin decir el nombre, pero como gran primicia: una empresa muy importante deseaba instalarse en Cantabria. Albricias, pensamos todos al escuchar la noticia.

He dejado pasar un tiempo más que prudencial para volver a hablar de un tema que continúa de máxima actualidad y que sigue siendo de interés prioritario para todos los cántabros: la sanidad.

Espero que una de las primeras visitas que realice el nuevo Lehendakari vasco sea a Cantabria y que, por fin, las relaciones entre dos pueblos hermanos a los que les une todo, desde la vecindad hasta la sangre, pasando por los apellidos, sea una realidad.

No ha transcurrido ni un año –aunque parece mucho más por todo lo acontecido- desde que se produjeron elecciones generales en este país. En aquel plebiscito de urnas, los ciudadanos abogaron, de forma rotunda, por el bipartidismo.

Siguen las aguas turbulentas en la banca española, muy a pesar del toque de maitines que dio Zapatero a los banqueros de más peso específico… ¡y por dos veces en la Moncloa!

Creo que ya debemos empezar a hablar del “señorito Bermejo” del ex ministro de Justicia que dejó de serlo cuando infringió la ley de ir a cazar sin licencia, (esperemos que tenga de armas), y rodeado de tricornios, jueces y el alto standig de la beatiful people del actual régimen al viejo estilo de esa España profunda que vinieron a rescatar.

No se asusten, no voy a contar ahora la parábola de los talentos (Mateo 25, 14-30) sino que, a vuela pluma, voy a recordar una frase que leí hace días cuya autora, que no es otra que María Dolores Gorostiaga, me hizo restregarme los ojos al decir: “El talento hará salir de la crisis producida por la avaricia”.

¡Qué pena! Tanto hablar de la gran cacería y nadie ha hablado ni defendido a esos pobres animales asesinados por el rifle certero del juez Garzón y otros. ¿Dónde están esas asociaciones protectoras de animales que no han dicho ni mu en toda la semana? Se me olvidaba que estarán subvencionadas y por lo tanto no se atreverán a decir nada no sea que se queden sin el chupete de la subvención.

El cisma que vive el PP tiene su origen en “la carpeta azul” y en “el dedazo de Aznar” que entronizó en la cúspide a un registrador de la propiedad gallego cual república bananera. Este hombre despuntó que tiene mucho de galleguismo y poco de maquiavelismo. Debería seguir a Maquiavelo cuando dice aquello de “elige hombres sensatos para que te digan la verdad y sólo para cuando les preguntes”.

Esta semana el tema económico ha vuelto a estar movido. La economía sigue deteriorándose y la caída es ya libre y sin frenos.

No es comparable -ni los tiempos son los mismos, ni mucho menos los protagonistas-, pero lo que está pasando en el PP de Madrid, que irradia las consecuencias a las provincias o Comunidades Autónomas, me recuerda la desaparición de la Unión de Centro, formación política que tanto sirvió para encauzar la convivencia en España.

Los bancos ganan, el pueblo pierde. A cualquier analista que se precie no se le habrán pasado de redondón las juntas ni los resultados que han mostrado a la opinión pública el banco de Botín y el banco vasco (BBVA).

La mayoría de los ciudadanos integramos el partido de los cabreados. No se confundan ni unos ni otros -los de las siglas-, la responsabilidad del Gobierno corresponde al partido que ha ganado las elecciones, en este caso el PSOE, aunque crea que no jugó limpio porque no mostró a los españoles los malos datos económicos que conocía, esto no deslegitima su victoria.

Hace días se creó por CEOE una oficina de asesoramiento para atender a los empresarios en caso de que quieran conocer los primeros trámites necesarios, documentación precisa, contactos, etc, para la aventura europea.

En el futuro, el funcionamiento actual de representación de la Institución podrá cambiar cuando se instale un proceso mixto de titularidad dando entrada al capital privado en las proporciones y porcentajes que se fijen.

En estos últimos tiempos se habla mucho de la justicia y de algunos de sus miembros mediáticos, véase Garzón, y eso, siempre se ha dicho, no es bueno, ya que la justicia ha de ejercer su ministerio de forma callada y sin estridencias.

Los sindicalistas de profesión piden la dimisión de Agudo con la boca pequeña, porque con la grande es con la que comen, piden y viajan.

Muchos se han preguntado por qué Agudo fue de carabina -o de florero, como dicen otros socialistas- a la Moncloa, pero nadie se ha atrevido a cuestionar ese nuevo empleo del consejero.

No deseaba hablar más del AVE, pero…. Ese pájaro fabricado con materiales aerodinámicos atendiendo a si va a ser para mercancías o para pasajeros… ¡Qué dilema tenemos los cántabros! Aunque algunos hablarán de suerte porque estamos todavía en la fase de la elección…

Estamos en Navidad, pero no creo equivocarme si afirmo que en esta ocasión se trata de una Navidad diferente. Naturalmente, todas las Navidades son distintas atendiendo al espíritu con el que las recibimos, pero ésta concretamente exhala sensaciones desiguales, incluso contradictorias, que a la mayor parte de la ciudadanía le produce desconcierto.

Confieso que lo desconocía, pero tenemos que decir a nuestro favor que son tantas las leyes de ámbito nacional, autonómico, local, europeo, que se necesitaría una dedicación de veinticuatro horas al día para tener conocimiento de su existencia, aunque sea parcial, dada la vorágine normativa que nos invade.

Este aparato de tres pies sirve para aguantar cualquier cosa. Se le exige fortaleza además de estabilidad ya que, si no reúne mínimamente esas dos características, difícilmente puede cumplir su función.

La mayoría de los ciudadanos que no están inmersos en la problemática del asociacionismo empresarial o que la desconocen se preguntan si este aparente conflicto que día si-día también que aparece en los medios de comunicación sobre las disputas entre empresarios y facciones dentro y fuera de la CEOE se debe a cuestiones personales o existen problemas de mayor calado.

La justicia es algo más que determinadas sentencias que no entendemos, hay que mirar en la trastienda y allí sólo se ve profesionalidad de todos los que componen la gran familia de la justicia.

En el PSOE, a quienes no se enseña la puerta es a aquellos que, precisamente, la ciudadanía quiere que se marchen y no vuelvan. A esos, María Dolores Gorostiaga dice que se queden, que los necesita para más adelante para, cuando toque, echarles la culpa de todo, y seguir.

Somos muchos los que sentimos cierta nostalgia de las casi olvidadas tienducas en las que se vendía casi de todo, desde aspirinas hasta calzoncillos, y de paso te tomabas un blanco. Esas tiendas proliferaron por los pueblos de Cantabria y también por la capital y, aunque parezca mentira, todavía queda alguna.

¿Se acuerdan de las famosas Matildes? Los españoles creamos una gran empresa nacional que se convirtió en multinacional para que unos pocos diesen el gran pelotazo y algún político pusiese a su amigo de presidente de la compañía. Fue la época de Aznar antes de Felipe González y ahora toca a la tropa de Zapatero.

Parece que la polémica que surgió hace un mes desde el Ayuntamiento en la que se pretendía dirimir quién era más regionalista, cual serpiente de verano, se ha vuelto a ocultar para salir en tiempos mejores. Lo negativo fue que ese etiquetado surgió cuando una empresa medio gano un pleito contra la Casona y surgieron más empresas, al menos de nombre (Cenavi, Bolado y la poderosa Ascan).

Hace días, en Madrid, la capital del reino, las dos personas que en el sistema democrático representan algo -véase Zapatero y Rajoy- se reunieron para hacer una declaración en defensa de la libertad de expresión y para velar porque ésta se consolide.

Para empezar, debo indicar que hay que diferenciar entre prensa libre y libertad de expresión porque ni son el mismo concepto, ni significan lo mismo. La libertad de expresión es algo más que un derecho, es un principio base y un pilar fundamental para mantener la democracia en cualquier país.

María Dolores Gorostiaga debería estar concienciada y buscar y exigir los mecanismos correctores, pero parece que este tema tan crucial para los ciudadanos no tiene hueco en su agenda de visitas a Madrid. La salud de los ciudadanos debe de entrar en sus premisas políticas. Quizá ¿cuando se acerquen las elecciones?

Se le ha criticado, se le ha denostado, pero ahora es el momento de decir basta. Que ha cometido fallos imperdonables en su legislatura, de antes y de ahora, lo sabemos todos, hasta los que le palmean la espalda. Lo que hace falta es que, cuando menos, los siga cometiendo pero no tan abultados.

En primer lugar, prometo no volver a hablar más sobre el Ave y que ésta será la última vez que hablaré de este medio de transporte tan necesario para Cantabria y que todas las comunidades de España, menos la nuestra, tendrá. Por mi parte pongo aquí el punto y final.

Tenemos tantos frentes abiertos, el principal el económico, que no hemos dado importancia mediática en su justa medida a la última "garzonada", palabra ésta acuñada como definitoria de las actuaciones del Magistrado de la Audiencia Nacional, Garzón. Me refiero, naturalmente, a su protagonismo en la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

Conocí al consejero Jesús Oria quizá en uno de los momentos más críticos que tuvo en la pasada legislatura, cuando se produjo el conflicto de la lonja.

El otro día me pasaron y leí un largo artículo escrito por un cántabro de profesión político y de estudios médico. Ciertamente, estudió medicina, aunque le diera por ejercer de político. Supongo que en base a ese ejercicio profesional de la política y no al de la medicina, realiza un análisis del por qué, según él, Cantabria no puede tener AVE.